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Defensora de Género

Derechos humanos, democracia y perspectiva de género

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Hito. El Foro Mundial de los Derechos Humanos coincidió con un nuevo aniversario del golpe del 76. | cedoc

Este domingo estamos viviendo un fin de semana muy asociado a los Derechos Humanos, terminó el Foro Mundial de Derechos Humanos y el viernes recordamos el 24 de marzo, un día cargado de recuerdos y que nos produce mucha tristeza. Si hablamos de los Derechos Humanos en estos cuarenta años de democracia, las feministas los vivimos muy intensamente, porque para todos los tipos de feminismos, las dictaduras son incompatibles con la igualdad y la vigencia de los derechos de las personas. Porque las dictaduras son incompatibles con la existencia y desarrollo de los feminismos. Por eso cuando en 1983 se recupera el 10 de diciembre un gobierno democrático, surgen los grupos de mujeres y feministas que habían estado trabajando ocultos, casi en la clandestinidad, y con ellos la euforia de poder tener visibilidad.

Esos primeros años del gobierno democrático de Raúl Alfonsín fueron de mucha actividad de todos los grupos. Además, se creó primero la Dirección de la Mujer y luego la Subsecretaría en la Secretaria de Acción Social. En la Secretaría de Salud se creó el Programa Mujer, Salud y Desarrollo. Además, se organizó el Primer Encuentro Nacional de Mujeres con asistencia del presidente de la Nación y el ministro de Salud y Acción Social, en el que participaron todos los grupos y se presentó la Asociación Argentina de Meretrices, como se llamaba en ese tiempo. Eran actividades donde todas nos uníamos e intercambiábamos promoviendo nuestros derechos. Es así como en esos primeros años florecieron proyectos de leyes que llegaron a sancionarse donde se daba respuesta a reconocer derechos iguales de mujeres y hombres reclamados hacía muchos años. Otros quedaron en suspenso y después de esos primeros años se fue lentificando, pero nunca se paralizó el reconocimiento de nuevos derechos. Hubo algunos como la legalización del aborto, que demoró más y encontró más dificultades, pero que finalmente se logró aprobar. En general, tenemos mucha y buena legislación –no toda– igualando derechos de las mujeres y niñas en toda su diversidad, sin embargo, aún no logramos que se implementen plenamente, ni en todo el territorio y para toda la diversidad de mujeres y niñas. La conversión de esas leyes en políticas públicas de alcance nacional en muchos casos falta y la autonomía de las provincias genera diferencias en su cumplimiento. Por eso se requiere trabajo de las autoridades nacionales con las provinciales a fin de hacer los acuerdos necesarios, pero esto no siempre es posible ni fácil. El mejor ejemplo es el Consejo Federal de Educación que reúne al ministro nacional de Educación con los 24 ministros de Educación provinciales. Este Consejo tuvo múltiples dificultades en lograr acuerdos acerca de la implementación de la ley de Educación Sexual Integral, así es como esta ley presenta una gran asimetría en su implementación entre provincias e incluso dentro de cada provincia. 

Frente a esta situación las feministas seguimos luchando por continuar ampliando derechos para la igualdad de género. En este sentido la primera que estamos promoviendo es el aumento de la licencia parental, para que el cuidado de los recién nacidos sea algo que asumen ambos, no solo las madres. Esto implica luego el cuidado ulterior de los niños. Para ello los gobiernos deben brindar apoyo a madres y padres de niños menores de dos años a través de cuidados accesibles que les permita a ambos trabajar y desarrollarse. El tema de los cuidados no remunerados que ahora son asumidos por las mujeres en las familias, debe ser compartido entre mujeres y hombres a nivel familiar y el Estado también debe contar con sistemas que les permita tener apoyo gratuito o a bajo costo en los casos de no poder cubrir la atención privada. Esto se debe legislar con urgencia.