“Vas a ver que los vamos a cagar. A los de afuera y a los de adentro”. El funcionario nacional, importante, suelta la frase con una mueca casi risueña. En el momento político más difícil de Alberto Fernández, integrantes de su círculo de confianza aseguran que no tienen dudas sobre el triunfo electoral. Y a quién se lo van a dedicar.
Admiten que no ha sido un mes fácil, cuando se están cumpliendo 30 días desde que empezaron a propagarse las listas de ingresos a Olivos del año pasado, en plena cuarentena. Y más de dos semanas después de conocerse la foto de la fiesta de cumple clandestina.
“Lo peor ya pasó. El Presidente admitió en público el error y se disculpó. Eso no lo hizo nadie antes”, recita la fuente. El textual, como el del inicio, es multidireccional.
La gente de Alberto F cree que más allá de los yerros no forzados, hay sobre todo una exageración mediática y política interesada. Obviamente miran hacia sectores opositores. Pero no excluyen –por acción u omisión– a grupos oficialistas.
En ese sentido, no cayó muy bien cómo Cristina Kirchner respaldó al jefe de Estado en público. No les falta razón que pueda ser el colmo que la vicepresidenta, con sus antecedentes, le reproche enojarse. O no tener el control de lo que pasa en Olivos o en la gestión. Como al pasar, se saca a relucir que la causa Cuadernos involucra a ex funcionarios de CFK, ninguno de Alberto F.
Sin ese nivel de beligerancia interna, esas señales de insatisfacción llegaron al Senado y al Instituto Patria. Como no es momento de echarle más nafta al fuego, así que salió de bombero el ministro de Hábitat para proclamar que el proyecto del FdT es de ocho años de Alberto en la Casa Rosada. Curioso que Jorge Ferraresi, más cristinista que Cristina, sacara el tema de la reelección cuando nadie fuera del oficialismo lo había puesto en agenda.
Otro que intentó el rescate fue Gregorio Dalbón, un letrado controvertido que chapea con que es el abogado del Presidente y su vice, pese a que sólo los representó en alguna causa puntual.
Dalbón anunció que iba a defender a Alberto F en la causa del Olivosgate, lo que no ocurrió: el mandatario se auto defendió en el escrito donde ofreció pagar una multa. Claro, días antes Dalbón calificó de “coimero” a Ramiro González y que Sebastián Casanello le “chupa un huevo”. Así habló del fiscal y del juez del proceso donde el Presidente, la Primera Dama y quienes asistieron al cumple están imputados. Dalbón se disculpó por A24 del exabrupto e intentó ratificar su supuesto rol clave como abogado presidencial, lo que fue desmentido por un estrecho colaborador albertista y hasta por el propio Presidente, vía whatsapp.
La frágil fortaleza del Presidente
En sintonía con su círculo áulico, Alberto F se siente maltratado. “Hacen mucho ruido con Dalbón y la noticia debería ser que me presenté en la justicia, ejercí mis derechos, fijé mi posición y ofrecí un resarcimiento por el daño que pude haber causado. Un Presidente que se somete al estado de derecho. Esa noticia no la valora ningún medio. Me apena, porque siento que estoy subiendo la vara en la calidad institucional. Pero se concentran en lo que dijo Dalbón”, se quejó en privado el Presidente.
Su lamento se extendió a la insólita defensa que ensayó sobre la docente secundaria que trató de adoctrinar a un alumno sobre culpar de todo al macrismo. “Que haya tenido ese debate es formidable”, opinó Alberto F en Radio 10. “Es que a la pobre mina la crucificaron”, se justificó luego en privado. Sus asesores desaprueban esa reacción, que forma parte de un estilo excesivamente “hablotodista”, pero la incluyen en el exceso político-mediático de exacerbar estos yerros.
En tren de un plan reanimador de la imagen presidencial en medio de la campaña, el Gobierno avanzó en ciertas decisiones. Clausuró por un tiempo la residencia de Olivos para actividades o reuniones oficiales, que se concentrarán en la Casa Rosada.
También le armó a Alberto F una suerte de burbuja política, con sus viajes a tres provincias “seguras”. El peronismo estima que arrasará en San Juan, Catamarca y La Pampa, donde además gobierna. Eso explica por qué se evitó ir a Corrientes, donde el gobernador radical Gustavo Valdés va como amplio favorito a la reelección este mismo domingo 29.
Algunos viajes al exterior buscar el mismo efecto “elevador”. Resta definir para los próximos días un vuelo rápido a Ecuador, para una cumbre con su nuevo presidente, y en la agenda post PASO se incluyen pasajes a México, a la asamblea de la ONU en Nueva York, Roma y Escocia.
“Vamos a ganar en noviembre, lo que el peronismo no logra desde 2005 en ninguna elección de medio término. Y será por la gestión de Alberto”, sostiene el funcionario inicial, en otra muestra de optimismo beligerante: Cristina nunca pudo.