El presidente Mauricio Macri finalmente vetó hoy el proyecto aprobado durante la madrugada en el Senado, que contemplaba entre otros puntos retrotraer las tarifas de servicios públicos a noviembre de 2017 y actualizarlas de acuerdo a los incrementos salariales en el caso de usuarios residenciales y de los precios mayoristas, para las Pymes.
La amenaza del veto presidencial se mantuvo presente a lo largo de toda la sesión y fue mencionado en varios de los discursos, como el de Miguel Angel Pichetto, que lo calificó como el “fracaso de la política”. La oposición llegó con lo justo y logró construir los 37 votos necesarios con un minucioso armado que, en varias oportunidades, estuvo a punto de fracasar. No obstante, aprovechó para mostrar tanto en Diputados como en el Senado, que si se junta puede enfrentar a un oficialismo débil que no tiene mayorías.
Aún antes de la media sanción que se logró en la Cámara de Diputados el 9 de mayo, el mandatario ya había dejado trascender su decisión de vetar la norma y pese a las intensas negociaciones, nunca logró torcer el rumbo y dar marcha atrás con su idea.
Citó a los opositores, habló con gobernadores, impulsó un proyecto desde el oficialismo pero no tuvo éxito. Como último recurso, el lunes difundió un mensaje grabado en el que pidió a los opositores que no sigan las “locuras” de Cristina Fernández de Kirchner y terminó de fastidiar al peronismo.
Se trata del quinto veto total del Presidente en sus dos años y medio de gestión, que se suma al que realizó a la ley antidespidos (que fue el que más costo le generó en el inicio de su administración), a la ley de trombofilia, a la norma para expropiar el Hotel Bauen y a otra iniciativa que contemplaba fijar un salario mínimo profesional. Ahora restará saber si el oficialismo avanzará con alguna alternativa como la que presentó Elisa Carrió en Diputados, o si esperará una nueva maniobra de la oposición.