A partir de este lunes y en el horario de 20 a 6, se comenzará a restringir la circulación en Córdoba Capital y en 43 localidades de la provincia. La medida tomada para tratar de frenar el acelerado ritmo del crecimiento de casos de Covid-19, contó con la rúbrica del COE, funcionarios de Gobierno y los intendentes de cada uno de los municipios que decidieron adherir a la medida. Sin embargo, la decisión generó fuertes cruces entre las principales autoridades sanitarias y políticas de la provincia y tuvo como uno de los protagonistas al médico Juan Ledesma, coordinador General del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) quién se enteró de la medida cuando la versión de restricciones nocturnas ya circulaba en los medios de comunicación, algo que no le cayó bien al actual director del Hospital de Niños.
El malestar se terminó de completar en la reunión virtual llevada a cabo el viernes por la tarde, de la que participaron casi un centenar de intendentes vía Zoom, con las autoridades del COE y el ministro de Gobierno provincial, Facundo Torres. Allí, Ledesma volvió a sentirse desplazado y culminó la sesión muy molesto. Por eso no sorprendió que en la conferencia de prensa en la que se explicaron los detalles de las restricciones nocturnas, Torres y Diego Cardozo fueran quienes tomaran contacto con los medios, sin representantes del COE en el lugar.
Ledesma consideró que el ‘manoseo’ que viene sufriendo el COE en el último tiempo se profundizó y analizó la posibilidad de renunciar, algo que por el momento quedó postergado. El médico fue uno de los gestores y fundadores del COE, por lo que renunciar a algo para lo que “siente haberse preparado durante toda una vida”, según sus propias palabras, no es fácil. Menos en el momento más álgido de la pandemia, algo que no sería bien visto por sus colegas. “Sigo siendo un soldado en esta batalla y no tengo intereses políticos”, le confesó a los íntimos.
Solange, el caso bisagra. El caso de Solange, la joven que murió de cáncer en Córdoba sin que su padre, Pablo Muse, se pudiera despedir de ella, marcó un antes y un después para el COE. Ese caso se convirtió en una especie de bisagra para el organismo que quedó golpeado en la mira de la opinión pública. A partir de allí, las apariciones públicas de Ledesma fueron nulas. El médico fue prácticamente ‘frizado’. En los tradicionales reportes epidemiológicos de los jueves, no volvió a aparecer a pesar de que su presencia era una constante. La decisión de correr de la escena mediática a Ledesma fue política, no sanitaria, y la relación entre Ledesma y algunos funcionarios, entre ellos Cardozo, quedó herida.
Restricciones. El viernes por la mañana cuando el teléfono de Ledesma comenzó a sonar con preguntas de periodistas que buscaban interiorizarse acerca de las nuevas restricciones, el malestar pareció incrementarse. No por las medidas que bajaron desde El Panal, las cuales coinciden con el pensamiento de Ledesma, sino por la forma. El titular del COE no oculta su preferencia por amplificar las acciones restrictivas para resguardar al sistema sanitario y contener al virus.
En el pensamiento de Ledesma, Córdoba debe volver a fase 1 completa, no solo nocturna, estrategia que choca con aquellos que consideran que debe también protegerse la economía y buscan lograr un equilibrio entre economía y salud. En este momento Ledesma siente que la causa está primero, por eso la opción de renuncia evaluada por el médico, no es una prioridad. Sin embargo, las acciones de las próximas semanas serán determinantes para su continuidad al frente del COE.