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versos

Zoológicos y psiquiátricos

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| Cedoc

El justicialismo sufrió mutaciones que incluyen menemismo, kirchnerismo y anhelos socialdemócratas de un sector de la actual coalición gobernante. Algunas voces percibidas como más genuinamente peronistas juzgan estos cambios como más funcionales a la clase dirigente que a las mayorías, pero no encuentran espacio en el mapa del poder. En términos de relato, las mutaciones del PJ abarcaron cosas tan disímiles como la arenga neoliberal de los 90 y el ecléctico combo de derechos humanos y Coca-Cola del período K. Ahora asistimos al colapso del frágil concepto “de la economía se vuelve, de las muertes no” con el que Alberto Fernández tuvo su primavera en pleno otoño y el movimiento político más importante de Argentina se amolda a la era de la posverdad descontruyéndose en un marasmo de x y de e, mientras sigue a la pesca de una línea discursiva menos sesgada sobre la cual hacer base. 

A veces apela (aunque sin poesía y probablemente sin intención) a los conspicuos trazos de los antiguos gorilas. “El otro día, más que una marcha, hubo una especie de aluvión psiquiátrico”, dice Axel Kicillof frente a una manifestación de opositores. 

Fernández, por su lado, jerarquiza solo a una parte de sus compatriotas, augurando que el día que termine la pandemia “va a haber un banderazo de los argentinos de bien”, y Santiago Cafiero excluye a los sectores críticos de la noción de “pueblo”. 

En estas y otras declaraciones de politicos que insisten con calificar a algunos de sus gobernados de dementes, atrasados, peligrosos o indignos de la argentinidad hay algo de aquellos versos que escribió Silvina Ocampo, a propósito del 17 de octubre del 45: “Yo vi una turba histérica, incivil/ que a la Casa Rosada se acercaba/ mientras que en la memoria se mezclaba/ como un recuerdo, ya, el presente hostil./ El niño envuelto en una azul bandera/ y los caballos inocentemente/acompañaban a esa triste gente que escribía palabras en la acera.”