El peor momento sanitario de la pandemia. La mayor caída socioeconómica de nuestra historia moderna. La multiplicación de la angustia social. La (in) oportuna reforma judicial lanzada por el Gobierno en medio de este escenario dantesco. Nada de esto hace mella en Mauricio Macri, que volvió a partir para un descansito. Esta vez, a París.
Sus allegados, sus militantes y sus votantes –hace nueve meses obtuvo el 40% de los sufragios– podrán defenderlo con el argumento de que tiene derecho, al no ser funcionario, de relajarse con su familia y no poder aportar demasiado acá.
Deben tener razón. Salvo que Macri ya hacía lo mismo cuando era jefe de Gobierno porteño, total la gestión se la cargaba Horacio Rodríguez Larreta. Ni hablar de sus más que frecuentes descansos mientras ejerció como Presidente, de los que dio cuenta PERFIL, total la gestión se la cargaba…ah, Marcos Peña. Así nos fue.
Deben tener razón. Salvo que Macri, tras ser derrotado y ver frustrado su deseo reeleccionista, pretende erigirse en “el” referente opositor. “Me votaron a mí”, llegó a decir a sus más cercanos, como para sostener tal aspiración y la futura aspiración de ser candidato a diputado el año próximo.
Deben tener razón. Salvo que Macri siquiera blanqueó su nuevo viaje con quienes intentan conducir Juntos por el Cambio, su fuerza, cuando el martes 28 compartieron después de mucho tiempo un espacio de debate sobre los cambios que el Gobierno trata de introducir en la justicia y en la Corte Suprema. Allí se plantearon indignaciones, alertas varias y la decisión de no concurrir a la Casa Rosada como forma de protestar ante lo que creen puede ser un riesgo institucional.
Por ello, varias de las personas que participaron en ese zoom con el ex presidente no salían de un enojado asombro cuando se enteraron, por los medios, de que su ex líder partía en silencio hacia los soles de Europa.
No debería sorprenderlos tamaña indolencia, que ratifica la decisión de varios de ellos y ellas de correrlo del futuro opositor. Tampoco su falta de empatía con esa mayoría silenciosa y no tanto que la está pasando mal. Muy mal. Que alguien le avise a Macri.