Los detectores de ondas gravitacionales Ligo y Virgo captaron la señal de dos choques de agujeros negros contra estrellas de neutrones. De acuerdo informaron los especialistas de Europa y Estados Unidos, se trata de un cataclismo cósmico que nunca se vio.
Ambas señales sucedieron a millones de años. Los científicos afirman que desde entonces las ondulaciones que estos hechos produjeron en el espacio-tiempo viajaron hacia nuestro planeta a la velocidad de la luz (que aproximadamente transita a 299.792,458 kilómetros por segundo).
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Una de las particularidades de este fenómeno científico fue que se tomaron las predicciones que hace un siglo realizó el físico Albert Einstein, ya que los profesionales utilizaron sus ecuaciones de la relatividad general para calcular el tipo de onda gravitacional de este evento.
El colaborador científico de los detectores norteamericano Ligo y europeo Virgo, Toni Font, explicó el suceso. “Este hallazgo confirma por primera vez que existen sistemas binarios formados por un agujero negro y una estrella de neutrones, y que podemos observarlos gracias a las ondas gravitacionales”, expresó el especialista de acuerdo al diario El País.
Estrellas de neutrones
Cuando las estrellas mueren, se derrumban sobre sí mismas hasta formar una esfera. De esa forma, la materia queda comprimida puede pesar más que todas las personas de la Tierra. Incluso una cucharada de té del interior de estas estrellas de neutrones puede tener una masa de hasta 100 toneladas.
Esta denominada "fusión de pares mixtos" fue registrada con una diferencia de 10 días en enero. Los especialistas indicaron que un agujero 9 veces más grande que el Sol colisionó con una estrella de neutrones. Este evento universal dura sólo unos segundos.
Además, se explicó que este cataclismo sucedió a 900 millones de años luz de nuestro planeta, un viaje de 900 millones de años a 299.792,458 kilómetros por segundo para poder alcanzarlo.
El segundo suceso ocurrió a 1.000 millones de años luz entre un agujero negro seis veces más grande que el Sol y otra estrella de neutrones.
Tanto Ligo como Virgo captaron ambas señales y lanzaron una alerta mundial para que otros telescopios intentasen captar el fenómeno.
"Con este nuevo descubrimiento, por fin podemos empezar a entender cuántos de estos sistemas existen, con qué frecuencia se fusionan y por qué no hemos visto aún ejemplos en la Vía Láctea", sostuvo la colaboradora del detector de ondas Virgo y del francés Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), Astrid Lamberts.
Ondas gravitacionales: el aporte de Einstein
El físico alemán había escrito en su teoría de relatividad general sobre la existencia de ondas gravitacionales, que fueron las que captaron Ligo y Virgo este año.
Esas ondas producen una especie de olas en el tejido del espacio-tiempo del universo, como cuando dejamos caer una piedra en un estanque de agua y genera ondulaciones.
Einstein publicó esta teoría entre los años 1915 y 1916, y recién 100 años después pudieron ser comprobadas por los premios nobel Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Torne, científicos que forman parte del detector de ondas gravitacionales Ligo.
GI/FL