“Yo no maté a nadie”, asegura Javier Alarcón, el policía de 33 años desde la cárcel. Es uno de los dos agentes condenados a perpetua por disparar y matar a Valentino Blas Correas la trágica madrugada del 6 de agosto de 2020. En total fueron 13.
Por unanimidad, la pena aplicada por los jurados populares recayó sobre los cabos primero Lucas Gómez y Javier Alarcón, a quienes también le atribuyeron la tentativa de homicidio calificado de los cuatro amigos que iban junto al adolescente de 17 años asesinado.
“Yo no maté a nadie. A mi me ponen una carátula de homicidio calificado abusando de mi función por el uso de arma de fuego. Y cuatro tentativas de homicidios. Yo no soy responsable del delito que me acusaron. Falta de deberes o encubrimiento puede ser”, reconoce Alarcón ante la consulta de Meliza López Marengo, una influencer crítica de las definiciones del juicio.
Ante la consulta de si quiso matar a los ocupantes del Fiat blanco que no se detuvo en el control policial, Alarcón respondió que “nunca hubo esa intención. Lo que pasa es que hablan por hablar Yo cumplía con mi trabajo. Yo salí a trabajar, no salí ni a robar o matar, o vender droga. Me acusan de salir a matar. Se supone que los policías salen a matar. Da mucha impotencia que la gente crea que salimos a matar”.
Cumpliendo su condena, recuerda que él también es padre. “Tengo una hija de 9 años y un hijo de 5, yo los dejé de bebé. El tiempo que me robaron acá, no lo recupero nunca más”, afirma.
La responsabilidad del conductor
En la entrevista que dura casi 20 minutos, el policía condenado asegura que está esperando casación para demostrar que sus disparos fueron a las ruedas y que su intención nunca fue matar a nadie. “Todo el mundo sabe que es una condena excesiva y fuera de sí”, sentencia.
Esa madrugada, cuando Juan Cruz Camerano Echevarría (20) conducía el Fiat Argo blanco, junto a cuatro amigos y compañeros de colegio: Valentín Blas Correas, Camila Toci, Cristóbal Bocco Camerano y Mateo Natali, ahora mayores de edad pero que al momento del hecho tenían 17 años.
Alarcón en reiteradas oportunidades alertó sobre las escenas ocultas del procedimiento de esa noche. Para el policía fue claro que el auto intentó embestir a los agentes. “Veo que mi compañero casi es embestido por el auto. Cuando veo las escenas en el juicio veo otra cosa. El auto quiso atropellar a mi compañero. En ese momento sentí miedo. Yo saqué el arma y disparé”, recuerda.
Rememorando lo que dijo Juan Cruz Camerano en el juicio, Alarcón refuerza su teoría sobre la responsabilidad de los chicos. “El conductor también tiene una responsabilidad, él sabe muy bien lo que hizo, la mentira tiene patas cortas, lo único que hicieron fue mentir”, sentencia Alarcón.
Un nuevo mensaje para Soledad Laciar
“Yo no maté a su hijo y comprendo todo el dolor que lleva adentro. Pero esa noche, por lo menos de mi parte nunca hubo una intención de matar a nadie. Fue un accidente. Nunca van a conseguir la justicia que buscan. Yo también buscaba justicia pero en este juicio la justicia me decepcionó”, cerró Alarcón.