COLUMNISTAS
TRAS LOS ANUNCIOS

El misterio de los ministerios

El gabinete que acompañará a Alberto Fernández tiene un área pragmática y otra ideológica, dominada por las mujeres del equipo.

20191208_suerte_verdad_alberto_fernandez_pablotemes_g.jpg
A suerte y verdad. Alberto Fernández | Dibujo: pablo temes

La presentación del gabinete de ministros que realizó Alberto Fernández a poco de asumir dejó la impresión de que se trata de un gobierno en construcción y que las piezas del rompecabezas se irán amoldando con el correr de los días. Se trata de un conjunto muy diverso; incluso en la transmisión televisiva se observó que algunos se presentaban entre sí. No hizo falta un intercambio de tarjetas, ya que no dudan de que se verán a menudo en el tórrido verano que se avecina.

El tiempo es veloz. No hay lapso para aclimataciones ya que las demandas de la sociedad son muchas y variadas, en un tiempo en que los votantes comienzan a reclamar el cumplimiento del contrato electoral.

Para buena parte de Argentina, el gobierno es el Estado y el Estado “todo lo puede”, adjudicándole una suerte de poder mágico chamánico. Por eso los debates hacia adentro del nuevo gobierno oscilarán entre generar el efecto comunicacional de contextualizar el “estado de la Nación” o dar vuelta la página pasando a concentrar los esfuerzos en la gestión buscando los resultados que no pudo mostrar Macri.

En los primeros momentos del gobierno de Cambiemos se confiaba en que el levantamiento del cepo cambiario, la devaluación del dólar (que pasaba de 9 a 14 pesos) y la eliminación de la mayoría de las retenciones a las exportaciones bastarían para generar una lluvia de inversiones. La historia muestra que la recuperación de la renta agropecuaria no derivó en nuevas inversiones productivas sino en la acumulación personal de los agentes empresariales que se resarcían de las restricciones anteriores. Pero el Gobierno había sido “optimista” creyendo que el giro “pro mercado” bastaría para una “liberación” de las fuerzas productivas.

Por eso, cuando las cosas comenzaron a complicarse se comenzó a utilizar el recurso narrativo de la “pesada herencia”, para explicar por qué los brotes verdes no florecían.

Minuto inicial. El primer conjunto de medidas que tome la nueva administración será medular porque las decisiones iniciales dan el tono del gobierno y condicionan su desarrollo posterior.

Si en su momento la salida del cepo hubiera sido distinta, buscando menos la diferencia radical con Cristina y pensando más en el mediano plazo, las cosas probablemente habrían sido diferentes. Además, Fernández no contará con la luna de miel del ensayo-error de casi dos años que sí tuvo Macri, o será a costa de un desgaste acelerado, lo que le demandará cambios reiterados en su equipo de gobierno. Por eso, generaron cierta ansiedad en los agentes económicos las idas y venidas de la constitución del equipo, en particular del área económica.

La figura de Martín Guzmán es una incógnita, viene precedido por sus pergaminos académicos, el aval de Joseph Stiglitz y la Universidad de Columbia. Habrá que ver cómo compatibiliza su gestión con figuras de peso como Cecilia Todesca y Matías Kulfas. La primera, como vicejefa de Gabinete, tendrá la función de la supervisión macro como la tuvieron en su momento el inefable dúo de Quintana y Lopetegui. Kulfas, a cargo de Desarrollo Productivo, tiene la operación más relevante y compleja, que es intentar revertir la reprimarización de la economía, fruto de la propia “enfermedad holandesa” que sufrió la Argentina (y la región) a partir del alza imparable de los precios de las commodities y la política posterior del macrismo.

Como el mismo Fernández reconoció, el Frente de Todos es precisamente una convergencia y para armar el gabinete debió atender a las necesidades de los accionistas de la nueva empresa política, especialmente de la mayoritaria, Cristina Kirchner, pero también las de Sergio Massa y de los otros integrantes. En este sentido se destacó la presentación de Malena Galmarini a cargo de Aysa, una empresa estatal a cargo de dar cloacas y agua potable a gran parte del área metropolitana de Buenos Aires, empresa estatal hasta ahora caracterizada por su bajo perfil, bajo la órbita de Rogelio Frigerio.

Doble juego. Finalmente, el gabinete quedó perfilado con un sector más pragmático y otro más ideologizado. El primer espacio lo conforman, entre otros, Felipe Solá, Daniel Arroyo y Santiago Cafiero. El primero tiene la difícil tarea de desideologizar las relaciones internacionales del país sobre el fin de los gobiernos de centroizquierda de la región con la renuncia “sugerida” de Evo Morales y la derrota del Frente Amplio uruguayo, situación que no tuvo la repercusión que se merecía.

Arroyo tendrá que enfrentar el agotamiento de los modelos de ayuda social, que sirvieron en su momento para salir de la emergencia pero que no han logrado dar sustentabilidad a los sectores que están en el borde la línea de pobreza.

Finalmente, Cafiero tendrá la triple misión de coordinar un gabinete heterogéneo con distintos pesos específicos, negociar las tensiones allí y ver si es posible revitalizar la marca Cafiero, que buscó generar a fines de los 80 un peronismo volcado a la socialdemocracia posalfonsinista, derrotado por Carlos Menem.  

La impronta más ideológica va de la mano de cuatro mujeres. La primera es la nueva ministra de Seguridad, Sabina Frederic, la némesis de Patricia Bullrich, con miradas antagónicas sobre qué es y cómo encarar la inseguridad.

Luego se debe observar la integración de la abogada del Cels Elizabeth Gómez Alcorta con la creación del nuevo Ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad.

En tercera instancia, la confirmación de María Eugenia Bielsa a cargo del nuevo Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat. Es alguien que se puede pensar como la contrafigura de Horacio Rodríguez Larreta, al menos en la concepción del desarrollo urbano. Un tema no menor que deberá enfrentar es la despoblación de las pequeñas ciudades, la “Argentina vacía”, cuya contracara es la superpoblación de los cinturones de las grandes urbes donde se asienta gran parte de la pobreza.

La cuarta baraja del póker de ases femenino es la incorporación de Victoria Donda al Inadi, que conlleva, junto con el pasaje de Pino Solanas a la Unesco, la conversión de los aliados de las listas legislativas de la Capital Federal al nuevo universo del fernandismo.

 

*Sociólogo (@cfdeangelis).