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El humor al poder

Campeones del trending topic

1-9-2019-Lacunza
El “reperfilamiento” de Lacunza no solo fue un trending topic en el país; también catapultó al hashtag “#novuelvenmás” como TT a escala mundial. | CEDOC PERFIL

La merma en la cantidad de espectadores que van al cine en el país no deja de ser una derivación lógica de la realidad que nos toca vivir. Porque, mientras tengamos un Presidente que frente a la escalada del dólar pretende responder de modo “rápido y furioso”, y un candidato opositor que ante una pregunta periodística explota como el increíble Hulk, acá no hay taquilla que aguante.

Yo les pediría a los dos que si están buscando soluciones por el lado del séptimo arte intenten bajar un cambio y emulen el ritmo narrativo de esas películas iraníes que desataban un coro de ronquidos en las salas. Porque, con este vértigo en 4D que vivimos, el país se va al bombo… y Hollywood también. Ya estamos acostumbrados a los ministros de Economía (de Hacienda, de Finanzas o de Ahorro Postal) que desatan paquetes más letales que el codo de Ortigoza.

Pero esta vez, en sus anuncios, Hernán Lacunza se despachó con un neologismo que, aunque causó en los mercados el mismo desastre que un huracán caribeño, logró la finalidad que siempre se añora en estos casos: que la gente hable de otra cosa en vez de discutir sobre lo más importante.

Así, “reperfilamiento” no solo fue un trending topic en el país; también catapultó al hashtag “#novuelvenmás” como TT a escala mundial, en este caso refiriéndose a los dólares invertidos en bonos argentinos.

En semejante situación recomiendo con fervor a los dirigentes del Frente de Todos que no salgan a festejar el default técnico, porque es como si el Correcaminos celebrara que el Coyote se mata al caer por el precipicio, sabiendo que después de eso la Warner dará de baja la serie.

Tampoco me parece pertinente por parte del Ejecutivo nacional que se use el eufemismo de “reperfilar” en vez de “defaultear”, porque es como decir que comimos “un filete de res rebozado con una guarnición de french fries”, cuando en rigor de verdad nos manducamos una milanga con fritas. Y si esta catástrofe que se cierne sobre la economía nacional no hubiera sido suficiente, en Córdoba la semana cerró con un sorpresivo aumento del boleto, después de que la Municipalidad solventara durante un mes los subsidios, para evitar que ocurriera lo que finalmente sucedió.

En mis grupos de análisis político no logramos desentrañar las razones que llevaron al intendente Ramón Mestre a tomar estas decisiones. Tal vez fue que buscaba trasladarle el problema a la gestión de Martín Llaryora y no le dio el bolsillo para llegar a diciembre. O quizás fue una pulseada con la Fetap, que terminó torciéndole el puño hasta hacérselo giratorio. O, al fin y al cabo, lo único que buscaba nuestro lord mayor era “pasar agosto”.

Otra información vinculada al ámbito local hizo saltar los sismógrafos de las noticias. La detención de la cúpula del Surrbac en una causa por presuntos delitos de defraudación y lavado de activos, impactó de lleno en el Frente de Todos, que lleva a Franco Saillén –también imputado- como a spi r a nte a una diputación nacional. Tras estos episodios, los rumores indicaban que Alberto Fernández se vería obligado a bajar sus candidatos cordobeses y apoyar la lista corta de Schiaretti, aunque algunos operadores kirchneristas decían que esto era un malentendido y que, para ser sinceros, lo que sugería el postulante a la presidencia era que Schiaretti debía bajar su botamanga corta.

Mi advertencia para los Fernández es que, con las pruebas que ya se han “recolectado”, lo mejor sería que protejan su imagen de las consecuencias “residuales” que podría tener esta investigación, para que no los metan a todos “en la misma bolsa”. Responder de manera “orgánica” a estos procedimientos, en vez de propiciar un efecto “contenedor”, podría “echar a la basura” los buenos resultados que obtuvieron en la provincia. Aunque los números en todo el país hayan sido bastante “sólidos”, no les recomiendo arriesgarse a que se produzca un “volcamiento” en la opinión pública, donde las denuncias por corrupción suelen encontrar un “eco lógico”.