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CóRDOBA
A SEIS AÑOS

Ampliarán pericias por explosión de la Química Raponi de Alta Córdoba

El juicio que se iba a realizar este año fue pospuesto sin fecha. Las víctimas, entreel olvido y el clamor de Justicia. El dueño, imputado y libre, cambió de actividad.

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EXPLOSIÓN. La planta sobre calle Avellaneda tenía un sector no autorizado. La potente deflagración que provocó una muerte, heridos y daños se produjo por el almacenamiento de sustancias incompatibles entre sí. | Cedoc Perfil

A pocos días del sexto aniversario de la explosión de la Química Raponi de Alta Córdoba se han dispuesto nuevas pericias en la preparatoria del juicio que debía realizarse este año y fue postergado sin fecha. El único acusado es el abogado Sergio Hilton Raponi, dueño de la planta que estalló el 6 de noviembre de 2014, ocasionando la muerte de María Angélica Cueto, 66 heridos y destrozos totales o parciales en viviendas circundantes.

La acusación es por el delito de estrago doloso calificado por resultado mortal, que colocan a Raponi ante la posible condena de cumplimiento efectivo que puede partir de ocho y llegar a los 20 años de prisión.

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SERGIO RAPONI. Dueño de la Química, es el único acusado. Estuvo detenido dos meses y recuperó la libertad el 2 de enero de 2015.

Según informó a PERFIL CÓRDOBA Silvia Moro, de la Oficina de Servicios Procesales (Ospro) de la Justicia provincial, se ampliarán pericias en tres aspectos: una que realizará un ingeniero civil, otra un ingeniero especialista en Química y la última consistirá en la tasación de las viviendas siniestradas que estará a cargo de un martillero. La primera se puso en marcha el viernes pasado, la química se asignará el martes próximo y la tasación, el 10 de noviembre.

En cada caso se fijaron los puntos periciales sobre los cuales los especialistas deberán informar al tribunal. Son todos trámites solicitados por las partes en la preparación del juicio oral y público en la Cámara 4° del Crimen, presidida por el vocal Enrique Berger. Algunos damnificados pretenden cuantificar el daño y la desvalorización de sus propiedades a causa de la explosión. Moro sostuvo que se pusieron plazos para que los peritos eleven informes cuanto antes a la Cámara.

En total, hay unos 40 querellantes y otra cantidad similar de actores civiles que reclaman resarcimientos.

Por qué explotó. La planta ubicada sobre calle Avellaneda en Alta Córdoba sufrió una deflagración en la tarde del jueves 6 de noviembre de 2014, precedida de un incendio en un sector. La onda expansiva se sintió en puntos distantes de toda la ciudad. Justamente era un área que no había sido declarada como lugar de almacenamiento de productos peligrosos. La pericia determinó que la acumulación de sustancias incompatibles provocó el estallido. Se hallaron combustibles, productos inflamables, otros corrosivos y también tóxicos, como querosén, ácido, alcoholes, aceites y almidón que estaban almacenados en la parcela no informada de la planta.

Cambio de actividad. Mientras tanto, Sergio Raponi ha cambiado de rubro. Según pudo conocer este medio incursionó en la venta de seguros y tiene horas cátedra en una universidad privada. En 2015 se supo que tenía un cargo como profesor de Ética en la Facultad de Derecho de la UNC.

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RECLAMO DE JUSTICIA. Cada año, desde el 2014, los vecinos de Alta Córdoba marchan por sus reclamos. Cuentan que Sergio Raponi nunca se acercó para resarcirlos, desde la Provincia se brindó asistencia parcial y la Municipalidad no cumplió lo que prometió.

"QUIERO QUE VAYA PRESO"

Mónica de Gioia es la hija mayor de María Angélica Cueto. El 6 de noviembre de 2014, justo cuando se produjo la explosión, iba a la farmacia ubicada a dos cuadras de la planta siniestrada. La onda expansiva hizo que le cayera un portón encima. Con 64 años perdió la vida.

Respecto a las expectativas que guarda ante el juicio pendiente Mónica expresó: “Espero que se haga justicia y él (Raponi) vaya preso. Mi vieja tenía salud, era una persona totalmente hábil y ya no está más”.

PERFIL CÓRDOBA también contactó a Patricia, la madre de Pablo Amaya, en aquel momento de 15 años. Por un problema de salud, ella tuvo que dejar de trabajar y la casa en la que vivía estaba a punto de derrumbarse. “Por seguridad le dije que se fuera a vivir con su papá”, recuerda y destaca la paradoja de la situación. El departamento era alquilado y daba al fondo de la química Raponi. “Pablo estaba sentado en la cocina y vio las llamas -continúa- por eso decidió salir a la calle. En ese momento, ocurrió la explosión”.

Perdieron todo porque el departamento se incendió y derrumbó. Pero lo peor fue que “perdió la mitad del cráneo, tuvo un neumotórax, estuvo grave por las lesiones en el pulmón y el bazo”. Fue atendido en el Hospital de Urgencias, le realizaron una craneoplastía y le pusieron una prótesis. Perdió parte de la visión de un ojo. Durante año y medio tomó anticonvulsivos.

Ahora, Pablo está recuperado casi totalmente con las secuelas lógicas de lo que pasó. Según cuenta su madre, no quiere hablar más de lo vivido a partir de aquella tarde.

Este medio también habló con una damnificada que vivía muy cerca de la química. Se excusó de hacer declaraciones señalando que prefiere evitar revivir el drama que tuvo que afrontar hace seis años. El silencio es el trasfondo de un reclamo persistente de Justicia.