En todos los rubros laborales sean clásicos, modernos o innovadores, las herramientas informáticas ocupan un lugar clave. Ya sea en forma de PCs, tablets o dispositivos específicos, esta ubicuidad de dispositivos tecnológicos caracterizan a la Era Digital. Esta ubicuidad no es neutra y, cada vez más –para bien o para mal– influye en el estado de ánimo de los trabajadores. De hecho, en una porción significativa, el uso intensivo de esta herramienta genera una molestia, ansiedad y cansancio que los expertos agrupan bajo la idea de “tecnoestrés”. Y ahora, por primera vez, una encuesta realizada este año caracteriza con números concretos lo que estas situaciones causan en los trabajadores argentinos.
“Después de ocuparse usando tecnología (TICs) durante la jornada laboral, el 37% de los consultados confesó sentirse ‘agotado’, mientras que uno de cada tres personas afirmó que ‘le resulta difícil relajarse después de un día completo utilizándolas en el trabajo’, le resumió a PERFIL el psicólogo Carlos Sponton, Coordinador del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21 y uno de los autores del estudio Tecnoestrés y tecnoflow en trabajadores argentinos-2018. Spontón agregó que: “El 23,5% de los encuestados se identificó con la idea de que: ‘Frecuentemente me resulta difícil concentrarme tras interactuar con las tecnologías durante toda la jornada’.”
Los argentinos, entre los más ansiosos del mundo.
Según Sponton, “desde la perspectiva de salud ocupacional, el uso intensivo y constante de las nuevas tecnologías por parte de los equipos laborales éstas pueden calificarse en ‘saludables’ o ‘no saludables’. Y se ha comprobado que dicha situación genera diversas consecuencias, tanto en la productividad laboral, como en los vínculos.”
Un punto llamativo es que su aplicación intensiva no solo puede causar malestar y estrés. También –en ciertos casos– genera placer, según se afirma en la investigación.
Justamente, durante la encuesta se les preguntó a los participantes si disfrutaban tras hacer un uso intensivo de las TICs en su espacio laboral, un fenómeno que los expertos categorizan bajo la denominación de “tecnoflow”.
Salud mental: uno de cada tres argentinos sufre algún trastorno.
Finalmente, tal como en otros rubros, el género de los trabajadores mostró diferencias en su relación con la tecnología laboral. “Comprobamos que las mujeres presentan niveles algo superiores de ‘tecnoestrés’. Por ejemplo, un 11% dijo sentirse ‘ineficaz’ al usar TICs, frente a casi el 8 % de varones que dijeron eso mismo. Además, esta diferencia se acentuó respecto a la ‘fatiga’ que produce su uso diario, ya que el 19% de las mujeres comentó tener altos niveles de fatiga (como cansancio y agotamiento) por el uso de TICs, frente al 14,4% de varones que tuvieron esa vivencia”. Algo que los expertos atribuyen, en parte, a herencias culturales y a los factores educativos.
A medida que pasan los años
La encuesta también comprobó que la actitud y los sentimientos frente al uso intensivo de la tecnología cambian de acuerdo a la edad de los trabajadores consultados. “Era algo que esperábamos: a mayor edad del trabajador, el uso de la tecnología podría generar mayor estrés, ansiedad y sensaciones de ineficacia. Por ejemplo, entre los mayores de 50 años (los ‘baby-boomers’) el 35% dijo sentir un nivel medio o alto de fatiga y otro tanto afirmó sentir ‘ineficacia’. Pero lo que realmente nos llamó la atención es que casi el 20% de los millennials también admitió presentar niveles altos de fatiga tras usar intensivamente herramientas tecnológicas”. Por otra parte, en el ítem del tecnoplacer, la diferencia etaria volvió a hacerse notoria. Básicamente, mayores porcentajes de jóvenes afirmaron disfrutar más y tener experiencias positivas al usar las tecnologías informáticas.n