CIENCIA
posibles demoras

Peleas geopolíticas y conflictos amenazan el próximo gran salto tecnológico del 5G

Trump acusa de “espionaje” a la mayor fabricante china de hardware para redes, lo que puede cerrar mercados y desacelerar inversiones. Además, los meteorólogos advierten que podría disminuir la calidad de los pronósticos.

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El término “5G” es la más reciente “estrella” en el negocio de las telecomunicaciones. Expertos, proveedores y operadores no se cansan de enumerar sus futuras bondades y las nuevas posibilidades de entretenimiento y de negocios que se abrirán cuando comience a reemplazar al 4G: ciudades inteligentes, autos conectados, la internet de las Cosas (IoT), videojuegos inmersivos de Realidad Virtual, operaciones médicas a distancia, el delivery por medio de drones “seguros”, y –por supuesto– una inacabable velocidad para recibir datos en cada celular. Pero antes que estas promesas se hagan realidad, esta tecnología debe superar dos problemas importantes: uno en el rubro científico y otro en el geopolítico.

“Algunas de las frecuencias que en EE.UU. están asignando al 5G se encuentran demasiado cerca, o se superponen, con las que requieren los satélites de observación para recopilar datos de temperatura y cantidad de vapor de agua, lluvia o nieve en la atmósfera y la superficie terreste”, publicó –hace apenas dos meses– la revista científica Nature. Y voceros de la NASA y del National Oceanic and Atmospheric Administration (Noaa) también expresaron su preocupación ante la atribución de ciertas bandas para el uso comercial, lo que podría afectar los pronósticos meteorológicos.

“Hasta ahora, con la evolución que tiene esta tecnología, nadie puede asegurar que no habrá ningún tipo de interferencia entre las bandas para 5G y algún otro servicio. Además, en todo el mundo son cosas que se están proponiendo y aprobando ahora”, le resumió a PERFIL Juan Juliano, Director en Telecomunicaciones de la consultora Accenture. “Pero pensamos que –si hay interferencias– también será posible encontrar soluciones para mitigar, o prevenir, esos conflictos. Seguramente no será un freno para el desarrollo de la nueva red”.

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“Se dice que el uso para 5G de ciertas frecuencias podría ‘disminuir’ la capacidad de algún equipamiento científico o de observación. Pero nosotros creemos que es una idea errónea”, le dijo a PERFIL Lucas Gallitto, Director de Políticas Públicas de la GSMA, una asociación de la industria “telco”. Y explicó que la UIT, un organismo de la ONU, se reúne cada cuatro años justamente para que los países negocien las bandas que se atribuirán a cada tipo de uso: desde el control remoto del portón de un garaje, a la TV, 4 y 5G y el resto de los servicios, incluyendo los satélites”.

Por su parte Alejandro Adamowicz, experto en tecnología de la GSMA, recordó que “esto no es nuevo y ya pasamos conflictos similares con bandas atribuidas a la televisión UHF que se reasignaron al 4G. Todo eso se estudia y –cada 4 años– se analiza y, de ser necesario, se reasigna para prevenir conflictos”. Y aseguró que “tenemos que proteger los servicios de observación satelital, pero los estudios hechos hasta ahora indican que no habrá problemas con la observación de vapor de agua”.

Conflicto de intereses. El otro problema que asoma es geopolítico. Básicamente un conflicto de intereses y de seguridad nacional que agita Donald Trump acusando de “posible espionaje” a la compañía china Huawei, una de las tres principales empresas que está desarrollando equipos para armar las redes de esta tecnología.

“La industria móvil necesita grandes escalas, y cualquier tema que pueda cerrar mercados a un proveedor, seguramente afectará en forma negativa el desarrollo y las inversiones en nuevas redes. Con menos oferentes, hay menos competencia y eso, posiblemente, elevará los costos que finalmente pagará el consumidor del 5G. Hoy Huawei tiene un market share en el mundo cercano al 40%”, comentó Gallitto. Y recordó que también sigue habiendo algunas disputas acerca de detalles sobre los estándares de la industria ya que eso define el pago de enormes sumas de dinero en concepto de patentes y regalías.

“Claro que, sobre todo ese fondo, además, los países deben cuidar su seguridad digital, la soberanía y la privacidad”, concluyó Gallitto.

Para el consultor Enrique Carrier, “no es un tema demasiado importante para la Argentina porque no somos un aliado estratégico de EE.UU. ni tenemos bases militares como sí ocurre en Corea, Alemania o Japón. Por eso no es lo mismo la presión o el interés que pueda generarse en el ámbito local sobre las decisiones del Estado o de las compañías argentinas respecto a esta tecnología”.

De hecho, Argentina está todavía lejos de terciar en estos conflictos y aún intenta superar su atraso tecnológico. Según le dijo a este diario Andrés Ibarra, secretario de Gobierno de Modernización, “como Estado tenemos el deber de facilitar que los ciudadanos se comuniquen sin barreras e incentivar las inversiones. Por eso seguimos trabajando en la expansión de la red de 4G que para fin de este año brindará cobertura al 93% de la población y en más de 15 mil km de rutas nacionales. Mientras tanto, como en otros países de la región, estamos analizando las frecuencias que mejor se adaptan al futuro servicio 5G, para diseñar un cronograma para su puesta a disposición. Estimamos que el año que viene se estarán realizando las primeras pruebas y que el servicio comenzaría a funcionar en 2021”.

 

Argentina todavía corre desde muy atrás

Mientras en un puñado de ciudades de Corea y EE.UU. comienzan las primeras ofertas de servicios 5G, Argentina corre desde atrás, intentando todavía completar la cobertura “4G”. Igualmente, los principales operadores locales ya tienen ingenieros haciendo pruebas y analizando opciones de posibles futuros negocios montados sobre 5G. Según le comentó a PERFIL Adrián Di Meo, Director de Tecnología en Telefónica Movistar, “Hicimos los primeros tests en 2017. Ahora estamos analizando cuál sería la mejor oportunidad de negocios, que es lo que se está pensando en el mundo. El primer caso que me gustaría ofrecer en Argentina sería para que algunas empresa instale un sistema de “internet de las Cosas”. Pero siendo realista creo que la primera aplicación 5G que llegará será una oferta de servicios de mayor velocidad y menos latencia, apuntando a los smartphones de los usuarios. Creo que sería difícil pensar en que haya alguna oferta real de 5G antes de 2023”. Martín Wessel, Gerente de Evolución Tecnológica de Telecom Argentina, recordó que, hace pocas semanas, su compañía hizo una demo pública de 5G y lograron velocidades de datos de hasta 1.8 Gbps. “En un shopping montamos una mini-red 5G y organizamos un partido de tenis sobre realidad virtual usándola”. De hecho, muchos piensan que el gaming será una de los grandes aceleradores para dar el salto. Mientras tanto los analistas recuerdan que el Gobierno está en deuda, sin presentar un “Plan de Espectro”, que les permita a los actores saber, con antelación, a qué frecuencias podrán acceder.