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CóRDOBA
DE BOCA A RIVER EN DOS DÍAS

Como en un cuento de Panichelli

El cordobés Joaquín Panichelli, hijo del ex jugador y escritor, es una de las figuras de la Reserva del 'Millonario'.

Joaco Panichelli
BUEN PRESENTE. Joaquín Panichelli tuvo un buen torneo de Reserva en River. | CEDOC Perfil.

La llegada de Joaquín Panichelli a River parece un cuento de su papá Germán, exfutbolista y escritor. El cordobés, formado de las divisiones inferiores de Racing de Nueva Italia, fue una de las figuras de la Reserva del elenco ‘millonario’, pero para llegar a este presente debió atravesar un 2020 increíble.

Uno de los atractivos de su historia es que se sumó a River en febrero de 2020 y a las dos semanas se decretó la cuarentena obligatoria en la Argentina, por lo que se tuvo que volver a Córdoba en medio de toda la incertidumbre que reinaba en el país con el coronavirus. Tal vez, también se podría establecer un paralelismo con su papá, que en 1988 fue comprado por River por pedido de César Luis Menotti, pero una lesión en un entrenamiento le impidió ponerse la camiseta del ‘millonario’.

“Llegué a River a principios del 2020. Entrené dos semanas, porque se dio que vine a último momento. Llegué en los últimos días de febrero y cuando se iba a jugar la primera fecha, se suspendió el torneo”, rememora en diálogo con PERFIL CÓRDOBA.

—¿Cómo fue tener que parar en ese momento?

—Complicado. Me había acomodado a Buenos Aires y se cortó. Me volví a Córdoba. Estuvo bueno porque no la pasé solo en Buenos Aires, sino hubiese sido más difícil.

—¿Hablaste mucho con tu papá en ese tiempo?

—Obvio, pero con mi viejo hablo siempre, más allá de lo que es el fútbol. Nos llevamos muy bien, charlamos de muchas cosas. Sí, el fútbol predomina y en esos seis meses hablamos mucho, porque mi llegada a River fue un tanto complicada, entonces me sirvió charlar con él para acomodar varias cosas, la cabeza, todo: estar más tranquilo y seguir.

¿Qué fue lo “complicado”? Aquí radica gran parte de esta historia del delantero. La realidad es que el jugador fue a Buenos Aires porque se probó en Boca y fue elegido. Estaba en la pensión mientras se preparaba para el inicio de la temporada en las inferiores del ‘Xeneize’.

“A principios de enero empecé a entrenar con el grupo en Boca”, relató el juvenil. Y continuó: “Estuve un mes y medio. A mediados de febrero, faltando tres días para el cierre del libro de pases, me llamaron para avisarme que todavía no había llegado el pase de Córdoba por lo que no me podían habilitar y el libro de pases cerraba el viernes. Esto fue un miércoles. Lo llamé a Piero Foglia, que fue quien me llevó, y le conté lo que me estaban pidiendo. No sé, finalmente no se pusieron de acuerdo, pero Foglia me dijo que no me hiciera problema, que al otro día tenía una prueba en River”.

Panichelli hizo inferiores en la ‘Academia’ cordobesa desde los 7 hasta los 13 años. Un año fue a préstamo a Belgrano y regresó a Nueva Italia, pero al tiempo Foglia compró su pase y lo llevó a Atalaya, donde estuvo tres años hasta que aparecieron estas pruebas en los dos gigantes del fútbol argentino.

Ese tiempo en Córdoba le sirvió para acomodarse, conocer mejor a sus nuevos compañeros vía virtual y se sumó a River con destacadas actuaciones que lo llevaron a ser promovido a la reserva, en la que en el último torneo hizo un par de goles.

Pero otra de las curiosidades de Panichelli es que siempre jugó de enganche, tanto en Racing como en Atalaya, y se probó en Boca y en River en ese puesto.

“Cuando llegue acá había varios chicos en ese puesto. Íbamos rotando. Jugaba de volante interno, enganche. Hasta que en un momento Jonathan De la Rosa en una práctica me puso de delantero. Me fue bien, hice goles, buenos movimientos, convencí y ya quedé como delantero”, recordó.

Germán Panichelli

PAPÁ PANICHELLI. El exjugador y DT, tras dejar el fútbol comenzó con su otra pasión: escribir.

"MI VIEJO NUNCA ME PRESIONÓ"
 

Apenas aparece el apellido Panichelli en el mundo del fútbol, se lo relaciona con Germán Panichelli, otrora delantero de Instituto, de gran paso por el fútbol boliviano y que por una lesión debió dejar el fútbol profesional cuando había sido adquirido por el River de Menotti.

–¿Sentís que podés cerrar el círculo, de jugar en el club del que tu papá estuvo tan cerca?
–(Piensa, mucho). No lo tomo así al tema. Mi viejo nunca me puso esa presión de que tenía que jugar al futbol, de ir a entrenar. Él nos decía a mi hermano y a mí que hiciéramos lo que nos gustaba, con responsabilidad y nunca nos metió esa presión. Su paso por el fútbol lo toma con nostalgia, pero él siempre nos dice que todo lo que vino después fue muy lindo. Dice que si no se hubiera lesionado, nosotros tal vez no hubiéramos nacido. Obvio que si llego a Primera me gustaría que esté toda mi familia y ver su alegría.