Por primera vez sin el juego de alternancia entre José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti que mantuvo a los dos referentes del peronismo en el poder desde 1999, los cordobeses decidirán en las urnas la sucesión del actual mandatario, en una elección que asoma polarizada entre el candidato del oficialismo, Martín Llaryora, representando al frente Hacemos Unidos por Córdoba y la espada de Juntos por el Cambio, el senador nacional Luis Juez, quien disputará por tercera vez la posibilidad de ocupar el sillón principal de El Panal.
La contienda tiene un antecedente: en 2019 los contendientes que hoy polarizan la disputa se enfrentaron por la intendencia de la capital y el que festejó fue Llaryora, ya que el peronismo le arrebató el trono municipal a la UCR y volvió a gobernar la ciudad, algo que había logrado por última vez en el período 1999-2003, cuando gobernó Germán Kammerath.
Aquella vez, Juez quedó segundo en medio del colapso de Cambiemos, que derivó en una oferta de postulantes dividida en dos. El otro postulante fue Rodrigo de Loredo, representando a la UCR. En aquel entonces, el 37% de los votos fue para Llaryora, mientras que Juez alcanzó el 19%.
Hoy, la realidad es diferente, ya que la campaña de Hacemos Unidos por Córdoba se juega a “tres bandas” y el contexto nacional tiene su peso, a priori destacado aunque su real dimensión se dilucidará cuando se cuenten los votos. De hecho, estos comicios llegarán tras el cierre de listas para las PASO, donde esta vez sí jugará Schiaretti, quien compartirá fórmula con Florencio Randazzo por “Hacemos por Nuestro País”.
Además, con Boleta Única de Sufragio se elegirán 70 legisladores (hoy la Unicameral cuenta con una marcada presencia oficialista), intendentes en 227 municipios y comunas (más de la mitad del total y alineados con Llaryora) y 3 miembros del Tribunal de Cuentas. Para el 23 de julio quedó la competencia por la intendencia capitalina.
Jugada en tándem
Llaryora va por el desafío de retener el poder que el cordobesismo ostenta desde 1999, mientras que Schiaretti se juega una doble apuesta: mantener al peronismo en el poder y lograr un espaldarazo para su estrategia nacional. La última elección en Córdoba lo tuvo como el protagonista central al actual mandatario, ya que logró una aplastante victoria con el 57,38% de los votos, superando a la oferta de Cambiemos (otra vez divididos) compuesta por Mario Negri (18,85%) y Ramón Mestre (11,6%). Sumados, los radicales lograron un 30,45% de los votos. En 2015, el escenario fue bastante más parejo: en aquel año, el mejor de Cambiemos a nivel nacional, mostró a Schiaretti ganador con el 39,99% de los votos, 33,74% para Oscar Aguad (Juntos) y 17,7% para Eduardo Accastello (la propuesta kirchnerista nucleada en ‘Córdoba Podemos’).
Una de las estrategias fuertes del oficialismo fue ampliar la coalición, en los tres niveles: municipal, provincial y nacional. Llaryora sumó a dirigentes del PRO (el último fue Gabriel Frizza, de Jesús María) y de la UCR, aunque también incorporó a otros sectores del peronismo (como Martín Gill), del socialismo y del vecinalismo, en una estrategia que replica las claves “antigrieta” que promueve Schiaretti a nivel nacional.
Esta vez juntos
En la vereda de enfrente, Juntos por el Cambio llega unido a la elección. El dato no es menor y los números que se mostraron más arriba sobre las últimas elecciones así lo demuestran. Esta vez será un mano a mano con el peronismo y no habrá oferta dividida por el lado de JxC. “No les vamos a dar a ese gusto. No nos pudieron dividir en más de un año”, dijo Juez en el cierre de campaña.
Aunque no lo admiten públicamente, desde Hacemos Unidos por Córdoba confiaban en una (nueva) división de la alianza opositora. Hubo pases de más de cien dirigentes al peronismo y los vice de ambas fórmulas no son peronistas (Myrian Prunotto, radical y Javier Pretto, jefe del PRO cuando pegó el salto al peronismo) pero la unidad de Juntos por el Cambio se mostró inalterable y eso envalentona a los dirigentes que aseguran que esta vez “sí se puede”. De hecho, el “coqueteo” entre Schiaretti y Horacio Rodríguez Larreta fortaleció a Juez, se encargan de destacar desde el Frente Cívico.
La otra novedad es que el ex Frente de Todos en esta oportunidad tendrá candidato a gobernador. Como se recordará, en 2019 Pablo Carro declinó su postulación en una suerte de “gesto” para no aumentar las chances de Cambiemos. La dupla, ahora con el sello de Creo en Córdoba de Todos, quedó conformada por el intendente de Embalse, Federico Alesandri (del sector que lidera Carlos Caserio) y la diputada nacional camporista Gabriela Estévez, auspiciada por Cristina de Kirchner.
La oferta para el Ejecutivo se completa con Aurelio García Elorrio (Encuentro Vecinal Córdoba), Julia Di Santi (Movimiento al Socialismo), Liliana Olivero (FIT-U), Fernando Schüle (Partido Humanista), Patricia Sarmiento (Partido Popular), Mario Peral (Unión Popular Federal), Rodolfo Eiben (Frente Liberal Demócrata Desarrollista) y Agustín Spaccesi (Libertad Avanza).