En marzo de 2008 el gobierno kirchnerista libró una de sus batallas más desgastantes cuando presentó la resolución 125 para establecer retenciones móviles a los cultivos. El coletazo político duró años, generó una fractura ante el sector productivo y movilizó a los productores. Una de esas movilizaciones, además de los recordados cortes de ruta fue la creación de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). La entidad hoy cuenta con 250 socios y es un think tank de poderosa referencia para medir lo que pasa en el campo, además de ser un espacio generador de papers e iniciativas que muchas veces trascienden al agro.
“Por la 125 nos juntamos un grupo de productores con intención de pasar de la protesta a la propuesta. Cortando las rutas nos hacíamos odiar entre nosotros y con la gente de la ciudad que no terminaba de entender. Acá hay ruralistas, productores, peronistas, radicales, zurdos, estamos todos porque decidimos hacer políticas primero agropecuarias y luego ampliamos la cabeza para pensar lineamientos generales para desarrollar el país, en educación, transporte. Un país pobre con productores ricos no sirve de nada”, explica Germpan Di Bella, su actual presidente.
-¿Cómo ven el panorama del agro hoy, a 10 años del nacimiento de FADA?
-Es que hoy nos cambió el enemigo y cuando una fundación se forma a partir de un enemigo después pierde su espíritu. Tenemos que replantear lo que queremos hacia adelante. Crecimos mucho, estamos para acelerar, nos convertimos en un think tank importante, trabajamos con los ministerios de agricultura de Córdoba y de Buenos Aires estrechamente y tenemos que renovar los votos.
-¿Es más fácil este nuevo enemigo?
-La palabra enemigo es horrible, pero todos los gobiernos son difíciles. Cuando uno se mete en lo estatal, y tengo amigos que se han sumado, te das cuenta que estás embretado en un montón de cosas. De afuera se ve mucho más fácil pero de adentro es más complejo. Pero cuando uno entra al poder también hay un alejamiento de lo que pasa en la diaria, de lo que nos pasa a nosotros. Irremediablemente, estas fundaciones y la participación ciudadana te hacen mantener el foco, más allá de la estrategia a nivel estatal. Vamos a seguir machacando. Si el Gobierno se comprometió con la baja de retenciones lo tiene que cumplir, es parte de ese cambio. Vamos a invertir, pero dame las condiciones. Si habías dicho que ibas a bajar las retenciones, hacelo. Hay que apoyar, pero no hay que perder el foco. El productor enseguida se enamora y dice que este Gobierno está de parte nuestra, pero las retenciones siguen igual o bajó ese 5%.
-¿Al Gobierno le falta empaparse de la realidad del productor?
-Totalmente, porque además, las economías regionales están abandonadas y para las zonas donde están instaladas, que generan un montón de mano de obra y desarrollo, son importantes. Para la gente que está ahí, el limón, la uva, es la vida o la muerte.
-¿Qué detectan como deudas pendientes, además de la baja en las retenciones?
-Las economías regionales son un tema pendiente, la reforma tributaria, toda la reforma laboral que hay que hacerla a fondo y concienzuda con gremios aggiornados, preocupados porque las empresas no cierren. Hablamos del supermercado del mundo, pero tenemos que salir a buscar los mercados y generar las alianzas.
-Fue bien recibida la creación de un ministerio de Agroindustria, luego hubo un intento por bajarlo, ¿cómo han visto la gestión de Buryarle?
-No debería perder nunca la categoría de ministerio. Si vos decís que el motor de la Argentina es el campo y la agroindustria, bajar el ministerio a secretaría es un doble mensaje. Creo que al ministerio lo ha consumido la coyuntura, las inundaciones, pero me parece que es momento de levantar cabeza, de juntarse con los productores para ver cómo van a invertir, tratar de federalizar, hay que empezar a concretar el Plan Belgrano, incentivar a los productores con créditos a largo plazo y direccionar las inversiones.
-Según el Índice FADA la participación del Estado en la renta pasó de 66% en marzo a 74% en junio, impactó la baja de precios, pero sigue siendo alto.
-Estamos en un rango de 70% de renta que se queda el Estado. Cuando vos pensas en eso y no tenes una retribución, aunque sea en créditos blandos a largo plazo, se complica. La forma de trabajar para ser competitivos en el exterior es avanzar sobre esto, sobre infraestructura…
-Al final del día, ¿el bolsillo del productor nota el cambio de Gobierno?
-Lo notamos en un principio, cuando se movió el tipo de cambio, después cambió. Y cómo todo, si vos las medidas y beneficios anunciados no los vas cumpliendo y renovando se van diluyendo en el tiempo.
