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Defensora de Género

El Día de la Madre en pandemia: pobreza y violencia

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Ingresos dispares. Las mujeres ganan casi la mitad menos que los hombres. | pablo cuarterolo

Hoy celebramos el Día de la Madre en tiempos de pandemia con cambios importantes. Tradicionalmente este día es de festejos familiares y de regalos. Por eso pululan los avisos con regalos para las madres, que en general refuerzan los estereotipos de género.  Hay profusión de electrodomésticos para “ayudar” en las tareas domesticas, múltiples modelos de utensilios para la cocina y otros elementos que nos prometen aliviar las tareas de limpieza y cuidados del hogar. También se promocionan regalos de uso personal y hasta sesiones en spas para un relax por la sobrecarga, pero no cómo superarla. 

Aparecieron avisos de regalos pero menos que en épocas normales. Esto se debe a un menor interés en regalar a las madres o es por la situación económica que nos atraviesa por la pandemia. La sociedad se empobreció y mientras un pequeño grupo aumenta el acceso a una proporción considerable de la riqueza, la gran mayoría se reparte cada vez menos. Se profundizó la brecha social.

En 50/50 el domingo Patricia Valli comenta un estudio de Equifax sobre la situación financiera de las madres trabajadoras argentinas. En la radiografía que hace de las jefas de hogar se ve que ganan $17.000 por mes en promedio, el equivalente a un salario mínimo. Si se compara con los padres trabajadores, ellos ganan en promedio $31.000, casi el doble. ¿Quiénes son estas mujeres? Son trabajadoras en relación de dependencia, o en forma independiente, o autónomas y monotributistas que se desempeñan en el comercio, servicios personales y comunitarios, servicios de salud y cuidado de niños o personas mayores. Además, tienen deudas por $46.000 en promedio, casi tres veces su ingreso mensual.  El 64% tiene algún producto crediticio como tarjetas de crédito, préstamos y cuentas corrientes. El estudio utilizó datos de información pública del Banco Central, de Anses y de obras sociales, segmentó a un universo de 1.253.853 mujeres madres argentinas que trabajan.

Los hijos de estas mujeres viven con carencias y la situación financiera de ellas impacta sobre ellos. Recordemos que el 60% de la niñez está bajo la línea de pobreza y se estima que se va a profundizar. Si volvemos a la pregunta respecto a los regalos en este día, estos niños no podrán comprarles regalos a sus madres. Puede ser este un motivo por el cual recuperen regalarles afecto y amor y no meramente bienes materiales. 

Para lograr que estas madres trabajadoras recuperen ingresos dignos se necesitan políticas y programas que recuperen el trabajo y no meramente transferencias monetarias del Gobierno. La nota de Gabriel Ziblat el sábado en Política, sobre las preocupaciones en dos estudios de opinión, evidencian el desempleo y la inflación. Los datos no están desagregados por sexo de los respondientes, por eso creemos no se visualiza si predominan las mujeres. La inflación la viven diariamente cuando arman el menú familiar. Estas mujeres no se beneficiaron con el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y pertenecen a los grupos que los encuestadores consideran contradictorios porque no aprueban la ampliación de planes sociales. Para nosotras no es contradictorio ya que ellas quieren poder trabajar, no recibir un plan. 

En una nota en El Observador el domingo se señala algo reiterado: se necesita un plan integral para superar la. pobreza. Las transferencias monetarias a los grupos mas vulnerables son un paliativo que debe aplicarse, pero no ser la única ni la medida central. Agregamos que debe cambiar el modelo productivo para generar empleos y superar los planes sociales. Esto debe acompañarse de un modelo tributario mas equitativo y uno de consumo que desaliente el hiperconsumismo.

La violencia de género sigue siendo el flagelo que afecta a miles de mujeres y niñas de todos los sectores en todo el país. La nota de Nadia Galán en Policiales el domingo nos reitera el problema. Esta vez un matrimonio de clase alta aparentemente sin antecedentes de violencia. El asesinato de Silvia Saravia en manos de su marido, el empresario Neuss, que luego se suicidó, no parecía un femicidio. Sin embargo la fiscal especializada no lo descartó. De allí la importancia de contar con fiscales especializados que investiguen toda muerte sospechosa de una mujer. Galán en un recuadro titula “el country maldito “recuerda otro femicidio que ocurrió en ese country, el del empresario Farré que asesino a su mujer Claudia Schaefer en un acto planeado ante la mirada atónita de su madre y los abogados de ambos. En este día, el mejor regalo es comprometernos como sociedad a acabar los femicidios.