Sorteando la cuarentena parcial que rigió la semana pasada, la Cámara 2° del Crimen realizó el juicio abreviado y condenó a Eduardo Brandolín (65), exsecretario general de Luz y Fuerza Regional Villa María, a tres años y tres meses de prisión. Fue trasladado desde la cárcel de Bouwer -donde estuvo alojado desde el 25 de julio de 2018- a tribunales y después de la audiencia se fue a la casa de su pareja en la ciudad de Córdoba con prisión domiciliaria porque la edad lo coloca en el grupo de riesgo para contraer coronavirus.
La misma pena se aplicó a Miguel Ángel Valente (65) -también con prisión domiciliaria- y tres años en suspenso a Débora Raquel Eve (49), con lo cual el ataque que sufrió Alejandro Roganti en su casa el 14 de abril de 2008 produjo cinco condenas.
En este caso, Brandolín enfrentaba una acusación por homicidio triplemente agravado por precio o promesa remuneratoria, alevosía y uso de arma de fuego en grado de tentativa y en calidad de instigador. De haberse realizado el juicio ordinario, con jurados populares, se enfrentaba a una pena de ocho o nueve años de cárcel. Sin embargo, la condena que se le aplicó fue por instigación a cometer lesiones gravísimas, agravadas por precio o promesa remuneratoria, con un monto sensiblemente menor.
El resultado de este juicio no solo llamó la atención por eso. Previamente, habían sido condenados por el mismo hecho Sebastián Eve a 14 años de cárcel, como autor material de la tentativa de homicidio de Roganti, y su hermano, Maximiliano Eve, a siete años y medio de prisión también por intento de homicidio.
¿Cómo es posible que después de que la Justicia consideró que intentaron matarlo ahora otro tribunal considerara que el hecho encuadra en lesiones gravísimas?
El fiscal de Cámara, Martín Berger, planteó un hecho diverso para achacarle a Brandolín. Fue acordado con su defensa, a cargo de Ernesto Gavier, convalidado por el tribunal y aceptado por la querella.
Luis Juez, abogado de Alejandro ‘Caño’ Roganti explicó cómo se llegó a ese acuerdo.
—¿Por qué aceptaron el cambio de la acusación?
—Luchamos durante muchos años para que se haga justicia. Pasaron tiempos procesales, la prescripción siempre fue un elemento al alcance de la mano. A Brandolín lo podrían haber procesado mucho tiempo antes. La prueba que se generó en estos 10 años era la que se corroboró en los primeros cinco meses. Las escuchas telefónicas de una larga lista de abogados oficiando de intermediario entre la familia de los sicarios y el gremio de Luz y Fuerza. Mientras tanto, la defensa de Brandolín fue decir que a Roganti lo quiso matar Sebastián Eve porque era habitué de locales nocturnos y porque salía con su mujer. Esto que puede parecer una excusa estúpida lo lastimó enormemente. Durante 11 años y medio fue el murmullo instalado en la justicia y en los medios de Córdoba.
—¿Cómo se llegó al acuerdo?
—Me llamó (Ernesto) Gavier, me citó a un hotel que está a la vuelta de su estudio para plantearme cuestiones del juicio. Todavía no se hablaba de pandemia. Le dije que lo único que queríamos era que Brandolín lo reconociera. Me dijo que eso era imposible. Entonces, le respondí que íbamos al juicio y que se iba a comer 10 años. Me comentó que ya estaba hablando con el fiscal. Como querellantes no podíamos oponernos a un abreviado porque se pacta entre la defensa y el Ministerio Público Fiscal. Así fue la primera reunión. Después hubo dos o tres más. De no querer hacerlo, Brandolín pasó a admitir la acusación, pero con la diferencia de que no había querido matar a Roganti, sino darle un susto. Y ahí se arma una acusación. La arma artesanalmente el fiscal, lo dije en la audiencia. Brandolín es un tipo protegido, de poder, con privilegios que difícilmente tenga un detenido hoy. Con el gremio maneja fondos millonarios de los gasoductos del norte. Son dueños del Howard Johnson, tienen la casa del estudiante acá en Córdoba. A Roganti lo único que le interesaba era lo que escuchó de Brandolín, que le pida disculpas y reconozca que fue el autor intelectual de la planificación de un hecho que no buscaba la muerte sino asustarlo. Claramente no podía responder Brandolín por el exceso de un hecho planificado.
—¿Hubo resarcimiento económico o acción civil?
—Nunca hubo demanda civil ni contra el gremio, ni contra Brandolín. Roganti no buscaba plata, sino justicia. No es poca cosa que Brandolín lo haya reconocido. La pericia demuestra que Roganti no pudo reponerse del estrés postraumático, las secuelas difícilmente se vayan a borrar.
—En un juicio común, ¿qué pena le podría haber cabido a Brandolín?
—Calculo que ocho o nueve años. Si era un juicio abierto lográbamos el máximo de la condena.
—En ese punto no se entiende que se haya conformado con las disculpas.
—Tuvimos dos juicios de casi 20 días cada uno, en la Cámara 8° y en Villa María. A Roganti lo atacaron aquella noche y cada vez que tuvimos un juicio. Tener que ir a declarar él, su mujer. Lo único que me interesa es que diga que es el responsable.
—Cadena 3 le hizo una nota antes de ingresar a la audiencia del martes y reconoció que Brandolín intentó matarlo. ¿Qué pasó en esos minutos desde que entró a la sala de juicio y lo que ocurrió adentro?
-Eso es lo que siente Roganti, cómo no va a decirlo si estuvo 45 días al borde de la muerte. Él dice lo que vivió. La pericia muestra que nunca se pudo recuperar de este hecho. Un nuevo juicio es revictimizarlo.