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El mensaje de las PASO (I)

Ministro de Educación. Jaime Perczyk expone en el Foro por la Educación organizado por Perfil, Unicef y la UBA. Sindicato docente Ademys protesta por la presencialidad.
Ministro de Educación. Jaime Perczyk expone en el Foro por la Educación organizado por Perfil, Unicef y la UBA. Sindicato docente Ademys protesta por la presencialidad. | Marcelo Dubini/Télam

De la misma manera que el mercado es un sistema de comunicación económico siendo el precio y la cantidad demandada de los bienes un mensaje de los consumidores a los productores, las elecciones son un sistema de comunicación político siendo el resultado de las urnas un mensaje de los votantes a los gobernantes y quienes pretenden serlo.

Pero así como se discute sobre las fallas del mercado atribuidas a que no todos los consumidores cuentan con la información correcta para maximizar su beneficio tomando decisiones racionales, existen también ruidos y confusiones en el sistema de comunicación, lo que no quita su mérito porque vale tanto para la democracia como para el mercado la definición de Churchill respecto de que era “el peor de todos los sistemas con excepción de todos los restantes”, o sea, el menos malo y entonces el mejor.

Los ruidos en la interpretación de los mensajes fueron analizados en profundidad por Eliseo Verón en su teoría de la discursividad y la producción de sentido, especialmente en sus dos libros canónicos:  La semiosis social I y el volumen II un cuarto de siglo después. Simplificadamente: la significación de los mensajes es múltiple: no los construye solo el emisor porque en el pasaje al receptor son reelaborados por este.

El Frente de Todos hizo su propia lectura de lo que quisieron decir las urnas en las PASO, resumida en la abusada frase de Clinton a George Bush padre: “¡Es la economía, estúpido!” para las elecciones norteamericanas de 1992.

Coincidieron tanto Cristina Kirchner en su comentada carta quejándose por la reducción de déficit fiscal como luego el ex ministro de Salud bonaerense y candidato a diputado Daniel Gollan, destacando la respuesta que recibió de una vecina: “Con más platita, la foto (del cumpleaños de la primera dama) no hubiese molestado tanto”.

Que se minimice el efecto multidimensionalmente electoral que tuvo haber cerrado las escuelas durante tanto tiempo puede tener que ver con la sentencia de Freud: “La negación es el primer mecanismo de defensa”. El bautizado vacunatorio vip, el cumpleaños de la primera dama y la compra tardía de vacunas norteamericanas fueron errores autoinfligidos. Pero el cierre de las escuelas disfraza impotencia del Poder Ejecutivo y defectos de aliados.

El Presidente no hubiera podido adelantar más que las semanas anticipadas con las que Rodríguez Larreta logró diferenciarse, porque el poderoso sindicato docente se oponía a la presencialidad y parte de ellos, como Ademys, lo sigue haciendo hoy en protestas como la de la foto que acompaña esta columna, donde califica como “presencialidad criminal” ir a dar clases acusando de asesinato a las autoridades educativas.

En todo el mundo hay conflicto con el regreso a los lugares de trabajo, la Asociación de Piscología norteamericana llama síndrome de la caverna a quienes “no quieren renunciar a los beneficios positivos que obtuvieron del aislamiento forzado”, hábito que pudieron desarrollar quienes no fueron esenciales. Pero salvo en algunos países la mayoría no cuenta con un sindicato tan poderoso como los docentes en la Argentina.

El mejor síntoma fue la ausencia del debate electoral sobre la presencialidad en las escuelas tanto en la Provincia como en la Ciudad de Buenos Aires: el Frente de Todos hizo foco principal en la herencia macrista y Juntos por el Cambio, en la seguridad. El miércoles pasado durante la clausura del Tercer Foro de Líderes por la Educación organizado por Perfil, Unicef y la UBA, el rector de la Universidad de Buenos Aires, Alberto Barbieri, se quejó por la falta de disposición de los candidatos a concurrir y debatir sobre educación. Hablan de educación en abstracto pero no se preocupan por debatir temas concretos, sostuvo.

La infraestructura que surge del presupuesto para  la educación pública y la superestructura que surge de la relación de los docentes con su profesión son los temas concretos solapados.

El nuevo ministro de Educación, Jaime Perczyk, clausuró el Tercer Foro de Líderes por la Educación explicando que llevará años reparar el daño educativo que produjo esa extendida falta de presencialidad. La sociedad se debe un debate sobre el grado de sindicalización que deben permitirse en actividades como las de los docentes al igual que ya sucede con las fuerzas de seguridad y otros servicios públicos esenciales. Por ejemplo, es inimaginable los profesionales de la salud negándose a cumplir con sus tareas en pandemia.

No todo es “más platita” en la calidad de vida de la población.

 

Continúa mañana: El mensaje de las PASO (II)