—¿Cuáles son l a s mayores barreras que detectaron en el país en torno a la inserción y sostenimiento de las mujeres dentro del mundo del trabajo?
—Durante los últimos años, hemos notado que Argentina ha evolucionado y trabajado para reducir las brechas de género y barreras que deben enfrentar las mujeres al insertarse en el mercado laboral. Estamos transitando un camino positivo, aunque todavía queda mucho por hacer para terminar de erradicar otros desafíos más arraigados como el conocido “techo de cristal” o los “piso de barro”, como elijo llamarlo por nuestra realidad desigual, que imposibilitan a las mujeres alcanzar sus horizontes laborales y mantener sus puestos. Por ejemplo, en Argentina, solo el 4% de las empresas está dirigido por mujeres, según un relevamiento realizado por Glue Consulting. Y se trata de un fenómeno que no es exclusivamente local.
Afortunadamente, hay muchos indicadores que demuestran la capacidad transformadora de las mujeres. Ya sea en la economía en general, en las comunidades o hacia dentro de las organizaciones, las mujeres jugamos un rol fundamental para contribuir al desarrollo económico y social. Particularmente en la región, un informe del Banco de Desarrollo de América Latina estima que el PBI crecería hasta en un 34% si las mujeres se insertaran de forma masiva al mundo laboral formal.
Otro dato muy interesante del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas es que las mujeres controlan dos tercios del gasto del planeta y aunque realizan el 66% del trabajo, solo ganan el 10% del ingreso total. Pero ese dinero lo reinvierten casi en su totalidad (un 90%) en sus familias y en sus comunidades. De ahí su rol protagónico en el desarrollo de las comunidades y la importancia, incluso económica, de eliminar la brecha de género. Estamos convencidos de que el desarrollo de las mujeres es clave para el crecimiento de las comunidades y un motor para la economía de las naciones. ¡Dar trabajo a las mujeres es buen negocio!
—¿Cuáles son las particularidades del mercado argentino hoy, en relación con otros países de la región donde implementaron el programa?
—En Argentina, el 90% de nuestros 264.000 clientes son pymes como kioscos, almacenes y autoservicios, y el 80% de ellas son lideradas por mujeres, que son el sostén y representan el principal ingreso de miles de familias. Por eso, junto a la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (Ukra) y Fundación Golbal ideamos el programa 20+20, mujeres liderando el cambio ofreciendo herramientas en administración, tecnología y marketing para que las kiosqueras de todo el país potencien sus negocios. Esto nos vio obligados a afrontar también otros desafíos que debimos sortear para alcanzar a aquellas mujeres cuyos negocios formaban parte del mercado no formal, por lo que las alianzas fueron claves para la implementación.
Con “Estemos Abiertos”, nuestra más reciente iniciativa, logramos dar un paso más en este sentido al entregar una ayuda económica no reembolsable que requería que los dueños de los comercios seleccionados contaran con un CUIT activo y una caja de ahorro en un banco, lo que les permitió insertarse en una estructura más formalizada.
—¿Hicieron o están haciendo un seguimiento de cómo se posicionan esas mujeres durante la pandemia?
—Sin dudas, la pandemia va a comprometer los progresos logrados por las mujeres en las últimas dos décadas. Según datos de la Cepal y el FMI se prevé una contracción real del PBI del 8%, la población de América Latina y el Caribe llegará a casi 38% de pobreza y eso afectará a las mujeres mayormente. Entre los trabajadores de la economía informal que sufrieron un impacto significativo por la pandemia, el 42 % son mujeres y están en sectores de alto riesgo. Ellas constituyen el 74% de los empleados en el sector sanitario y social, y el 78% en el sector de servicios, que son los que más han sufrido la crisis. En este escenario, entendimos que la única manera de salir adelante era ayudando a las comunidades en la recuperación. Así, orientamos nuestros esfuerzos hacia uno de los sectores que más se ha visto afectado: pequeños comercios que en su mayoría son administrados por mujeres y que habitualmente no cuentan con el apoyo financiero para soportar una pérdida de actividad tan dramática en sus puntos de venta. Por eso, con una inversión de AR$770 millones contribuimos a que más de 25.000 kioscos y almacenes de todo el país pudieran mantener sus persianas abiertas.
Resultados
5by20 llegó a 5 millones de mujeres en el mundo que adquirieron distintos tipos de herramientas para su desarrollo laboral. La acción global se anunció en 2010 y los resultados se tradujeron en los siguientes resultados: En la región, 5by20 alcanzó a más de 66 mil productoras, agricultoras, proveedoras, distribuidoras, minoristas, recicladoras y artesanas en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay y Perú, con actividades que apuntaron a neutralizar las barreras más duras que enfrentan las mujeres cuando se trata de su independencia económica. En Argentina la meta se sobrecumplió: alcanzó a 10.537 mujeres.
En Córdoba
“El empoderamiento y la capacitación a mujeres es y será un pilar fundamental para nuestro trabajo con las comunidades, especialmente aquellas que son cercanas o vecinas a nuestras plantas de producción, depósitos y oficinas”, advierte Mariale Álvarez y agrega que este año seguirán trabajando junto a la ONG Las Omas: “Son nuestras vecinas de la Planta Embotelladora Monte Cristo en Córdoba y con ellas trabajamos en el Proyecto ‘Trapos’, que consiste en generar paños a partir de retazos de ropa en desuso, estos ‘trapos’ son confeccionados por las mujeres de forma estandarizada para la limpieza de nuestras líneas de producción; además estamos coordinando los programas de educación y capacitación junto a la Fundación Junior Achievement y los programas de Alimentación Saludable e Inocuidad junto a la Fundación Banco de Alimentos Córdoba”.