Santiago Cafiero tiene agendado un encuentro en Washington para este miércoles 18 con Antony Blinken, secretario de Estado y hombre de confianza del presidente de los Estados Unidos Joseph Biden. El objetivo del gobierno argentino es convencer a los funcionarios de la Casa Blanca de sus esfuerzos para cerrar un acuerdo con el FMI y lograr algún tipo de apoyo.
¿Cuál es el as en la manga del canciller argentino para embarcarse en esta cruzada? Ninguno. Lleva en su valija una catarata de excusas, promesas y buenas intenciones que chocan de frente con la realidad.
El oficialismo viene generando una colección de hechos bochornosos e inaceptables a los ojos de Washington y de cualquier país razonable. En los últimos meses, el gobierno de Alberto Fernández y de su jefa, Cristina Fernández de Kirchner, viene apoyando y alineándose con países que sistemáticamente violan las libertades individuales y los derechos humanos.
Al asumir la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), implícitamente convalidó los regímenes antidemocráticos y totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por supuesto que las consecuencias no tardaron en llegar.
Para la asunción del dictador Daniel Ortega celebrada en Managua el gobierno argentino fue representado por el embajador en Nicaragua, Daniel Capitanich. Ese acontecimiento dio pie a una de las aberraciones de política exterior más grandes de los últimos tiempos.
Durante el acto de reasunción de Ortega, Capitanich, compartió la ceremonia con Mohsen Rezai, funcionario iraní acusado de ser uno de los autores intelectuales del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), hecho por el cual pesa sobre él una alerta roja de Interpol. El embajador debió haberse retirado y denunciado su presencia para pedir su captura, algo que no hizo. Horas más tarde, y luego de la alerta y las quejas de toda la oposición, el Gobierno emitió un tibio comunicado de repudio.
“Se ha especulado con el posible desconocimiento, la impericia y hasta la falta de profesionalismo del embajador argentino en Nicaragua para afrontar la situación. Nada de esto me parece acertado. Hay una decisión geopolítica de alinearse con estos países, y se tuvieron que tratar el sapo del iraní. Una vergüenza internacional” –aseguró un diplomático de carrera disgustado por los hechos.
Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago. El caso de la titular del PAMI Luana Volnovich que fue grabada por turistas argentinos veraneando en el Caribe Mexicano junto a su pareja y número dos de la institución, Martín Rodríguez, es otro ejemplo de la doble moral que caracteriza al kirchnerismo.
En este caso, agravado por la virtual acefalía en la conducción del PAMI en momentos en que la mayor ola de calor golpea nuestro país.
El episodio de Volnovich exhibe la doble moral que caracteriza al kirchnerismo
“Disfruten de las termas” había escrito la funcionaria en un tuit felicitando a un grupo de jubilados que viajaron a Mar del Plata y a Entre Ríos por el programa PreViaje impulsado por la obra social de los adultos mayores.
También se los escuchó mandar a los jubilados a disfrutar de los parques y vacacionar en las plazas, una muestra que no sorprende.
¿Está mal que un funcionario público se tome vacaciones? Por supuesto que no. Lo que choca de frente con la ética y despierta la indignación de la gente es el abandono y el doble discurso.
El propio presidente Alberto Fernández había pedido a sus funcionarios que veraneen en el país. Por otra parte, el PAMI es deficiente en sus prestaciones, y las quejas de los adultos mayores se multiplican día tras día: el programa de atención domiciliaria no funciona como corresponde. Hay problemas con la asignación de turnos para diferentes especialidades.
Faltan los medicamentos oncológicos y todo tipo de insumos en hospitales de la institución, entre muchas otras falencias. Nada de ello se refleja en los videos a puro disfrute de sus directores, en el Caribe. Cabe señalar, además, que la propaganda kirchnerista ya no puede ocultar tamaño descontrol. La referencia de Volnovich a la utilización del PreViaje por parte de un grupo de jubilados es una excepción y no la regla. Un jubilado que gana la mínima –siete de cada diez– no puede acceder con 29 mil pesos de haberes ni a un PreViaje, ni a pagar los costos de servicios de su vivienda, ni a sus medicamentos ni a la canasta básica de alimentos. Los jubilados son los castigados de siempre.
En un gobierno con apego a buenos principios morales, Luana Volnovich y su pareja Martín Rodríguez habrían sido inmediatamente expulsados de sus cargos. “Debieron haberse ido hace rato. Junto con Victoria Donda son de lo más flojo que tiene esta gestión. Volnovich sabe que su poder es prestado. Duerme bajo la frazada de La Cámpora y es sano que la gente lo tenga bien claro” –dijo con disgusto un funcionario del riñón albertista, que prefirió no opinar ante la consulta sobre un posible pedido de renuncia. Responsabilidades compartidas y falta de límites en una gestión de doble comando donde el poder no emana de quien tiene la firma.
El mismo criterio debería aplicarse para con el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. “Tiene otra capacidad de gestión, otro compromiso y otro volumen político”, sostienen quienes lo defienden dentro del Gobierno. La inmoralidad dentro del oficialismo no tiene límites.
“Basta de pelearnos” dijo el Presidente ante un grupo de empresarios el jueves pasado.
Curiosa afirmación de quien encabeza un gobierno que lo único que hace es confrontar con todos todo el tiempo.