-Usted dijo en su discurso por el aniversario que los análisis que hacía el Ieral hace 40 años siguen vigentes, ¿por qué?
-Si uno analiza las publicaciones y esos estudios son tan actuales que impresiona. Es como si no hubiera pasado el tiempo. Es un poco desalentador. Hay problemas que se mantienen en el tiempo y se acrecientan. El desempleo en algún momento mejoró, pero se acrecienta. El tema educativo es muy preocupante y lo grave es que no hay que inventar nada, hay que ir a buscar lo que hicieron los países con los mejores estándares, copiar y hacer lo mismo. Eso va a llevar tiempo, no se puede hacer en pocos años, pero hay que empezar a hacer ese cambio. Tenemos que empezar hoy para tener un futuro. Con esa frase de dejar un país mejor a nuestros hijos nunca empezamos y hay que empezar ya. Si no mejoramos el presente ése futuro no llegará más.
-¿Qué pensarían los fundadores de la Mediterránea sobre esta actualidad?
-Creo que se agarrarían la cabeza, pero la seguirían peleando y seguirían teniendo esperanza y fe porque ellos pusieron todo pensando en una Argentina desarrollada y en una sociedad pujante. Ellos pensaban eso, que si la gente estaba bien las empresas iban a estar bien. Y con los valores de libertad y dignidad. Les dolería, por eso la seguirían peleando.
-¿Qué ven como clase dirigente, en términos de lo que puede hacer el sector privado?
-El sector empresarial tiene que dedicarse a las propias empresas, a mejorar sus costos y trabajar en la competitividad. Se puede meter en política el empresario y está bueno que se involucre y haga su aporte. Yo creo mucho en las reuniones y el consenso para ponernos de acuerdo con políticos y sindicalistas. Lo fundamental es que hay que sentarnos y decidir qué Argentina queremos para adelante.
-Eso se escucha siempre, ¿por qué no lo logramos?
-Porque hay muchos egoísmos. Y mucha gente no cede ni un gramo. A mí me impacta la gran grieta argentina, eso es un tema que me tiene preocupada hoy. Es impresionante, nadie aguanta nada porque lo dice el otro y está del otro lado. Y a lo mejor está fantástico lo que dice. Hay que buscar las mejores cosas de cada uno y sentarse desde una actitud y una posición de ceder, porque si no nunca nos vamos a poner de acuerdo. Esa agenda de consenso nadie la toma.