La comunidad internacional adoptó ayer en Kigali, Ruanda, un acuerdo con miras a la eliminación progresiva de los hidrofluorocarbonos (HFC), gases de efecto invernadero considerados muy nocivos para el clima, pero algunos países irán más lentos que otros.
“El año pasado, en París, prometimos proteger al mundo de los peores efectos del cambio climático”, reaccionó el director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Erik Solheim. “Hoy honramos esta promesa”.
Jurídicamente vinculante, el acuerdo de Kigali supone un paso importante en la lucha contra el calentamiento climático y permite dar una señal positiva a menos de un mes de la próxima gran conferencia anual sobre el clima (COP 22) en Marruecos.
Alcanzado después de una noche entera de negociaciones, el acuerdo que introduce una enmienda al Protocolo de Montreal sobre la protección de la capa de ozono fue ampliamente celebrado, aunque algunos lamentaron que países como India o los del Golfo decidieran iniciar su transición más tarde que otros.
La eliminación de los HFC, usados en frigoríficos y aparatos de aire acondicionado, es un tema espinoso para India, y se requirieron varias reuniones bilaterales con la participación del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para desbloquear las conversaciones.
El calendario adoptado ayer prevé que un primer grupo de países, los llamados “desarrollados”, reduzca su producción y consumo de HFC en 10% antes de fines de 2019 en relación con los niveles de 2011-2013, y un 85% antes de 2036. Un segundo grupo de países, “en vías de desarrollo”, entre ellos China –el mayor productor mundial de HFC–, se comprometió a iniciar su transición en 2024.