COLUMNISTAS
opinion

Traigan una oposición

Alberto-Fernández-con-líderes-del-oficialismo-y-la-oposición
Alberto Fernández con líderes del oficialismo y la oposición | Presidencia

La sociedad es un juego de referencias y ya no puede vivir sin ellas. Podríamos indicar elementos que tienen existencia concreta, que allí están realmente en el mundo y que serían indiscutiblemente reales, si es que se quisiera defender la idea del rechazo a la pura relatividad y a la infinitud de los puntos de vista. Pero es en las combinaciones que hacemos de todo eso disponible en el mundo, y que realmente existe, lo que convierte la sociedad en un entramado comunicacional de características trascendentes a las mismas cosas. Una descripción del orden social tiene como desafío encontrar los elementos que definen el "cómo" se observa el mundo, para encontrar "qué" es lo que del mundo se indica. Los medios de comunicación son un ejemplo interesante, ya que no cuentan todo lo que ocurre en el mundo, sino aquello que es considerado digno de ser informado, y aquello que es digno de ser informado no se encuentra en el mundo, en “la realidad”, sino en los mismos esquemas de observación del mundo de aquellos que se especializan en dar información. En el mundo no encontramos nada, todo lo encontramos en la manera de ver ese mundo.

La política tiene un modo muy concreto de articular su recorte de observación de la sociedad. El articulado central es la diferenciación entre gobierno y oposición y todas las comunicaciones que desde allí surgen se orientan a lograr el daño a uno u otro lado de esa forma. Dependiendo del rol que se ocupa, se dice una cosa, o se piensa en decir otra. Bajo esta idea, la calma política supuesta del corona virus es una falla en la descripción de los procesos, ya que en ningún momento podría asegurarse de que realmente haya desaparecido la tensión identitaria central de la política entre los que ganaron las elecciones y los que quieren volver a ganarlas. Operativamente es indiscutible que alguien ocupa el poder ejecutivo y otro ya no lo ocupa más; algo que lo que llaman imaginariamente como “nueva normalidad” no ha logrado todavía desarmar.

Imaginaciones sobre lo que hubiera ocurrido si Macri era presidente en esta crisis, las críticas a las políticas de reducción del Estado como consecuencia del supuesto avance del neoliberalismo y los cuestionamientos a los grandes empresarios, se pueden encontrar muy fácilmente en la campaña electoral de 2019, en viejas tensiones políticas de nuestro país y en las conferencias de prensa presidenciales cada quince días. La recurrencia de este tipo de menciones y acusaciones ha quedado llamativamente oculta en la supuesta homogeneidad de todo el arco político al que se describe como protagonista de un insólito y nunca observado acuerdo de partidos, pero del que se comienza a evidenciar en modo de fractura y divergencias. En realidad no se fractura, porque nunca existió unidad real.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

La obsesión por encontrar los cambios y el nuevo mundo post pandemia, deja abandonado en el análisis la búsqueda por las continuidades. Hoy sería exitoso para ser escuchado por Zoom aquel que vislumbra el futuro, que insiste en declarar la muerte de un sistema económico global que a pesar de su brutal detenimiento sigue operando pagos con dinero y que se orienta a resolver su actual inestabilidad con nuevas manera de lograr que los pagos se sigan efectuando y empujando a los gobierno para actualizar la legislación comercial. Si el escenario fuera de desaparición de la economía monetaria o de la inexistencia de instancias democráticas de gobierno y oposición, podría uno asombrarse por la destrucción de grandes logros de la modernidad, pero confundir una pandemia con un nuevo mundo, parece una exageración teórica insostenible. Por los elementos que las operaciones de los protagonistas ofrecen, las formas de estructurar las referencias siguen siendo las mismas.

Argentina se enfrenta a desafíos específicos dentro de su mismo sistema político, no realmente por el avance del Covid-19 y su gestión, sino por la necesidad urgente de reagrupamientos internos todavía por establecerse desde el momento mismo del armado oficialista del año anterior. Alberto Fernández se enfrenta a luchas internas de quienes por momentos parecen también ofrecerse en el rol de opositores, incluso a mayor velocidad que lo que queda de Juntos por el Cambio, aunque sin claridad pública. Cristina Kirchner ha sido su fuente central de energía y es quien parece avanzar dentro de la estructura burocrática con nombramientos, igual que el de él mismo en su momento como candidato a presidente y como los de otros por estos días recientes. No solo que el esquema gobierno y oposición sigue activo, sino que parece en plena competencia de quién ocupa ese rol de externo con batallas desdobladas que combinan unos obvio desde afuera, y otros por clarificar, desde adentro.

Alberto Fernández y sus funcionarios llevan adelante acciones evaluando con atención el modo en que son percibidas por su base de votantes, ya que la relevancia de la opinión pública tampoco ha sido adulterada por el Covid-19. También acusan de intencionalidad opositora a todo lo que se diferencia de ellos y al mismo tiempo denuncian lobby empresario desestabilizador en los medios de comunicación buscando desesperadamente, que los opositores que el sistema tiene para ofrecer, se activen de una vez por todas. La juventud K siente mucha pasión de enfrentarse a los enemigos que el presidente insiste en nombrar, de modo que si logra sumarlos a la causa (a los opositores) es posible que cambie la atención de esa amenaza interna.

Se buscan vacunas y opositores, porque en este mundo moderno, hay lugar para todos.

 

*Sociólogo.