Diego Caniglia y Norma Lezcano
“No tenemos que desconocer que hoy Córdoba, dentro de todas las provincias argentinas, es una de las cuatro o cinco que tiene el valor final de la energía, a nivel de usuario, más cara”, reconoció el ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de Córdoba, Fabián López.
“Eso impacta de modo importante en las decisiones de inversión, tanto más cuando la energía, al dejar de estar subsidiada, altera la matriz de costos de las empresas”. Esta realidad, expuesta desde hace tiempo por el sector privado, es uno de los fenómenos determinantes que pretende enfrentar el nuevo Marco Regulatorio Energético.
“Pero además de tener una de las energías más caras, la distribución geográfica dentro de la provincia tampoco es homogénea. Hay 205 prestadores de energía eléctrica (204 cooperativas más Epec) y la distribución de ese cuadro tarifario, de acuerdo a las distintas categorías de consumo, tampoco es homogénea”, señaló López. Y profundizó: “Todo eso requiere un marco regulatorio que propenda a una mayor eficiencia y necesitamos describir más claramente los roles, responsabilidades y actividades de los distintos actores”.
—Puntualmente, ¿habrá una redefinición de las unidades de negocio de Epec?
—El nuevo marco no habla de actores con nombres y apellido sino de actividades y responsabilidades, porque los que sobrevivan no tienen que preocuparse por existir sino por ser eficientes. No se trata de venir a decir ‘a ver, dónde quedo yo’. No, esperá, todos vamos a tratar de estar, la preocupación deber ser cómo vamos a ser más eficientes. Dentro de esta lógica, lo que el marco está definiendo son las actividades y entre ellas aparece una nueva que hasta el momento no estaba claramente identificada como tal: la subtransmisión. Entonces, el esquema incluye un área de generación, una de transporte a nivel interprovincial, una de subtransmision que sería dentro de la provincia y, luego, la distribución a cargo de los diferentes actores.
—¿Se mantendrá la empresa como una compañía pública e integrada?
—Nunca hablamos de partir Epec ni de privatizarla. Lo que buscamos es hacerla más eficiente y la manera es creando, lo que se hace también en otras actividades, una contabilidad regulatoria debidamente controlada por un ente regulador. Este tipo de contabilidad no implica tener unidades de negocio separadas, pero sí supone que cada área genere su propia matriz de costos y de utilidades eventuales. De este modo, se podrá visualizar claramente cómo funciona cada una. El área de subtransmision, por ejemplo, se va a poder analizar como tal sin que tenga su contabilidad mezclada con las otras. En este modelo de contabilidad regulatoria no se contemplan subsidios cruzados sino que se busca determinar el nivel de rendimiento de cada actividad según sus propios parámetros. Que quede claro: no queremos que Epec desaparezca ni estamos planteando la privatización, como algunos oportunistas quieren hacer creer. Queremos que Epec siga siendo uno de los actores principales en este escenario, pero para ello tiene que llevar adelante una serie de transformaciones, asumir compromiso y responsabilidad.
—¿En qué punto está el conflicto con el gremio?
—Respecto del Convenio Colectivo, al no prosperar una discusión que esperábamos se diera entre los cordobeses, vamos a ir al Ministerio de Trabajo de la Nación. Y no vamos a denunciar solo los 13 aspectos más conflictivos del convenio sino que denunciaremos todo el convenio. Ya que vamos, discutiremos todo, porque el convenio que vincula la fuerza de trabajo con la empresa tiene que ser reformulado de cara a este proyecto. Por ejemplo, tenemos que hablar de polifuncionalidad, de poliprofesionalismo… tienen que haber redefiniciones importantes, como el rol de quienes leen los medidores. Eso no debe existir más cuando la tecnología permite hacer medición a distancia, tomar control de la red, tomar control de potencia reactiva: es una actividad que tenderá a desaparecer. Al rumbo no lo estamos discutiendo y vamos a hacer todo lo que haya que hacer, desde denunciar el convenio pasando por la elaboración de nuevas leyes y resoluciones internas. Ahí es por donde va el marco regulatorio tiene que ir la empresa, porque por ahí va el mundo.
—¿Qué pasará con el personal que desplace la automatización?
—Como en cualquier empresa que avizora una recomposición de sus actividades por la tecnología, se redefinirá el rol de algunos recursos humanos, capacitándolos para otras actividades. Cuando se reformula una actividad por la tecnología no significa que la automatización hace todo, sino que se requiere de un nivel de capacitación distinto.
—El gremio denunció que se avanza sobre una “privatización de la gestión”.
—Ellos entienden que los gerentes no pueden ser gente que no sea afiliada al gremio; estamos totalmente en contra. Es normal que una empresa pública exista gente de planta y niveles de conducción que, por definiciones políticas, entran, salen y son de confianza del gobierno.
—Es normal, pero hasta ahora eso no ocurría en Epec y lo avalaba el Gobierno…
—Porque no se necesitaba discutir, pero ahora que nos damos cuenta que estamos en una diferencia conceptual, de rumbo y de objetivos, los gerentes deben responder al directorio designado por el gobernador. Cambió la agenda y estamos en una sociedad democrática y no de corporaciones. Epec es de los cordobeses, no es del gremio.
OPINION: SE ACABO LO QUE SE DABA
Una señal contundente dejó el ministro Fabián López al describir la agenda de profunda transformación que sufrirá el mercado energético provincial en los próximos años: esto no tiene vuelta atrás.
La consistencia del diseño de la nueva política; la clarificación de actores, responsabilidades y ecuaciones económicas ahora definidas; y la coherente vinculación de todo ello con las tendencias mundiales en materia de energía y sustentabilidad ambiental, llevaron a preguntar: ¿por qué no lo hicieron antes? Es mucho tiempo ya el de UPC en el poder, durante el cual el deterioro del sistema energético dañó la competitividad de la economía provincial. ¿Qué cambió ahora para que se tome la decisión de revertir estructuralmente esta situación?
“Después de años de una política (nacional) de subsidios al sector energético, se ha replanteando fuertemente ese esquema con el impacto que tuvo sobre las tarifas. Ahora, entonces, es más fácil plantear, justificar e impulsar medidas que lleven al ahorro y la eficiencia energética”, respondió López. “Hoy tenemos un más acabado valor de la energía… Y, como todo en la vida, cuando uno tiene algo que no cuesta, no le da la importancia suficiente. Cuando cuesta más, lo empezamos a mirar de otra manera”.
En la filosofía popular esto se traduce como: ‘Aquí, se acabó lo que se daba’. Un recurso económico crítico, como es la energía, no podía continuar siendo una suerte de ‘maná’ sin valor, que servía para mantener aceitadas las relaciones entre Gobierno, Epec y Luz y Fuerza, a costa de los usuarios.
El cambio de paradigma en el cuadro tarifario nacional de la energía terminó estallando como una dinamita sobre el Convenio Colectivo que hace 40 años rige el sistema de trabajo de los empleados de la empresa.
Según comentó el ministro, el Gobierno esperaba que esta reconfiguración de la realidad fuere entendida por el sindicato y, sobre la base de esa comprensión, confiaban estructurar el diálogo para la reconversión de Epec. No pudo ser. Quizá, viejas facturas que estos años de convivencia llevaron a acumular en el ‘debe y el haber’ de cada parte desarmaron el espacio de negociación.
De aquí en más, será el Ministerio de Trabajo de la Nación el ámbito donde empresa y gremio deberán saldar sus diferencias.