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Tras la salida de Buján

El Inadi cómplice de la discriminación

El Instituto Nacional contra la Discriminación nació como una política de Estado. Esta semana, el Gobierno desplazó a Javier Buján, su último interventor.

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Javier Buján, interventor saliente del INADI. | DyN

El Instituto Nacional contra la Discriminación –INADI- es un organismo molesto para las autoridades y funcionarios gubernamentales ya que el propio Estado es una fuente inagotable de conceptos y acciones discriminatorias. Por ello los presidentes argentinos, salvo Carlos Menem, lo prefieren intervenido, para mantenerlo silencioso, tranquilo y dominado; sin someterlo al Congreso de la Nación como impone la ley 24.515 de su creación, donde el presidente del INADI tiene estabilidad y trasciende al gobierno de turno.

Cuando fundamos el Inadi en 1997, durante un año, buscamos acuerdos y consensos. Mantuve encuentros con el ex presidente Raúl Alfonsín, que propuso a Simón Lázara de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos para integrarlo al Consejo Consultivo, con el Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, con representantes de la colectividad judía, musulmana y evangélica. Con dirigentes políticos y sociales. Reuniones con representantes de colectivo gay, lésbico, transexual, incorporando a Mariela Muñoz y a Rafael Freda. Mantuve charlas con los más diversos dirigentes políticos y con los presidentes de ambas cámaras legislativas. 

Cuando el Congreso Nacional me propone como presidente del INADI y el Poder Ejecutivo emite el decreto reglamentario, contábamos con el aval social y político necesario para ejercer el cargo sin presión alguna. 

Desde el INADI cuestionamos, como nunca se hizo después, a ministros, secretarios y funcionarios públicos al tiempo que ejercían el poder. El Ministro de Defensa Carlos Domínguez, el Ministro de Justicia Raúl Granillo Ocampo, la Secretaria de Medio Ambiente María Julia Alsogaray, el Director Nacional de Migraciones Hugo Franco, entre otros, fueron sumariados por el INADI. No solo funcionarios fueron cuestionados, también periodistas, empresarios y dirigentes deportivos. Si instaló en la Argentina una conciencia del acoso laboral, escolar y social que luego se conoció como “bullying”. 

Lamentablemente el presidente Fernando De la Rúa y su ministro Federico Storani lo liquidaron con la complicidad de Eugenio Zaffaroni, su primer interventor. El gobierno progresista de la Alianza no soportó que se le señalen sus actos discriminatorios cuando despidieron del Estado centenares de trabajadores, por su filiación política. Una práctica recurrente que seguimos viendo en la política argentina.

Por ese motivo he sido hasta el día de hoy, el único presidente del Instituto, el resto fueron y son interventores. 

¿Por qué lo mantienen intervenido? -Por miedo. El Inadi “dormido” nada dice de los conceptos y las acciones discriminatorias del gobierno de turno. La cárcel para inmigrantes, las declaraciones xenofóbicas de la Ministra de Seguridad, Patricia Bulllrich. Incluso de aliados del gobierno, como el gremialista “Momo” Benegas quien dijo por Tv que “chicas de 10 años se embarazan para obtener un plan social”, son amparados por un Inadi complaciente. Nada dijo el actual Inadi de la campaña gubernamental para destituir a la Ministra de la Corte Elena Inés Highton de Nolasco por una razón de edad. La ley anti discriminatoria… al cajón. 

El Inadi nació como una política de Estado y su prestigio recorrió el mundo como organismo gubernamental en lucha contra el racismo. Finalmente tenemos el orgullo de que el Instituto fuera destacado por Nelson Mandela, en su visita a la Argentina. 

Deseamos que pronto retome el Inadi el camino de la independencia y que el deje de ser cómplice de racistas y discriminadores.


(*) Fundador del INADI, Instituto contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo.