La distancia que hay entre 11% y 24% es mucho más que once puntos porcentuales. Es, ante todo, una brecha que anticipa que la economía provincial se encamina hacia un año de reacomodamiento de precios relativos.
Cuando nada aún hacía suponer que el Gobierno nacional operaría una significativa calibración de precios antes del fin de año (reconocimiento de 15% de inflación para 2018; baja de tasas de Lebac e impulso al tipo de cambio para que roce los $20), el Gobierno de la Provincia se anticipó cerrando una paritaria de referencia con el Sindicato de Empleados Públicos (SEP) al 11%, con “cláusula gatillo”.
En virtud de esa cláusula, los empleados públicos quedaron cubiertos y sus salarios se irán ajustando conforme avance la inflación. El punto relevante de análisis, a esta altura, no radica en ello sino en las expectativas que se abren ahora sobre el reacomodamiento general de precios que se puede venir, un proceso que es multifacético. Veamos el rompecabezas desde sus diferentes piezas.
Inflación. Según los datos de la Dirección General de Estadística y Censos de la Provincia, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Córdoba registró en noviembre un incremento en su nivel general del 21,81% anual. Cuando se compute diciembre, el indicador cerrará cómodamente cerca del 24%.
Tomando como punto de partida esta realidad, la inflación tendrá que bajar nueve puntos porcentuales para llegar al “techo” (15%) que la Nación confía alcanzar en 2018, y debería descender hasta trece puntos para alinearse al “piso” (11%) que previó la negociación de la Provincia.
La lectura que por estas horas se hace desde otros sectores muestra que la incertidumbre es grande. Aerolíneas Argentinas había cerrado paritarias, antes del anuncio de Economía. con un 17% (cálculo que ya había calado hondo en la actividad privada). En tanto, los bancos ofrecieron a sus empleados una propuesta del 9%, que obviamente fue rechazada.
Qué puede pasar realmente. “Aunque la inflación todavía no converge a las metas, los datos más recientes muestran para la ‘medición núcleo’ una variación del índice inferior al 20% anual, un cambio positivo respecto del promedio del 30% anual del último quinquenio”, explica el economista Gustavo Reyes, del Ieral.
Si la llamada “inflación núcleo” mide menos del 20%, en un contexto en el que se han removido los factores de inflación reprimida, es dable esperar entonces que el índice se mueva en torno al nivel esperado por el Gobierno nacional, con un margen de dos/tres puntos por arriba.
“De ser éste el escenario, las paritarias en Córdoba podrían tomar como base la ecuación de 15% más cláusula gatillo, o 15% más bono”, arriesgaba este jueves el gerente de una gran empresa global, con presencia en la provincia. Según esta fuente, “lo que hizo la paritaria del SEP fue desacelerar expectativas y mostrar al resto de sectores que se pude negociar razonablemente, con vías de ajustes que sigan a la inflación”.
De hecho, una fuente del Gobierno provincial, confió a PERFIL Córdoba que el ministro de Economía de Buenos Aires, Hernán Lacunza, estuvo consultando en las últimas horas a su par local, Osvaldo Giordano, acerca de cómo opera el modelo de paritaria cerrado con el SEP.
Consolidar el piso. Tanto desde el sector público como del privado admiten que lo mejor sería ir “olvidándonos de las cláusulas gatillo, porque de este modo no se consolida la confianza en un piso y se sigue especulando con un techo mayor”, explicaban las fuentes consultadas. Pero, eso sólo se logrará cuando el Gobierno nacional anuncie una meta y la cumpla. “Cambiar una meta es no tener meta", esgrime el debilitado presidente del Banco Central, Federico Sturzzenegger.
Ahora, la Nación sinceró que la inflación podría rondar el 15%, pero nadie tiene certezas de ello. En este contexto de incertidumbre, el acuerdo del SEP quedó diseñado en el marco de un piso bajísimo sin techo cierto a la vista. “Mientras la inflación no se dispare por encima de 20%, el tema es manejable”, confían en la Provincia.
¿Qué debe ocurrir para que el piso del 15% se cumpla? La medicina de fondo todavía no se ve sobre la mesa, porque la política y el gradualismo le siguen ganando a las reformas estructurales (control del déficit fiscal), y esa dinámica agotó la estrategia del Banco Central (tasas altas para controlar inflación), que terminó pagando los platos rotos.
"Vamos a tener que financiar un déficit de US$ de 30.000 millones en 2018", admitió el ministro de Finanzas, Nicolás Caputo. Esa sola definición alcanzó para que un research del Citibank en Nueva York, emitido de urgencia a sus clientes, advirtiera que lo sucedido demuestra que el Gobierno tiene "un menor compromiso" por la baja de la inflación en la Argentina. "Ahora esperamos una reducción más gradual de la inflación; mientras que las tasas nominales bajarán pero no tanto en el mediano plazo", dice el Citi.
LO BUENO Y LO MALO
Una lectura express de las decisiones adoptadas por la Nación en la última semana muestran:
POSITIVO
• El dólar en términos reales volvió prácticamente a los valores que tenía antes de las PASO, cuando pegó un salto desde $16 hasta $18.
• Con un dólar a $19,45, el BCRA ya dejó atrás la pérdida cuasifiscal y hasta estaría ganando plata.
• El reacomodo del tipo de cambio mejora las perspectivas de los exportadores y la situación de la balanza comercial.
• El repunte del dólar convalida tasas más bajas y eso recalibra el desequilibrio que había entre ambos precios.
NEGATIVO
• No hay señales de ajuste en el gasto público nacional que acompañen el impacto positivo de las reducciones impositivas.
• Si no se explican claramente los beneficios del recalibramiento de precios relativos, la suba del dólar puede terminar en los precios.
• El mercado concluyó que "la política se ‘llevó puesto’ al Central", lo cual resta poder a la institucionalidad y lo cede a la especulación.
• Al gradualismo le queda un semestre para demostrar su sentido estratégico. Si no lo hace, comenzará un nuevo ciclo tras fuerte shock.
DESDE CÓRDOBA, QUÉ ESPERAR
• Un mejoramiento en la ecuación de negocios del sector agrícola.
• Más costo para importar bienes de capital y tecnología.
• Menos incentivos para importar bienes de consumo, lo que puede ayudar internamente a algunos sectores.
• Riesgos en la evolución del IPC provincial por el impacto de tarifas de Epec y costo del transporte.
• Fuerte compromiso del gobierno provincial en el control de la evasión y la elusión para compensar la baja impositiva y gestionar con margen la incertidumbre macroeconómica.
• Paritarias que pueden darse en la banda de 15% a 17%, aunque flexible en los mecanismos y períodos de ajustes, conforme vaya evolucionando la inflación.
• Bajo impacto en los niveles de consumo, por el desempeño positivo de la industria, el mejoramiento en las condiciones para el campo y el boom de la obra pública.
• Enfriamiento en la toma de todo tipo de créditos hasta marzo.