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CóRDOBA
20 AÑOS DE IDESA

Colina: "desde las PASO y hasta el 10 de diciembre todo va a ser tortuoso"

El Instituto para el Desarrollo Social Argentino cumple dos décadas de actividad. Su presidente, Jorge Colina habla de los desajustes crónicos de la macro e insiste en la salida: un reordenamiento del Estado, que implica repensar roles de las administraciones, eliminar la Coparticipación y atacar lo que consideran distorsiones medulares como el régimen previsional actual y la legislación laboral. "La gente se va a dolarizar incluso antes de las PASO", plantea.

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DISTORSIONES. Previsionales y laborales explican buena parte del estancamiento de la economía. | Federico Rodríguez

Hace 20 años, al calor de la estela que iba dejando la peor crisis política, social y económica del país un grupo de economistas fundaron el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). Hoy es uno de los think tank o espacios de generación de análisis sobre la realidad social y la macro economía más escuchados. PERFIL CORDOBA dialogó con Jorge Colina, su actual presidente, al respecto de los desafíos e urgencias actuales y de las posibles vías de escape que piensan para la situación del país.

“Idesa se creó en el 2003 con la intención de hacer aportes simples sobre temas complejos de la economía y de la sociedad. Y estamos cumpliendo 20 años, paradójicamente en medio de otra crisis. En Idesa hemos sido financieramente modestos, pero hemos querido ser ricos en contenido, así que este aniversario lo queremos conmemorar no tanto con una celebración, sino acercándonos a la gente con este leit motiv de llevar conocimiento al ciudadano común”, dice.

-¿Qué reflexión les merece que hayan nacido en una crisis y 20 años después estemos en otra crisis?
-Cuando cumplimos 10 años terminaba la bonanza internacional que había comenzado en 2004 y que fue la incorporación de China al mercado mundial y subieron todos los precios de los commodities y a Argentina le había ido muy bien. Entonces ya en 2013 desde Idesa estábamos alertando en todo momento que esto era un crecimiento alentado por el viento de cola internacional y que había un montón de distorsiones que no se estaban revisando.

-¿Qué distorsiones?
-Una era la legislación laboral. La legislación laboral que teníamos no entorpecía el crecimiento del empleo porque teníamos un salario real muy licuado, entonces se podía encarar cualquier distorsión. Lo mismo en el sistema previsional. En el año 2006 nacieron las moratorias previsionales y todos estaban contentos porque las amas de casa iban a tener jubilación pero nosotros dijimos que íbamos a tener un problema dentro de 15 años, por el déficit que se iba a generar.

A partir de 2013 viene el estancamiento económico, hubo unos años con mini serrucho, pero ya es caída. Y aflora esto: la legislación laboral está haciendo prohibitivo para las empresas contratar gente en blanco, por los costos que tiene, los riesgos, por los litigios. Y el tema previsional es central, tenemos un déficit fiscal de 2% del PBI mínimo y el déficit que generan las moratorias es 2%. Lo que fue una fiesta entre 2006 y 2015, regalando jubilaciones hoy es la médula del problema fiscal que tenemos.

-Esas distorsiones se siguen agudizando.
-Se siguen agudizando y se sigue agudizando el tema de la conflictividad y litigiosidad laboral. Nosotros estamos estudiando hace mucho la necesidad de la modernización de las leyes laborales, un ordenamiento previsional, porque el sistema previsional va a ser deficitario por los próximos 20 años; y por otro lado el ordenamiento del Estado. Nosotros estamos convencidos de que el sistema está tan mal organizado que ya funciona generando déficit. Y no se puede cerrar el déficit monetariamente, el Estado tiene que dar servicios a la gente. El ordenamiento pasa por entender cómo funciona correctamente el federalismo. Hoy tenemos un unitarismo generoso, pero federalismo es que cada intendente y gobernador sea artífice para generar las condiciones para una buena calidad de vida a sus ciudadanos, porque son autónomos.

El gobierno central tiene que dedicarse a las cuestiones interprovinciales, al comercio exterior y a cuidar la moneda y cada provincia debe proveer de salud, educación, vivienda, urbanismo, seguridad, asistencia social. Cuando la Nación quiere hacer cosas que no le corresponden se produce una confusión, no se hace nada y el ciudadano no sabe a quién reclamar. Eso pasa en seguridad, en asistencia social o en los subsidios al transporte. Los subsidios al transporte los tiene que subsidiar la Provincia o la intendencia, nunca la Nación.

-¿Parte del ordenamiento se lograría dejando de lado la Coparticipación?
-Sí, la gente toma la Coparticipación como un tótem, pero es una mala forma de redistribuir. Hoy tenemos a la provincia de Buenos Aires muy perjudicada y sobrebeneficiadas a las provincias del norte. Tendríamos que hacer que cada provincia se quede con el IVA que genera. Eso sería un gran incentivo para las provincias a generar valor agregado y cobrar impuestos sobre eso. Eso se podría hacer y hay que generar un Fondo de Compensación, con un límite de tiempo, para las provincias menos desarrolladas.

-Hablando más de la coyuntura caliente, ¿cómo imagina el día después de las PASO?
-Sí suponemos, como se perfila, que el oficialismo no gana, algunos inversores van a empezar a adelantarse para cuidar su posición y es posible que el dólar suba porque la gente va a tender a pasarse a dólares. Pero no veo una dolarización de carteras total, porque, por ejemplo, gran parte de los plazos fijos no son ahorro de la gente, sino capital de trabajo de las empresas que lo usan para pagar salarios. Parte del excedente de capital de trabajo se puede ir a dólares. Algunos van a sacar los dólares, creo que el día después de las PASO la gente se va a preparar para el 10 de diciembre. Hasta el 10 de diciembre todo va a ser tortuoso, mucha incertidumbre. El posible que al momento de la elección no pase nada, porque la gente ya reaccionó antes. Algunos economistas plantean que por una cuestión de expectativas racionales la gente se va a dolarizar incluso antes de las PASO.

-¿Cómo definirías el tono de la estrategia o del plan del gobierno en lo económico?
-No hay plan. Hay improvisación. La teoría económica dice que cuando hay inflación  uno la combate con tasa de interés buscando que la gente consuma menos. Pero el ministerio de Economía, el domingo, subió la tasa de interés de los plazo fijo, pero bajó la tasa de los préstamos, combate la inflación por una lado y la sube por el otro. Tengo un problema de reservas y no puedo comprar insumos, pero abre la importación de alimentos para combatir la inflación. Es inconsistente en su cuerpo. 

-¿Por qué no vemos planes concretos de los candidatos y terminamos hablando de la dolarización de Milei?
-Porque la inflación es hija de la demagogia. Tenemos inflación porque tenemos políticos demagógicos y los economistas también se volvieron demagógicos. Nadie tiene ganas de decir las cosas como son, que el Estado no puede gastar más de lo que recauda y eso significa ordenar el Estado. Caemos en el debate de la dolarización porque ningún político quiere terminar con la demagogia y ordenar el Estado. La dolarización no es garantía de que el Estado se vaya a ordenar y deje de tener déficit.

-¿Cuánto tiempo puede llevar volver a la senda de una inflación de un dígito?
-La Argentina probó con la cuasidolarización cuando hizo la Convertibilidad y 10 años después hubo que salir de eso porque el Tesoro igual generó un déficit insostenible. En abril del ´91 teníamos inflación de dos dígitos, empezó a bajar, pero siguió siendo alta. Recién en noviembre del ´93 la inflación llegó al 0,2%, 18 meses después. Hubo Convertibilidad y reforma del Estado, pero se volvió a desordenar desde el 2002. Ahora hay que desarmar todo eso, con el sello de que es impopular, entonces ningún político lo quiere hacer. Por eso la clase política no dice, ni hace lo que hay que hacer.