Los primeros estudios publicados en revistas científicas sobre la salud de los médicos chinos que enfrentaron al Covid-19 desde la trinchera revelan que el 50,7% sufrió depresión, el 44,7% trastornos de ansiedad y el 36,1% insomnio. En total, siete de cada diez médicos afirmaron haber experimentado algún síntoma vinculado al estrés. “Es razonable que los integrantes de los equipos de salud se sientan cada vez más desgastados con el paso de las semanas. Y para ayudarlos a reducir ese desgaste hay dos elementos claves: que tengan acceso a todos los elementos de protección personal para estar seguros y que cuenten con espacios de descanso”, explicó Gagliesi.
Y agregó que también puede ser una ayuda psicológica que cuenten, por ejemplo, con un lugar para hacer una siesta o que tras cumplir con su turno hospitalario puedan regresar rápidamente a su casa, estar con su familia y poder dormir una cantidad de horas adecuadas. “Son medidas simples y mejoran la calidad de vida, lo que asegura una reducción del burnout. Luego de esas cosas básicas, está muy bien ofrecerles otras actividades, siempre preguntándoles qué necesitan o prefieren. A partir de allí es posible organizar sesiones de terapias, meditación, yoga, mindfulness o estrategias similares”.
Para Cetkovich lo que más estresa al personal de salud son las malas directivas y la falta de claridad o confusión de los protocolos. Y en segundo lugar la falta de apoyo logístico y equipos de protección. “A medida que va aumentando el aprendizaje sobre cómo tratar la enfermedad, los médicos van compensando un poco su estrés. Pero la evidencia indica que, cuando pase la pandemia, tendremos un montón de personas con síntomas persistentes de estrés agudo y postraumático”. Y quienes están más cerca del “foco” tendrán peores experiencias. “Por ejemplo, el personal de terapia intensiva enfrenta más riesgo de sufrir estrés postraumático. Hay que instrumentar rotaciones y espacios de “reparación” para desahogarse. Ofrecer intervenciones que pueden ser, incluso, online. Son medidas que tenemos que planificar desde ahora”.
El director médico de Ineco reveló que las autoridades del área de Salud Mental y las asociaciones profesionales ya están comenzando a delinear actividades y talleres para dar apoyo a los médicos y a la población. Y finalizó recordando que también el estigma afecta mucho a los equipos de salud. “Tenemos que combatirlo porque complica muchísimo a los involucrados. Están todo el día trabajando en un hospital y al llegar a su casa reciben mensajes hostiles. Es algo que está pasando y es fundamental frenarlo. Además, debemos recordar que aunque se cumplan los protocolos, igual puede haber contagios accidentales”.