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Presidente mentiroso

La foto de la fiesta de Alberto Fernández y Fabiola Yañez en Olivos.
La foto de la fiesta de Alberto Fernández y Fabiola Yañez en Olivos. | Cedoc

Resistamos la tentación de la indignación para intentar dar información y análisis de los festejos clandestinos en Olivos. No aporta ese tono al trabajo periodístico y es injusto para los miles y miles que perdieron (perdimos) algún ser querido sin poder siquiera despedirse.

Los hechos son bastante conocidos. Desde hace casi un mes vienen circulando planillas de ingresos nutridos extra- laborales y en horarios curiosos a la Quinta presidencial. Y el jueves se conoció la foto de la celebración del cumpleaños de la primera dama en pleno encierro sanitario.

El supuesto pedido de disculpas de Alberto Fernández del viernes mantiene una lógica de mentira casi compulsiva. No sorprende tanto de un hombre que debería quemar todo lo que ha dicho en los últimos años para autodesmentirse desde que se reconcilió con Cristina Fernández de Kirchner y es jefe de Estado.

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 A los hechos lamentables en la residencia oficial, el Presidente le agrega justificaciones insostenibles. Así, sostuvo que Fabiola Yañez “convocó a una reunión con sus amigos y un brindis que no debió haberse hecho y lamento que haya ocurrido”. Antecedió el adjetivo “querida” antes de culpar a su pareja. ¿Él no sabía del festejo? ¿Aparece de casualidad en la foto? ¿Los y las invitadas llegaron e ingresaron a la Quinta con autorización de quién?

El Presidente también afirmó que lo ocurrido “todos lo supieron porque no ocultamos nada, está en los registros”. Miente porque solo se pudo acceder a la información de los ingresos a Olivos gracias a trabajosos y reiterados pedidos de acceso a la información. Miente porque antes de conocerse la foto, insistió hasta el hartazgo que todas las reuniones en las que participó eran de trabajo. Miente porque les dijo la misma mentira a varios funcionarios de su confianza. Miente porque si el periodismo no hubiera accedido a los registros de visitas, y sobre todo a la imagen del cumpleaños, acá no pasó nada y sigamos que nadie se dio cuenta.

Por estas horas, alrededor del Presidente creen que pueden aparecer más imágenes comprometedoras de lo que él juraba que no pasaba. No descartan, siquiera, alguna de su propio cumpleaños.

Hay además una cacería en torno a quién pudo originar la filtración de esa imagen tan poderosa de impunidad. Según a quién se consulte, hay diferentes grados de conspiranoia. El máximo apunta a la Casa Militar. El medio, a un estrecho colaborador presidencial. El más bajo, al peluquero de Yañez, al parecer afecto al cholulismo autopromocional y presente en la foto.

Hablando de la foto, al menos cuatro de las nueve personas que aparecen invitadas en la mesa cumpleañera de Olivos ya hicieron contacto con algún asesoramiento legal. Hacen bien: hay una causa judicial que lleva el fiscal federal Ramiro González por violación del ASPO. Sí, ese aislamiento lo impuso el propio Presidente que decidió violarlo. Doble vara.

Los once de la foto infringieron las normas excepcionales que se impusieron por la pandemia. El Presidente, en sus disculpas fallutas, no tuvo otra que confesar el delito. “No va a volver a ocurrir”, prometió. Como si su palabra, a esta altura, valiera algo.