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La razón de Víctor Hugo

Hace unos días Víctor Hugo Morales realizó una crítica a los comentarios que se publican en Perfil.com. Antes de responderla, deseo compartir con el lector los dichos completos de Víctor Hugo.

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Hace unos días Víctor Hugo Morales realizó una crítica a los comentarios que se publican en Perfil.com. Antes de responderla, deseo compartir con el lector los dichos completos de Víctor Hugo (aunque esta columna tenga que ir con una foto pequeña y mi respuesta sea menor: es de buen anfitrión; además, él haría lo mismo).

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Víctor Hugo dixit. “Lo que voy a decir me lo planteo más como pregunta que como convicción porque en realidad estoy un poco desorientado. A veces tengo la impresión de que ha surgido en el periodismo una nueva forma de amarillismo y se lleva adelante con la aquiescencia de los periodistas o de los dueños de los medios, que a veces suelen ser críticos del periodismo bastardo. Podría ser que una cierta hipocresía esté campeando muy orondamente por los medios de propietarios que seguramente observan con espanto los desbordes amarillistas de los otros. Pero si yo tuviese razón en mi sospecha, me da la sensación de que no se están fijando en esos desbordes de sus medios.”

“De qué estoy hablando: de los diarios digitales. Cuál es el amarillismo en los diarios digitales o en algunos por lo menos: el dejar que las personas de peores instintos puedan descargarse vomitando todo el veneno, toda la discriminación, grados superlativos de imbecilidad, palabrotas, cuanta porquería haya en el idioma y en la pérdida de calidad de la discusión, cualquiera que sea.”

“Yo francamente ignoraba un poco este tema. Un poco no, totalmente. Hasta que me advirtieron lo que sucedía en una nota que hice hace unos pocos días. Me dijeron: ‘¿Viste en el diario Perfil las cosas que dicen?’. Es verdad que había algunas a favor, pero no importa las que estaban en contra. Mil veces hemos pasado, y les consta a ustedes, opiniones de la gente que están muy en línea contraria a lo que quien les habla, por ejemplo, piensa o a lo que el programa editorializa. Pero en el diario Perfil me encontré que donde estaba la nota, a propósito de algo que había dicho yo (no importa ya cuál era el tema), me advirtieron, y me picó la curiosidad. Entonces fui, y lo primero que me pregunté fue en qué Manual de Estilo del amigo Jorge Fontevecchia, por ejemplo, figura ese tipo de contribución al periodismo. No sé si tengo razón, a lo mejor me encuentro con Jorge Fontevecchia y me dice: ‘No, mirá, esto es lo nuevo, esto es lo que en el periodismo se está estilando en el mundo entero’. La gente entra y simplemente vomita. Sería lo mismo encontrar bilis dentro de la computadora que encontrar las opiniones que uno descubre allí. Yo me lo planteo más que nada como un tema a desarrollar un poco más.”

“Después quise abundar y me fijé lo que decían de cada uno de los que escriben en los medios. Me di cuenta de que, por ejemplo, al Chavo Fucks le decían cualquier cosa y a otros analistas. A Fontevecchia lo trataban inesperadamente con una notable elegancia, no había nadie que fuese un poco más soez, los soeces se iban en ese caso. Después me fijé un poco en La Nación. En La Nación me di cuenta, yo no sabía que existía esto, a lo mejor Jorge me puede decir. Que tengo un gran amigo y alguien que admiro muchísimo como Gastón Roitberg a cargo, parece que hay una especie de moderador, pero igual me da la sensación de que se filtran cosas que uno dice.”

“Qué nos agrega esto. Alguien hace una crítica, escribe una nota. En la nota pone toda su pasión y le faltan el respeto muchos. Advertí, por ejemplo, que de Joaquín Morales Solá, tan respetable como es Joaquín, no hay opiniones. No sé si Joaquín lo pone como una exigencia, que compartiría plenamente. Cómo va a escribir una nota y después aparece cualquier desaforado que lo odia, vaya a saber por qué motivo, diciendo cualquier disparate. No sé si es algo que él impone, o el diario para proteger a su columnista estrella hace. Pero no todos tienen ese tipo de protección. Por supuesto que hay diferencias entre las páginas de los diarios y demás.”

“Pero me pregunto si ésta es una contribución a mejorar nuestra calidad intelectual, nuestro lenguaje, la forma de hacer periodismo, o esto es algo que está bastardeándonos todavía más. Y entonces dónde quedaría el amarillismo que a veces descubrimos en ciertos programas de televisión que nos dan vergüenza, o en cierto programa de radio.”

“Yo me siento un ingenuo, en algunos casos tenemos unas perlitas que preparó Laura Caragliano de los siguientes insultos de este año. Hace días que las tengo, todavía no las he pasado un poco porque no da el tiempo, y otro poco porque le pedí a Laura: ‘Poneles un puntito a todas las palabrotas’. Más o menos se sabe lo que dicen, pero el hecho de que no surja la palabra es menos hiriente, me parece. Así que usémoslo sin que la gente que pone la radio sin saber qué es lo que le van a decir tenga que aceptarse indefensa. Bueno, me lo planteo como un tema, se lo planteo a ustedes. Si es que alguna vez han entrado a los diarios digitales. A lo mejor les parece bárbaro, y les parece divertido. Pero a mí me da la sensación de que se olvidan de cuál era la discusión, de cuál era la nota, para ir directamente a los disparates que algunos aprovechan para decir, desde el anonimato que siempre implica una cobardía feroz. Y créanme algo, no estoy enojado por lo que allí leí de mí. Uno va desarrollando un cuero muy grueso para estas cosas. Y suele estar muy por afuera de esto, de lo que la gente pueda decir. Porque vivimos entre mimos y ataques. Y ya estamos entrenados para eso. Pero me pareció cuando leí, cuando entré a Perfil, por otra parte tan delicado en toda su presentación. Tan gustoso como es el diario de la estética en general. Porque no se le puede reprochar nada, y realmente es un gran diario. Me digo qué le aportará a PERFIL, a las convicciones periodísticas, o a lo que llamamos Manual de Estilo, lo que leí. Lo que descubrí a propósito de algo de lo que me habían advertido.”

Respuesta. Tengo el mismo rechazo por todos aquellos que, aprovechándose del anonimato que puede permitir Internet, utilizan esa libertad para “vomitar su veneno”, como dice Víctor Hugo. Entré a Lanacion.com y encontré el mismo tipo de comentarios: algunos lúcidos e inteligentes entre varios otros que destilan ignorancia, discriminación y el componente más animal del ser humano.

Sabía que Joaquín Morales Solá había pedido que se excluyeran de sus columnas los comentarios, quizá yo lo pediría como columnista en otro medio pero no puedo en Perfil.com impedir para mí lo que no impido para los demás.

Tampoco los comentarios de las contratapas son moderados, hay críticas variadas, por ejemplo Ratablanca escribió: “Fontevecchia es un mercenario de la pluma”. Livia escribió: “Es una obviedad decir que Fontevecchia es un cómplice de los K para voltear a Macri”. Y Moalais escribió: Fontevecchia=Macaluse=Kirchnerista.

Para la cuestión de fondo no tengo respuesta. No es que no sé si en Lanación.com y Perfil.com estamos haciendo bien al publicar comentarios anónimos, Internet nos obliga a viajes hacia lo desconocido que exigen tolerancia a la imperfección.