Economista propone un fideicomiso fondeado por Tesoro para asistir a las pymes

José Simonella es economista, presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) y fue gerente General de Banco de Córdoba, por lo que es un referente muy escuchado a la hora de analizar no solo la macro, sino también algunos fundamentos del mercado financiero. En un encuentro con empresarios vía Zoom, organizado por la revista Punto a Punto, dio sus impresiones sobre el impacto del COVID-19 en las principales variables, analizó el rol de los bancos e incluso esbozó algunas propuestas para ayudar a las pymes y a las mipymes a atravesar este delicadísimo momento.

En ese sentido, Simonella recordó que, desde hace muchos años, a falta de crédito bancario, las pymes comenzaron a refugiarse en instrumentos alternativos, con el cheque de pago diferido y el cheque posdatado a la cabeza y que eso es, en parte, lo que explica el corte tan importante en la cadena de pagos para muchas compañías. El analista remarcó que el aislamiento hizo que miles de empresas no pudieran juntar los ingresos que necesitaban para cubrir los cheques que vencían a finales de marzo, en abril y que van a vencer en mayo. “Y así como hay que tratar de mantener la relación empresa–empleado, para que el desempleo no se dispare y cuando esto termine las personas tengan donde volver a trabajar, hay que mantener el vínculo que existe entre el cliente y el proveedor, porque ese vínculo se va a necesitar para volver a ponerse en marcha”, apuntó. Ante las numerosas complicaciones que tienen las empresas para acceder a líneas de crédito subsidiadas y para hacerse de fondos que las ayuden a recomponer el flujo de caja Simonella lanzó una propuesta, gestar un fideicomiso fondeado por el Tesoro, que rescate los cheques y que se convierta en acreedor futuro de esos compromisos, de manera de asistir a las pymes que hoy están sin poder funcionar, pero con una herramienta que permita la recuperación de las deudas.

“El fideicomiso buscaría sostener la actividad privada, en particular de pymes y mipymes y evitar un corte en la cadena de pagos. Debería absorber, con aportes realizados por el Tesoro, los cheques que las pymes tienen emitidos con anterioridad al 20 de marzo. La idea sería que este fondo fiduciario pague estos cheques y se convierta en el acreedor de la empresa que lo libró, con distintas alternativas como un préstamo, plazos, etcétera. Y acá sí el sector bancario puede ayudar operativizando este fideicomiso e incluso cobrando. Para determinadas empresas se les puede pedir a los propios bancos que ayuden con una parte de los fondos, porque posiblemente a algunos bancos les interese ese negocio con algunos de sus clientes”, explicó.

En este esquema, la mipyme puede pedir la asistencia de ese fideicomiso cuando no pueda levantar un cheque, otorgando un monto compatible con lo que viene trabajando, es decir, según su giro promedio y la deuda que se contraiga tiene que tener el carácter de deuda fiscal para que sea exigible. “Es una alternativa para viabilizar un sector que no está teniendo respuestas. Los bancos obviamente privilegian el lucro, como cualquier entidad comercial, pero también es cierto que tienen un montón de normativas que les impiden prestar a cualquier empresa con problemas y más con problemas de pagos futuros. Hay que ayudar a los bancos para que pierdan el miedo a prestar después de años durante los que se les sumaron muchas regulaciones”, afirmó.

“El Fogar viene lento” 
Al 16 de abril, el Gobierno comunicó que el Fondo de Garantías Argentino (FoGAr) había otorgado avales para respaldar créditos a mipymes por más de $13.400 millones para el pago de salarios, en el marco de la emergencia sanitaria. Se habría alcanzado así un universo de 13.990 micro, pequeñas y medianas empresas, que recibieron préstamos para el pago de salarios de marzo, con lo que acumula un crecimiento del 57% en lo que va de la semana. Los empresarios y algunos analistas, entre los que está Simonella creen que, pese a estos números a este tipo de instrumentos le falta celeridad. “El Fogar viene lento, demora. Y encima dispusieron $30 mil millones, nada comparado con lo que implica las necesidades de las empresas”.