Ayer, sábado 25 de abril fueron confirmados 173 nuevos casos de COVID-19 en la Argentina, según el reporte vespertino que da a conocer la cartera de Salud. Con estos registros, suman 3.780 positivos en el país.
Del total de esos casos, 888 (23,5%) son importados, 1.641 (43,4%) son contactos estrechos de casos confirmados, 797 (21,1%) son casos de circulación comunitaria y el resto se encuentra en investigación epidemiológica.
Además, se registraron seis nuevas muertes. Son tres mujeres, dos de 67 y 80 años, ambas residentes en Capital Federal; y otra de 90 años, que vivía en la provincia de Córdoba. También fallecieron tres hombres, dos de 60 y 86 años, ambos en la provincia de Buenos Aires; y otro de 85 años, de la provincia de Río Negro. Al momento la cantidad de personas fallecidas ascienden a 185.
El nuevo informe diario del programa de comunicación conjunta establecido entre el prestigioso Instituto de Investigaciones Epidemiológicas (IIE) y Editorial Perfil analizó si la cantidad de tests que se llevaron a cabo en nuestro país es el adecuado. “Argentina ha comenzado a efectuar un mayor número de análisis en la RED de laboratorios de diagnóstico de COVID–19 (más de 130), a lo que se suman técnicas de búsqueda de anticuerpos para determinar exposición (haber estado infectado)”, se expone.
En el análisis del IIE, se consigna que hubo críticas en cuanto a la cantidad de pruebas a la población que realizó Argentina porque se tomó en cuenta el número de tests por millón de habitantes. Efectuar comparaciones bajo ese criterio sirve para estandarizar pero hay un problema cuando un país tiene baja población o la cifra de casos es elevada porque ante fallecidos similares las tasas se multiplican.
“Si en lugar de ello utilizamos una razón que analiza el número de pruebas de laboratorio efectuadas con la cifra de los contagios, podríamos elaborar un valor que establece el esfuerzo que el país realiza para detectar un positivo”, se indica desde el Instituto.
Al estudiar los países y las intervenciones realizadas se encuentran aquellos que hacen menos de 5 test por personas que detectan positivas. En esos casos, su mayor esfuerzo es diagnosticar y aislar a los contactos cercanos. En este grupo pueden incluirse Francia, México, España, Reino Unido y Brasil.
Hay un grupo intermedio que han cambiado sus estrategias por el elevado número de casos (Estados Unidos) o porque están estabilizando la ocurrencia de casos (Italia) en la cual tratan de determinar áreas de transmisión para controlar brotes.
Finalmente está el grupo de países entre los que esta Argentina, que realizan más de 10 estudios por cada positivo. Es decir, están ampliando la población de estudio con el fin de delimitar los focos y tratar de mantener la ocurrencia de casos en niveles controlables.
“Lo importante en esta etapa es que con todo positivo de infección aguda sean estudiados todos los posibles contactos y que sean aislados para evitar la transmisión a otros”, se remarca en este vigésimo tercero informe.
El epidemiólogo Roberto Chuit, director ejecutivo del IIE, afirmó que el número de testeos realizados en Argentina “va bien para la etapa que pasó”. “Para la que ocurre ahora, que es la de transmisión comunitaria, deben aumentarse mucho los estudios de diagnóstico”, agregó.
Por otro lado, en el informe se alerta que cuando la gente se desplaza más, días después se observa el aumento de casos. “El incremento de movilidad de la población los días jueves 2 y viernes 3 de abril produjo incremento de casos 6 jornadas después, es decir el 9 ó 10 de abril en espacios específicos del país”, se precisa. “Si la población abandona la cuarentena o se producen aglomeraciones en los cuales no se respeta el distanciamiento físico el virus incrementa su circulación, es esto riesgoso ya que se incrementa la circulación comunitaria”, se insiste.
B.D.N.