COLUMNISTAS
asuntos internos

Nuevas reseñas brevísimas

default
default | Cedoc

Después de No me lo digas, publicada en 1961, y aclamada unánimemente como la novela más notable de la década, H.M. Tornsdorf ha escrito Siento escalofríos, que ha corrido la misma suerte que la primera.
Bob Slocum es, aparentemente, un hombre envidiable. Prototipo del ejecutivo medio, obsesionado por el status, la vida parece ofrecerle oportunidades sin límite.

Su familia está compuesta por una atractiva mujer y tres hijos. Tiene además una “amiga” y lo que él llama su “harén errante”, que se compone, entre quinceañeras precozmente prostituidas y veinteañeras que él intenta a toda costa prostituir, por una prima suya y... por su suegra. Todo lo que a primera vista aparenta ser tan positivo deja de serlo y va, poco a poco, transformándose en angustia, en miedos infundados, en pesadillas eternas. La posibilidad de ser destituido de su jerarquía, el temor de no poder acceder a los lugares donde se toman las decisiones, el odio de sus superiores, todo eso mezclado con el desmoronamiento de su vida familiar y sentimental constituye para Slocum un motivo de constante aflicción.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Como si fuera poco, un amigo quiere filmar un documental que cuente su vida. Y lo persigue a diario. Filma sus encuentros amorosos, graba sus tramas laborales, registra sus complots con lujo de detalles. Cuando el film está concluido, entonces, aparece lo inesperado: el chantaje.
El libro es un extraordinario y sarcástico soliloquio donde desfila la vida de un hombre común y su proyección en la realidad a través de su propia conciencia. Cada uno de los hechos importantes o minúsculos de su existencia están narrados magistralmente por el mismo protagonista. (Siento escalofríos, de H.M. Tornsdorf.)

El personaje principal de esta novela es el capitán de un submarino que parte a una expedición de dos meses por debajo del Polo Norte. Su gran fantasía es que él es un gigante de las belles lettres, alguien así como Carlyle, a quien admira. Su máximo sueño es que dentro de 300 años uno de los grandes logros literarios del siglo XX, custodiado, valorado, deseado y recordado por todos, sea su cuaderno de bitácora. Así que lo llena de crítica literaria y verso libre y ensayo político y aforismos, mezclándolo con las anotaciones normales de un cuaderno de bitácora, latitud y longitud y velocidad y listas de enfermos y bajas. Y todo eso lo escribe con frases floridas, como si lo estuviese haciendo con una pluma de ganso. De hecho el capitán se llama Pluma de Ganso. Y lo que escribe, su cuaderno de bitácora, no es otra cosa que el libro El capitán Pearls.

Lo que Dick Francis ha hecho ha sido escribir un libro que no cuenta en absoluto lo que pasa en un submarino. Ha escrito un libro que no es un libro. (El Capitán Pearls, de Dick Francis.)