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Equidad de género en la agenda del arte argentino

La incorporación de la perspectiva de género, como tema de debate es el resultado de un largo proceso social y político en Argentina y en el mundo.

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Andrea Giunta, curadora e investigadora. | Captura de video

La incorporación de la perspectiva de género, como tema de debate es el resultado de un largo proceso social y político en Argentina y en el mundo. En el marco de la reflexión en torno al papel del Estado en relación a la equidad de oportunidades entre mujeres y varones, cobra una gran importancia la idea de fomentar acciones y procesos que conlleven transformaciones y cambios en los patrones culturales, políticos y administrativos. Para ello el marco jurídico—carta orgánica, normativas—, las declaraciones, convenciones y documentación emanadas de organismos internacionales, coadyuvan a una visibilización de la problemática de género y a la construcción de una agenda, en la que el mundo del arte no escapa.

Andrea Giunta, (2018) desde un abordaje empírico y a partir de su experiencia como curadora e investigadora, nos introduce en el mundo del arte latinoamericano en perspectiva de género. Por un lado desmontando los estereotipos y lugares comunes que todavía obstaculizan la visibilidad de la obra de las artistas mujeres y por otro a través del análisis de campo que demuestra su histórica marginación.

Basándonos en datos cuantitativos que ilustran la situación de las mujeres en el arte, es manifiesta su menor presencia, y no precisamente por falta de formación y profesionalización. Al respecto, Linda Nochlin¹, descarta la hipótesis de que no ha habido grandes mujeres artistas basándose en que reciben menor educación artística. Las mujeres no solo tienen las mismas trayectorias educativas de los varones, sino que representan más de la mitad del alumnado de las escuelas de arte.

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El Salón Nacional de Artes Visuales, institución de mayor trayectoria histórica en la escena artística argentina, denota una gran diferencia a la hora de premiar a varones y mujeres artistas con su Concurso Nacional desde 1911; esto particularmente se percibe en el “Gran Premio de Pintura “, en los que solo 5 premios fueron para artistas mujeres respecto de los 92, para artistas varones a lo largo de sus 107 años de existencia. (Giunta, 2018).

Diana Dowek, fue la quinta mujer galardona en 2015 por su obra “Bajo la Alumbrera”, inspirada en una de las minas a cielo abierto que proliferan en Catamarca y La Rioja.  Las categorías de cerámica y textil son las que más distinciones han recibido las artistas mujeres, dejando al descubierto una tácita división sexual en el arte.

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Sin embargo, el Salón Nacional de Artes Visuales, a partir de 2018 ha incorporado modificaciones en su reglamento de presentación, a fin de garantizar paridad entre mujeres y varones seleccionados y premiados, fortalecer la constitución federal, anular el anonimato y otorgamiento el gran premio a artistas mayores de 45 años con trayectorias recorridas, respetando el 50% de composición femenina.

A pasos lentos pero sostenidos, pareciera que la equidad de género se va instalando como parte de la agenda del arte argentino. Existen signos iniciales de un giro en el coleccionista institucional y privado, que busca incorporar a las artistas clasificadas como mujeres en sus acervos y patrimonios. En Buenos Aires, el MALBA, por ejemplo, ha incrementado el porcentaje de artistas mujeres en su colección permanente en exhibición, del 15% de montajes de años anteriores se pasó a un 38% en el 2019. (Giunta, 2018)

Más allá de las estadísticas, desde el punto de vista cualitativo, el meollo filosófico para muchos, sigue siendo la legitimación del concepto de Artistas Mujeres. Sostiene Giunta (2018) que una naturalización enunciada a menudo desde el sistema de arte, vincula la afirmación de que, la falta de representación de las artistas mujeres contribuye a un reclamo que las coloca en un gueto, estigmatizándolas. Si la calidad no tiene sexo y en el mundo del arte lo único que importa es la excelencia; cualquier reclamo de representación igualitaria implicaría entonces un desmedro de la calidad o bien la construcción de un coto diferenciado desde el cual las artistas mujeres entrarían en el mundo del arte por el solo hecho de ser mujer.

Actualmente no podemos sostener con certeza que hay uno arte de mujeres y un arte de varones, ni siquiera hay un modo femenino y uno masculino de expresarse en el terreno del arte. (Linda Nochlin)

Desde esta perspectiva la exclusión de las mujeres y la falta de equidad tienen que ver con un punto de partida extra estético, más allá del artístico. Y entraría en contracción con la denominada “discriminación positiva “, que busca incorporar un trato diferencial, a fin de generar un sistema compensatorio de desigualdades iniciales que garantice un resultado más equitativo; “Los grados de igualdad dependen del equilibrio de las desigualdades, a través de un sistema eficaz de compensaciones recíprocas entre las mismas” (Sartori, 1990).

Más allá de los contrapuntos, creemos que debemos abogar por políticas de representación más igualitaria, que impregnen la forma de operar de todos los agentes del mundo del arte: directores de museos, ferias, galerías, periodistas, editores de libros, críticos, curadores.

Los blogs, las estadísticas, las exposiciones, los estudios académicos, los debates, todos los recursos deben implementarse si se busca producir un cambio en las conciencias y en las agendas, no se trata del simple acto de reunir obras de artistas mujeres sino generar espacios de reflexión, debate y agenda conceptual. Prácticas que den una mayor visibilización de artistas mujeres contribuirá a que se transformen en forjadoras del desarrollo y de la historia y dejen de ser sus meras receptoras o destinatarias.

  • Giunta, A. (2018) Feminismo y arte latinoamericano. Historias de artistas que emanciparon el cuerpo. Siglo XXI. Argentina.
  • Sartori, G. (1990) Teoría de la democracia. Editorial Rei. Argentina

¹ Linda Nochlin: historiadora norteamericana escribió en 1971 su influyente ensayo ‘¿Por qué no ha habido grandes artistas femeninas?. Su explicación apuntaba directamente al patriarcado: “Las estructuras institucionales y sociales han hecho imposible para las mujeres lograr la misma excelencia artística o el éxito que los hombres, sin importar su potencial o su talento”, escribió.

Cursó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano y en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Formó parte del grupo La Postfiguración. Tiene una amplia trayectoria como activista por los derechos civiles.​ En 2013 publicó un libro sobre su trayectoria y su obra. Dowek es miembro de Artistas Plásticos Solidarios y miembro fundadora de la Asociación de Artistas Visuales de la República Argentina. Recibió el premio KONEX 2012 por su trayectoria en pintura.

 (*) Decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la USAL Licenciada en Sociología (USAL) Especialista en Metodología de la Investigación Científica (UNLA), Doctora en Ciencia Política (USAL) Doctora en Ciencias de la Educación (USAL). Es Especialista en ética y metodologías feministas de la Red Interamericana de Formación en Mujeres y Desarrollo (RIF-MD) de la Organización Universitaria Interamericana/Colegio de las Américas (OUI/COLAM), el Instituto Interdisciplinario de Estudios de las Mujeres de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y la Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia de la Universidad Nacional Autónoma de México (CUAED/UNAM).

F.D.S./