Acá estoy, resistiendo. El proyecto nacional y popular me entró en un pendrive con forma de supositorio donde ya tenía el cancionero de Copani y declaraciones de Gerardo Romano y Mempo Giardinelli. Cuando volvamos, lo conecto y estamos todos en línea otra vez. Para entonces, quizá haya que actualizar el sistema operativo que controla opositores. El sistema, no el proyecto. Eso no cambia, es eterno. Como la Patria, que es el otro cuando nos vota pero en el mientras tanto seguimos siendo nosotros. “Todos los gorilas/ se quieren matar/ en el dos mil y pico/ volveremo’ a ganar/ seguiremos construyendo/el proyecto nacional y...”.
Momento. “¿Dos mil y pico...?”. Humm, no me gusta cómo queda el cantito así. ¿Qué fecha le pongo? Esto no llega a marzo. “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo” (Abraham Lincoln). No, no puedo citar a un imperialista yanqui. Tiene que ser una de Perón. “Cuando el pueblo se hincha las pelotas hace tronar el escarmiento”. Es buena, pero no conviene ahora. El pueblo nos dio una patada en el culo porque todavía no sabe que lo engañaron. Que perdimos porque los medios hegemónicos le comieron el coco.
Todos los días denunciando a Boudou, Aníbal Fernández, Guillermo Moreno, Baéz, Gerardo Martínez, Schoklender, De Vido, la hicieron “bolsa” a Felisa Miceli, ¡al general Milani!, ¡al propio Máximo!, ¡a Cristina! Los negocios con las tierras, los hoteles, Ciccone, las valijas, los bolsos, los contratos de obra pública, las cometas. Contra eso no se puede. No hay compañero que aguante semejante ataque mediático.
Y nosotros, inocentes, contestamos con 6,7,8, Víctor Hugo, Szpolsky, Garfunkel, y toda la corporación de medios que criamos y alimentamos con guita pública. Buenos muchachos, más interesados en el paquete que cobraban que en las ideas. Si a tu equipo lo tienen contra un arco, no podés salir a contragolpear con “el relator militante” y a tirar pelotazos con Orlando Barone, Ricardo Forster y Horacio González. Tipos que tienen menos barrio y menos fútbol que la revista Para Ti.
Porque, ponele que sí, que Gerardo Martínez fue informante de la dictadura, que Milani era cómplice de secuestros, torturas y desapariciones, que Aníbal y la falopa, que lo de Ciccone, que las cuentas de los hoteles y los negocios que no cierran, pero ¿y el proyecto? Eso es lo que importa. ¿Cómo no ven la continuidad del proyecto por encima de los nombres? Menemismo, duhaldismo, kirchnerismo. Si era como ellos decían, no hubiéramos durado tanto. No se puede robar a todos todo el tiempo.
Yo quería resistir en una de esas habitaciones de hotel vacías que administra Máximo, con media pensión, yacuzzi, y videos de Cristina. Durante años sólo consumí su palabra, me hice adicto a las cadenas para la liberación y ahora no puedo vivir sin ellas. Necesito que me guíe, que me explique. ¿Por qué nos hizo votar a Scioli, a Aníbal? ¿Por qué, entre otros, nos hizo bancar a Mariano Recalde en Aerolíneas y a Kicillof de ministro? Inútiles que ahora te la explican y hace quince minutos no sabían cómo parar la diarrea de fondos que poníamos todos.
Los refugios en el sur son caros. A mí me harían precio de militante. Pero no, no. Hay que estar acá, listo para volver porque el derrumbe es inminente. En cuanto se dispare el dólar, los precios, la inflación, privaticen las escuelas, los hospitales y apuremos los saqueos, éstos no llegan a marzo. Ya escucho el traca-traca del motor. Veo el helicóptero. Chau, derecha. Chau, gorilas, ustedes sí que no vuelven más.
Va a tener más mérito lo mío si hago carpa abajo del escritorio. Uso de cortina las banderas de La Cámpora. A la mañana, antes de que entren los nuevos a laburar, me voy a un bar, milito en Facebook y vuelvo cuando se van. No miro la tele, nada. Me duermo con los auriculares puestos, escuchando a Copani: “... Vengo bancando este proyecto /proyecto, nacional y popular...”. Si no miro, no veo. Si no leo, no pienso. Si no escucho, no siento nada. Son un par de meses, nomás. Esto no llega a marzo.
*Periodista.