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CóRDOBA
El humor al poder

Aire al Máximo

Cuando le preguntaron a Schiaretti si gustaba de una sopa fría, habría dicho: “¿Y de postre qué hay? ¿Helado caliente?”

maximo 4122019
Máximo Kirchner, jefe del bloque de diputados del Frente de Todos. | Captura

Al producirse el recambio turístico, con el paso de la primera a la segunda quincena de enero, muchos volvieron y otros salieron de viaje, en tanto que hubo ciertos afortunados que siguieron de vacaciones, ya que han logrado que las diferencias entre trabajo y descanso se diluyan en favor de este último. Los pilotos de helicóptero uruguayos, en cambio, han ingresado inesperadamente en la temporada alta laboral, porque tras el sonado caso del lanzamiento del chancho/cordero a la pileta, la elite de veraneantes en Punta del Este ha descubierto una variedad de delivery que tiene la virtud de no obligarlos a abrir la puerta para atender al motoquero que trae el pedido. A precios sin recarga del 30% y dentro de un coqueto packaging flotador, ofrecen arrojar a las piscinas de las mansiones de ese balneario desde carísimos perfumes hasta juguetes sexuales, pasando por pantallas led, alimento balanceado para las mascotas y hasta conjuntos de mariachis que, tras secarse, podrían interpretar Las mañanitas en homenaje a un cumpleañero.

Desde Estados Unidos, sin embargo, exagentes del servicio secreto estropearían este pingüe negocio al inundar el mercado con drones que estarían en condiciones de brindar el mismo servicio, sin alterar el vecindario con el ruido ni provocar con sus hélices los molestos tsunamis pileteros. Pero, mientras en las playas del Atlántico se dirime la batalla entre empresarios de costumbres excéntricas y ambientalistas que pusieron el grito en el cielo ante semejante chanchada, a la vera del Suquía y con una humedad digna de los pantanales del Mato Grosso, los cordobeses celebraron que por 120 días no se actualizará el boleto urbano. Es que, de no ser así, a los aumentos que agobian a los ciudadanos se les iban a sumar los incrementos de ampollas, torceduras, callos e hinchazón de tobillos, provocados por las largas caminatas que tendrían que realizar cuando a la Red Bus no le quedara crédito ni para subir al Gusano Loco.

A su regreso de Israel, al intendente Martín Llaryora lo esperaba una agenda en la que los basurales, los baches y la falta de luminarias ocupan los primeros lugares en el ranking de quejas vecinales, tan solo porque la seguridad no entra dentro de las responsabilidades de la comuna.

También vienen pechando fuerte en esa competencia los escribanos, sorprendidos por la tasa del 0,5% que empieza a cobrar la Municipalidad a la transferencia de inmuebles. “Si antes ya no se negociaban casas, ahora ni cuchas para perros se van a vender”, se lamentó un amigo que es corredor inmobiliario, aunque últimamente solo corre tratando de escapar de sus acreedores. Por su parte, el gobernador Juan Schiaretti fue el último de los mandatarios provinciales del PJ en reunirse con el ministro del Interior Wado de Pedro, pero el primero al que el funcionario invitó a almorzar. Tampoco es que el menú fue deslumbrante: apenas un bife con ensalada, un plato que alguna vez fue muy popular en la Argentina y que ahora sale más caro que el sushi. Tal vez se hubiera esperado algo que honrase a la liturgia peronista, como un asado de tira o un choripán, pero me contaron que el personal de la cocina de Casa Rosada todavía sigue apegado al protocolo macrista y que cuando le preguntaron a Schiaretti si gustaba de una sopa fría, habría dicho: C ¿Y de postre qué hay? ¿Helado caliente?”.

En determinado momento, la charla entre el gobernador y el ministro fue interrumpida por la llegada de Máximo Kirchner, jefe de la bancada oficialista en diputados, quien dialogó animadamente con Schiaretti. En el Panal me dieron una versión distinta de este encuentro del gobernante cordobés y el hijo de Cristina Kirchner. “Wado le preguntó si estaba cómodo con el aire acondicionado y si necesitaba algo. ‘Al máximo’, le dijo el Gringo, por lo de la refrigeración. Y el otro creyó que el gober pedía la presencia del Kirchner chico”, me explicó un empleado del ejecutivo provincial, mientras se descalzaba para refrescarse los pies en la fuente del Centro Cívico.