Con una aceleración de los casos en las últimas semanas, la confirmación de la detección de nuevas cepas en el país y un proceso de vacunación que viene mucho más lento de los programado –hasta el viernes a la tarde se aplicaron 3,7 millones de vacunas- la fuerza con que puede impactar una segunda ola de Covid está generando muchas preocupaciones en distintos ámbitos. Entre los primeros que verán de frente la llegada de la segunda ola se encuentran las clínicas y sanatorios que componen el sistema sanitario del país y que, según estimaciones de sus referentes, el año pasado se ocuparon de 7 de cada 10 pacientes con diagnóstico de coronavirus.
La frágil situación financiera del sistema privado comenzó a generar tensiones internas –la semana pasado tuvo inicio una serie de reclamos salariales- y amenaza con agravarse por el avance de la pandemia.
Para los empresarios y ejecutivos del sector privado es claro que hay un conjunto de distorsiones enormes en el sistema de salud. “Esas distorsiones son tarifas desfasadas, ya que el promedio de tarifas no está cubriendo los costos; distintos financiadores pagan distintos valores por las mismas prestaciones y eso impacta en las instituciones sanitarias dependiendo el mix de financiadores que tengan; y en tercer lugar, en todos los financiadores las tarifas para los distintos servicios están totalmente distorsionadas”, señalan.
Esas conclusiones son algunas a las que arribaron a partir de un trabajo del Foro de Análisis Económico de la Salud elaborado por Economic Trends S.A. Con ese informe, titulado “Cómo llega el sistema de salud privado a la segunda ola”, los directivos de la Asociación de Clínicas, sanatorios y hospitales privados de la Provincia de Córdoba (Aclisa) intentan mostrar argumentos de peso para una recomposición del financiamiento, a la vez que generar un debate de fondo sobre la sustentabilidad de todo el sistema privado.
Atraso y distorsión de tarifas. El informe remarca que el sistema de salud de gestión privada es un componente esencial del sistema de salud, ya que atiende a más del 60% de la población. “Por este motivo, la frágil situación económica y financiera de las entidades que lo componen, agravada durante la primera ola de la pandemia de Covid-19, representa un serio problema frente a la eventualidad de una segunda ola durante los próximos meses. Ocurre que el promedio de tarifas de los distintos financiadores no cubre los costos de servicios clave como las internaciones en piso y en UTI, y los picos de la pandemia agravan el problema, al reducir las tasas de ocupación de servicios normales e incrementar sustancialmente los costos de atención de pacientes Covid”, afirma.
Y reporta que el problema tarifario no está vinculado sólo a sus niveles promedio, inferiores a los costos, sino también a la marcada distorsión de tarifas entre financiadores y entre servicios y prácticas médicas, lo que implica distintos niveles de vulnerabilidad de
las entidades dependiendo de su mix de financiadores y su mix de servicios. “La distorsión de tarifas entre servicios implica problemas coyunturales, como la desfinanciación que se produce cuando la pandemia hace caer cantidad de prácticas con mayores tarifas, como cirugías que, de alguna manera, “financian” a servicios deficitarios como los de internación, y problemas más estructurales, como la desfinanciación de las entidades de localidades más pequeñas a medida que los servicios más sofisticados van concentrándose en las grandes ciudades”.
“Hay un problema de atraso de tarifas que viene de hace tiempo, pero se ha agravado. Se agrava, además, cuando caen las tasas de ocupación como cuando ocurre en cada ola de Covid, ocurrió el año pasado y es probable que ocurra ahora. Y sumado a todo eso, hay un problema de estructura de tarifas donde hay subsidios cruzados que se afectan por la pandemia. Es común que las cirugías “subsidien” el costo del piso, pero se cae a pedazos ese sistema cuando las cirugías se cortan por la caída en la demanda que implica el Covid. Eso implica que quedan al descubierto, sin poder cubrir sus costos, los servicios de piso o de UTI, generando varias derivaciones complicadas al respecto”, explica el economista Gastón Utrera, al frente del equipo que desarrolló el trabajo.
Costos sin cubrir. El informe del Foro de Salud señala que, con datos del Sistema Estadístico de Costos de la Salud, a marzo de 2021, las tasas de cobertura de costos totales de los financiadores considerados varían entre 27.2% y 65.9% de los costos totales en el caso de internación en piso, y entre 44.0% y 92.1% en el caso de internación en UTI adulto, dependiendo del financiador. “En general no se cubren ni siquiera costos operativos, aún excluyendo pago de contribuciones patronales y previsiones por despido, y considerando la ayuda del Estado en la forma de REPRO”, marca.
“A la pregunta de ´Cómo llega la salud privada a la segunda ola´, la respuesta es que muy mal. Estamos mucho peor que el año pasado. Llegamos a esta segunda ola como si fuéramos un boxeador que peleó 15 rounds, le dan un descanso mínimo y lo meten en una nueva pelea contra un boxeador fresco, porque el Covid llega con nuevas versiones. Esa es la sensación que nosotros tenemos. Tenemos un atraso mínimo en las tarifas del 50% o 60%. Y el impacto de la inflación en nuestro sector es distinto, por varios motivos como los precios de los medicamentos nuevos, insumos importados o la concentración de fabricantes”, remarca Mario Hornik del consejo directivo de Aclisa.
Se agrava. Para los próximos seis meses, mientras se desarrolle la segunda ola, bajo supuestos sumamente conservadores de aumentos de salarios, precios de medicamentos y tipo de cambio, entre otras variables, los costos podrían incrementarse 19.8% (internación en piso) y 20.7% (internación en UTI adulto) sobre los valores actuales. Eso implica que las tarifas deberían incrementarse alrededor de 20% sólo para mantener el actual atraso tarifario en las condiciones actuales. “Es decir que necesitamos una suba del 20% en los próximos meses para seguir perdiendo lo que venimos perdiendo hoy, que tenemos un cráter de pérdidas. Con esto es claro que hay que repensar el financiamiento, pero todo el sistema en general”, plantea Hornik.
Audiencia el martes entre empresas y trabajadores por reclamo salarial
Luego de que el ministerio de Trabajo de la Nación dictara la conciliación obligatoria por el conflicto que enfrenta a trabajadores y clínicas y sanatorios del sector privado, las partes fueron citadas para una audiencia el próximo martes 30 de marzo. El conflicto escaló desde el jueves cuando se iniciaron asambleas en los lugares de trabajo y paros de 3 horas por turnos, en reclamo de una recomposición salarial. Esa medida siguió el viernes, hasta que llegó la conciliación obligatoria del ministerio. Según se informó, la media fue adoptada por 15 días para “dejar sin efecto, durante el período indicado toda medida de acción directa que estuviesen implementando y/o tuvieran previsto implementar, prestando servicios de manera normal y habitual”.
El viernes, uno de los referentes del sector y de la CGT, Héctor Daer, señaló por sus redes sociales: “Hoy, en plena pandemia, (los trabajadores y las trabajadoras de) la Sanidad de todo el país está de paro en reclamo por una recomposición salarial justa y digna. Estamos con un alto acatamiento a una medida de acción sindical ejemplar, los trabajadores de sanidad y exigimos que se reconozca nuestro esfuerzo”.
Para las empresas, hay poco margen para atender el reclamo si no hay gestos del Estado o un incremento por parte de las financiadoras. “Desde el sector tenemos voluntad de aumento salarial y de acompañar la inflación; entendemos el reclamo y acompañamos esa necesidad de actualización, pero no están dados los recursos aún para que se pueda resolver la situación. Por eso, esperamos que los financiadores y el Gobierno se sumen a la mesa para que, en conjunto, podamos encontrar la financiación del sistema, que nos permita actualizar los valores de los sueldos”, señaló una fuente de la Federación Argentina de Prestadores de Salud (FAPS) a PERFIL CORDOBA. Al respecto, Hornik graficó la situación con un dato: “en todo el 2020, con todo lo que vivimos, el aumento que nos dio el Pami fue del 0%, ni un centavo. Así es imposible”.
Costo de cama Covid subió 38,3%
Según el Sistema Estadístico de Costos de la Salud, el costo de internación en UTI Covid-19 es de $ 61.687 por día y por cama bajo el supuesto de 50% de tasa de ocupación. En marzo del 2020 ese valor era de $44.607.