Crisis energética y logística inédita y anunciada. Y crisis política interna que ya transita carriles insólitos. Un gobierno fragmentado y auto boicoteado, ya no solo en los altos niveles, sino en cada estamento de la toma de decisiones. El resultado es una seguidilla de daños auto infligidos que se van concatenando: pelea por el tenor del ajuste fiscal, acuerdo o no con el FMI, dispersión en el Congreso, discusión por las tajadas de subsidios, velocidad del movimiento cambiario, anuncios y pasos en falso por retenciones a las exportaciones, salida de funcionarios, denuncias cruzadas y en las últimas semanas la polémica por la inoperancia para resolver la crisis del gasoil y por el manejo de los fondos de los planes sociales.
Desde El Panal, encadenan todos esos elementos y llegan a un diagnóstico rotundo: “hay un nivel de anarquía política muy serio. Estos muchachos están jugando con los barriles de trotil, juegan al progresismo y se les van a estallar en la mano. Se van juntando las piezas de la anarquía y no sabes en qué termina esto. Hoy vemos un desgobierno que es previo a situaciones de anarquía. Es muy grave la situación. Todas las manifestaciones, por el transporte, los subsidios, las tarifas, el gasoil, marcan que no hay un hilo conductor. Son estallidos de espontaneidad anárquica. Y el gobierno se comporta anárquicamente. Se los ve en el Congreso, tienen actitudes de ejército derrotado. La frente contra el piso. Al pobre Germán Martínez no le da pelota nadie. Vemos una implosión en el arco político muy grave. Esto es más que una pelea interna. Es un desgobierno. Hay un fin de ciclo muy marcado”, plantea un dirigente peronista con acceso al despacho del gobernador.
Con todo, y desde ese “desgobierno” es que el peronismo de Córdoba imagina una construcción alternativa. Un trabajo que hoy sigue muy verde y avanza y retrocede, pero que creen que llegará.
“El gobernador está convencido de que acá lo que hay que hacer es una nueva construcción transversal en serio. No es la avenida del medio, no es Massa, ni el coqueto del salteño. Es una nueva construcción, porque no alcanza. El kirchnerismo está convencido, en su cabeza más lúcida, que se pierde en el 2023 y lo único que hace es defenderse recostándose en la provincia de Buenos Aires. No le queda otra. Este quilombo de los planes es eso. Enfierrarse en el núcleo duro de la provincia de Buenos Aires con 23%, 24%. Hoy nadie tiene individualmente eso”, plantean en El Panal.
Y remarcan que también en la oposición de Juntos por el Cambio tienen que darse cuenta del momento político que plantea la dispersión oficialista y el clima social actual y futuro.
¿Cómo se construye en esa anarquía? En el peronismo cordobés insisten en tejer alianzas amplias, fijar 10 puntos centrales a manera de política de Estado y avanzar. Schiaretti seguirá sin mostrarse como la cabeza de ese proyecto amplio, pero sí como un impulsor clave. En este contexto, ¿hay puntos de apoyo con el oficialismo nacional? ¿El massismo puede volver a ser un elemento aglutinador por fuera del kirchnerismo puro? Los schiarettistas creen que no:
“Este estado de dispersión es lo que permite pensar un nuevo rumbo. Pero no con Massa, por ejemplo. Ya no. Massa hoy es uno de los elementos más golpeados dentro del Frente porque él ha jugado a dos, tres bandas, y cree con que está forrado en amianto. Y él y Máximo son los dirigentes con peor imagen de toda la dirigencia política. Hoy el Frente Renovador es saldos y retazos, una agencia de colocación, nada más”, plantean.
Gasoil. La crisis del gasoil tiene en Córdoba uno de sus terrenos más graves. La provincia registra faltante y enorme brecha de precios donde se consigue. Los cortes se aumentan, la Mesa de Enlace volverá a jugar fuerte y aún quedan grandes volúmenes de cosecha por levantar. En El Panal creen que falta para llegar a una normalización.
“El punto es que hoy no está la solución. Si vos demoras 15, 20 días, un mes más en normalizar esto vas a desabastecimiento. Esto es propio de la falta de gobierno. Todo esto lo dijimos desde Córdoba. Dijimos el error que era bajar el corte. Ahora por necesidad y no por convicción van a tener que seguir aumentando el corte. Esto fue político, pero antes de esto es una crisis generada por la ineptitud de funcionarios que no conocen el panorama. Acá está el resultado”, apuntan.
En este contexto Schiaretti y sus alfiles en el Congreso insistirán con una suba en el corte del biodiesel. El viernes el gobernador anunció fondeo de $1000 millones para la construcción, junto al sector privado, de 20 plantas de biodiesel. Se hará con aportes económicos no reintegrables y una línea de asistencia crediticia especial a través del Banco de Córdoba, que constituyen el Fondo de Asistencia Económica y Financiera para la Adquisición de Plantas Productoras de Biodiésel.
¿Creen en el Panal que la crisis escala y puede generar frenos productivos importantes en Córdoba? La respuesta que se esgrimió fue tajante: “no solamente en Córdoba. En Córdoba y en todo el país. Hoy estamos con 19 provincias sin gasoil. Pero todo esto se preveía. También se sabía que por la falta de gas la generación térmica se iba a hacer con gasoil y fueloil. Las empresas se stockearon y llegamos a una situación donde las petroleras hoy no quieren vender en mercado interno lo que importan porque lo compran afuera a US$102 y lo tienen que vender acá a US$ 63. Por eso vamos a ver lo mínimo. Y encima haciendo el juego al lobby petrolero se redujo el corte con biocombustible. Cuando se suma todo esto llegamos a este punto. Vamos a seguir insistiendo en llevarlo al 20%. Vamos a insistir, tenemos un proyecto de ley. Lo van a tener que aumentar porque no van a tener gasoil. La sentada del biodiesel se viene sí o sí, la matriz energética apunta a esto y se va a penalizar fuertemente el hecho de que no se emplee el biocombustible”, concluyen en el schiarettismo.