"No nos falta un candidato, nos falta un líder". La frase la lanzó al aire un integrante de Cambiemos en los pasillos de la Legislatura mientras se discutía el Acuerdo Federal. Ese que sentenció el pacto entre la Provincia y los municipios que engloba la distribución de 1.700 millones de pesos; y que dejó una grieta en el seno de la coalición. A raíz de esto, los socios de Mauricio Macri, cada uno por su lado, empezaron el jueves las negociaciones para definir nombres y creen que la pelea por los fondos a los jefes comunales debe ser el punto de partida. La herida, que tardará en cicatrizar, se produjo encima en la misma semana en la que el Gobierno nacional anunció el recorte al fondo sojero y dejó prácticamente con escasos argumentos a los parlamentarios frente a los intendentes.
Así, con todos mirándose de reojo como siempre, dudando de las jugadas que hacen los socios circunstanciales y sospechando que cada movimiento de ficha, por detrás, implica otra cosa.
El voto dividido; la alianza con ruido. Nadie cree que alguno pueda sacar los pies del plato por esta discusión. Pero el enojo por la votación produjo una grieta en el interbloque, con los radicales y juecistas dudando del compromiso real del macrismo de querer ganar en la provincia en 2019.
"Acá hay algo que tienen que definir estos muchachos: ¿quieren ganar el año que viene o están armando algo por atrás?", manifestó un juecista foráneo al ámbito legislativo, pero pendiente de la votación del miércoles. La frase puede encajar perfectamente, también, en el razonamiento que hicieron varios radicales. Los socios que no pertenecen al espacio amarillo entienden la necesidad del respaldo peronista en el Congreso, pero la réplica legislativa en la Unicameral los está cansando. Más bien, hartando. Sostienen que la mayoría oficialista le permite al schiarettismo sancionar proyectos de ley sin las arduas negociaciones que hoy Cambiemos debe tener con el peronismo en el ámbito legislativo nacional. Pero el acompañamiento en el Congreso lleva incluido casi siempre el requisito excluyente del respaldo en Córdoba.
El escenario no les permite a los cordobeses de Cambiemos despejar del todo el “fantasma del acuerdo Macri-Schiaretti”, con un agregado al combo que los radicales empezaron a sospechar en la última semana: que el pacto incluya la ambición macrista por intendencias que hoy están en manos de la UCR. Receta vieja, nada que no conozcan incluso muchos correligionarios en casi 20 años de Unión por Córdoba: Provincia peronista; municipios radicales.
Asoma el bloque de intendentes. Precisamente esa sospecha sobre el plan del PRO abrió los ojos de los jefes comunales de la UCR después que firmaron el acuerdo y vieron cómo se movió el macrismo. No únicamente en la Legislatura, sino también en el Concejo capitalino, donde volvieron a darle la espalda a Ramón Mestre, en la segunda estocada de la semana.
Ese bloque de jefes comunales radicales -al igual que algunos legisladores y concejales capitalinos- coinciden que el primer herido de la batalla por los municipios fue el intendente capitalino y varios en la coalición le adjudican la derrota.
El titular del Palacio 6 de Julio no pudo capitalizar el mando del foro y sus pares, a la primera propuesta económica concreta desde El Panal, firmaron. Después de ello, empezó el cruce de llamados y hubo una reunión el fin de semana pasado en Embalse al que asistieron, entre otros, Daniel Salibi (Mendiolaza), Mauricio Cravero (Arroyito) y Alberto Martino (Río Tercero). En ese bloque, y al que se pueden sumar más en las próximas semanas, van a apostar por la candidatura de Mario Negri. “Está con ganas de lanzarse, pero falta un último empujón”, dijo una persona que habló en los últimos días con el diputado nacional.
En el interior apuestan por una gestión del radical ante Casa Rosada por el fondo sojero, aunque en esa disputa haya vuelto a anteponerse la maniobra del peronismo con varios gobernadores y ministros de Economía provinciales.
Lo cierto es que este bloque de intendentes pretende tener voz y voto en la elección del candidato provincial que tenga Cambiemos en 2019. Sin embargo, lo que no tienen en cuenta ellos es la posición en la que quedaron vistos desde Balcarce 50 después de firmar.
