COLUMNISTAS
madre e hijo

La Argentina decadente

El objetivo K es siempre el mismo: endulzar los oídos del núcleo duro con el relato y responsabilizar a Alberto F de los ajustes.

20220206_sergio_berni_pablotemes_g
‘¡Subordinación y Alor!’. Sergio Berni. | pablo temes

La semana comenzó agitada y se convirtió en un tobogán sin freno y sin rumbo para el Gobierno. La renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia de la bancada del Frente de Todos contra Todos ahondó la grieta en el corazón del oficialismo. 

En primer lugar, el jefe de La Cámpora nos ha recordado que en su brutal concepción del poder el kirchnerismo no tiene reparos en dirimir las internas palaciegas, públicamente, poniendo en riesgo la estabilidad de la Argentina. En segundo lugar, cabe recordar que la voz del primogénito fue avalada en el transcurso de la semana por el coro de voceros del poder real. Casi de inmediato el diputado Leopoldo Moreau y su hija, la diputada Cecilia Moreau, la economista intérprete de audios de colección Fernanda Vallejos, La Cámpora y parte del sindicalismo, salieron a respaldarlo. Desde todo punto de vista, ese  “portazo” es una confirmación de que el accionar de Kirchner hijo no es más que la continuación de los modos y las formas de su madre. A Cristina Fernández de Kirchner le encanta zamarrear al Presidente y su equipo de adláteres para dejar al desnudo sus profundas y crecientes diferencias con la gestión gubernamental. 

El mensaje de Máximo Kirchner, a quien increíblemente algunos referentes del mundo empresarial vernáculo llegaron a comparar con la figura de Charles De Gaulle (sic) fue claro: o manda Cristina o no lo hace nadie. Luego del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional para garantizar un futuro acuerdo, todos estaban a la espera de su carta. Sin embargo –y seguramente para que nadie se aburriera– esta vez la carta la mandó su hijo. El objetivo, de todos modos, es siempre el mismo: mantener el relato para endulzar los oídos del núcleo duro y responsabilizar a Alberto Fernández de los ajustes y ordenamientos fiscales que vendrán. 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

“Si Alberto estaba satisfecho con la negociación, ¿por qué volver a retorcerse de bronca ante los caprichos de Máximo y La Cámpora? En un punto, hay una dependencia enfermiza que termina siendo corrosiva para todos y que vuelve a poner en el ojo de la tormenta a Guzmán. El tipo llegó a un entendimiento posible y resulta que ahora está mal” –se quejó una fuente que recorre con frecuencia la Rosada.

“El poder siempre te marca la falta y, si padecemos esos señalamientos de una forma tan visceral, es porque pesa saber que no estamos del mismo lado” –señaló otro miembro del albertismo. La reflexión lleva implícita la conciencia del lugar prestado: la mayoría de los votos son de CFK. De todos modos no deja de sorprender que el Presidente se haga valer tan poco: sin su aporte, el kirchnerismo no hubiese podido volver al poder.   

No tan Juntos por el Cambio atravesó una semana turbulenta. Consensuar el curso de acción parlamentaria si el preacuerdo con el FMI se discute en el Congreso crispó a más de uno. 

“La responsabilidad primaria es de ellos. Son gobierno. La gente los votó. Que se pongan de acuerdo y después vemos en qué podemos colaborar. Resulta que ahora nos vienen a buscar para refrendar un acuerdo que ellos idearon porque la mitad de su tropa se les dio vuelta. Es irracional” –sostienen las principales voces de JXC. 

Otra vez hay diferencias con parte del radicalismo. “Lo de Morales es curioso. Cada vez que desde el PRO se unifica una postura, se le despierta su vocación dialoguista y su sentido de la responsabilidad” –se quejan en el equipo amarillo. 

Toda esta agenda se vio abruptamente interrumpida por la retahíla de casos fatales producidos por el consumo de cocaína contaminada con una sustancia que, increíblemente, aún no ha sido identificada. 

El episodio exhibe en su verdadera dimensión la brutal expansión del narcotráfico en la Argentina favorecida por la corrupción política, judicial y policial tal como, al fin y al cabo, ha sucedido y sucede en cada uno de los países en los cuales el narcotráfico hace baza. Con sus testimonios, la gente que habita en la zona de Puerta 8, donde la marginalidad se enseñorea, abunda en detalles de cómo la policía nada hace cuando se denuncian los puntos de venta de la cocaína que son ampliamente conocidos por todos. ¿Puede alguien creer que el jefe de la Policía Bonaerense, comisario Daniel Alberto García, no sabe esto? Por otra parte, con el gobernador Axel Kicillof paseando por Rusia y China, como parte de la delegación presidencial, el mutismo de quienes supuestamente quedaron a cargo de la Provincia ha sido estrepitoso. ¿Dónde están sus naturales sucesores? ¿Dónde está la vicegobernadora, Verónica Magario? ¿Dónde está el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde?

Patricia Bullrich, fue tajante contra el ministro de Seguridad Aníbal Fernández en la tragedia que dejó 24 muertos como consecuencia del consumo de cocaína adulterada. Le recordó que en su anterior paso por la cartera la importación de efedrina se había disparado y que ahora ocurre lo mismo con el fentanilo, sustancias que suelen terminar en manos del narcotráfico. Ya no se trata solo de Aníbal. Recuérdese que, en una decisión incomprensible y de extrema irresponsabilidad, su antecesora Sabrina Frédéric, decidió disolver la Subsecretaría contra el Narcotráfico. En el nuevo organigrama del Ministerio de Seguridad no hay un organismo con rango de Secretaría encargado de esta área.

Fuentes de la PBA reconocen en el off the récord lo poco que se ha avanzado en materia de lucha contra el narco, pero se escudan en un repertorio tan pobre como gastado: “No hemos podido avanzar como queríamos. La pandemia produjo parálisis y trastocó las prioridades y gran parte de los retrasos tienen que ver con la falta de celeridad de algunos fiscales en ordenar los allanamientos”. 

Curioso que desde un gobierno que patrocinó la bochornosa marcha contra la Justicia del 1F se guarde silencio respecto de esa pasividad judicial.