COLUMNISTAS
ESCENARIOS

La Argentina no peronista

default
default | Cedoc

En el último número de Nueva Sociedad, la politóloga María Esperanza Casullo escribió un artículo titulado “Del bipartidismo a la ‘democracia peronista’”, en el que sostiene la tesis de que la crisis de representación de 2001 fue básicamente una crisis del espacio no peronista. Los resultados de las elecciones de 2003, 2007 y 2011 confirman esas tesis. Basta citar que en la última elección, en la que Cristina Fernández pasó el 50%, el segundo, Hermes Binner, no llegó el 17%.
¿Este escenario cambió el domingo 9 de agosto? Un poco, quizás.
En estos años, una de las novedades fue la constitución de una nueva fuerza: PROpuesta Republicana (PRO). Un libro reciente, Mundo PRO (Gabriel Vommaro, Sergio Morresi y Alejandro Bellotti –ed. Planeta) presenta una muy ilustrativa radiografía de este fenómeno partidario. Si una gran cantidad de jóvenes, estos años, se politizó en La Cámpora, o en la izquierda, otra –proveniente de otros “mundos”, como las universidades privadas– “se metió en política” a través de PRO. Este partido es un buen ejemplo de lo que hoy muchos llaman las “nuevas derechas”: las que debieron desarrollarse en escenarios posneoliberales (basta ver cómo Macri sobreactúa hoy su amor por el Estado). Aunque una parte de ella proviene de las viejas derechas, esas herencias no explican su actual identidad. Algunas figuras pueden servir para sintetizar sus diferentes facetas:
u El presidente de la Juventud PRO, Maximiliano Sahonero: nieto de bolivianos, hijo de un carpintero formado por el Padre Mugica, nació y creció en la villa 20 de Lugano, responde a María Eugenia Vidal, desplazó a algunas caras bonitas y expresa la búsqueda de nexos con el mundo popular.
u Peter Robledo, joven gay agredido en un boliche de la zona norte, y actual Coordinador del área Diversidad e Inclusión de la Fundación Pensar, corporiza el viraje de PRO hacia el reconocimiento de las diversidades (el PROpio canal de la Ciudad tiene un PROgrama sobre esta temática).
u Alejandro Rozitchner, el coach filosófico de Mauricio, expresa el peso de las llamadas “nuevas espiritualidades” y el new age (budismo, respiración, etc.) en esta corriente.
u Finalmente, Jaime Duran Barba: el gran difusor de la política post-ideológica, marca de fábrica de los amarillos.
Hoy PRO logra, con María Eugenia Vidal, penetrar la esquiva provincia de Buenos Aires (con un 30% de los votos). Y en épocas en la que está de moda no construir partidos, construyeron uno que disputa el poder.
Frente a este escenario por derecha, desde el lado del centroizquierda no peronista nos encontramos ante a una fuerte crisis. Si el peronismo de los 90 acabó por cooptación con el centroderecha –la Ucedé de Alvaro Alsogaray–, el kircherismo, versión de centroizquierda del peronismo tradicional, condimentado con la construcción de un imaginario setentista, incorporó a gran parte del progresismo con alma nacional-popular. Al mismo tiempo, fue empujando al centroizquierda no peronista al espacio republicano-liberal. De allí la migración hacia Cambiemos, o las dificultades de Margarita Stolbizer para evitar ser el ala izquierda del antikirchnerismo.
Finalmente, un espacio más pequeño pero dinámico, se referencia en la izquierda combativa –gran parte de ella agrupada en el Frente de Izquierda y los Trabajadores–. Sus recientes primarias arrojaron un resultado sorpresivo: Nicolás del Caño, del Partido de los Trabajadores Socialistas, le ganó al histórico Jorge Altamira –del Partido Obrero– con un discurso de recambio generacional y estará entre los seis presidenciables que “pasaron las PASO”.
Pero el escenario para el no-peronismo no es fácil: la figura de Daniel Scioli le permite otra vez al “movimiento” girar hacia el centro y hacer su catch-all a izquierda y a derecha con un discurso igualmente post-político y de la fe. En 2003, Cristina Fernández ya lo había advertido desde París: “Yo no soy progre, soy peronista. El problema es que no lo entienden”. Y peronismo, ya lo sabemos, es ganar.

*Jefe de redacción de Nueva Sociedad.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite