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Defensor de los Lectores

Las cuatro “pandemias” que agravan la del covid

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González. “El buen periodismo debe salir con ética, hechos, voces, rostros, rigor e imágenes a informar”. | afp

Este ombudsman debe confesar su alarmada sorpresa ante lo que viene sucediendo en los últimos tiempos –las últimas semanas, en particular– con los medios de comunicación y periodistas en relación con la dramática situación global por la pandemia. Se dirá que no hay razón para la sorpresa, porque se trata de unas conductas de creciente deterioro en términos de ética, de buen ejercicio de la profesión, de responsabilidad social y de compromiso con la buena información, partes indivisibles del oficio. Cuando el periodismo deja de cumplir su misión de acercarse a la verdad y pasa a ser un arma más de las luchas por el poder, se profundiza el deterioro de una democracia que viene mostrando en el mundo peligrosas grietas en sus cimientos. 

Hace algún tiempo, la columna dominical del Defensor de los Lectores estuvo dedicada a develar cómo y por qué periodistas que en el pasado mostraron apego por la verdad y rechazo a toda forma de discrecionalidad en el manejo de la noticia, pasaron a adquirir carácter de gurúes, sin que ello tenga sustento en datos confiables y fuentes seguras. El académico colombiano Germán Rey, miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, dijo hace un par de meses: “El problema es que los medios no han hecho lo suficiente para ganarse un lugar en la confianza social, que se ha ido deteriorando progresivamente. La libertad de expresión no es un coto cerrado de los medios o de los periodistas. Es una libertad, un derecho y una responsabilidad de toda la sociedad. Pero desde hace unos años ha crecido el vedetismo en los medios. De fiscalizadores, algunos periodistas se creyeron vedettes, figuras”. 

Esto se ha profundizado peligrosamente en relación con la pandemia. Sin entrar en la crítica (razonable, necesaria) a expresiones de impunes personajes que tienen acceso y tiempo para ocupar pantallas y micrófonos, diarios y revistas (no merecen, creo, la publicidad que buscan para sus irresponsables actos), quiero transmitir a los lectores de PERFIL algunas reflexiones propias, de organismos internacionales y de especialistas en ética periodística.

La periodista chilena Mónica González, una de las dos conductoras del Consultorio Ético de la Fundación Gabo (la otra es su colega colombiana Yolanda Ruiz), escribió hace poco más de un mes un pormenorizado artículo en el que ensaya una interesante interpretación sobre el estado actual de cosas en esta profesión, particularmente en América Latina. Sostiene que son cuatro las “pandemias” que afectan nuestros países y nuestros pueblos:

- La pobreza. “Aunque 72 millones de personas salieron de la pobreza en América Latina entre 2003 y 2008, la pandemia barrió con su nueva situación, provocando que la cifra de los que viven en situación de pobreza se eleve a unos 230 millones, mientras que otros 16 millones de latinoamericanos han caído a la pobreza extrema (llegando a 83,4 millones) por efectos del covid-19” (Los datos son de la Cepal, Comisión Económica para América Latina y el Caribe).

- La falsedad. Se hace cada vez más difícil para los periodistas de la región un acceso a información cierta, sin contaminación por intereses espurios. Es lo que González denomina “Periodistas en la oscuridad”.

- La corrupción. Un virus que ataca las bases mismas de la democracia y que es tratada de manera disímil por los gobiernos y los sistemas judiciales. 

- Noticias falsas. El director de la Organización Mundial de la Salud señaló: “La alarma por la proliferación de información falsa se acrecienta por la amenaza que ella representa para la salud pública y por cómo socava la confianza de los ciudadanos en la democracia”.

Por cierto, es una síntesis muy apretada de lo que ve con alarma la autora del artículo (ver completo en https://fundaciongabo.org/es/consultorio-etico/consulta/2342). De la actualidad argentina, mejor no decir nada hoy.