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El campo cordobés reconoce mejora, pero advierte por amenazas en puerta

Cayó hasta 23% el poder de compra de los granos. El estancamiento del precio de commodities, la suba de costos logísticos, la importación de maquinaria y una sequía prometen un 2018 complicado.

22-10-2017agro
La producción agrícola puede ser récord, pero preocupan los precios y el ingreso de maquinaria importada. | Cedoc Perfil

Ya no son uno de los enemigos declarados del Estado nacional. Eso les devolvió tranquilidad y promovió la activación de las ventas y de inversiones para el mediano plazo. Pero el complejo agrícola y agroindustrial de la provincia reconoce que hay sectores que todavía no despegaron. Y que la rentabilidad y poder de compra de los granos viene cayendo. En ese sentido, cámaras empresariales y analistas del mercado señalan algunas dificultades históricas que siguen sin resolverse. Al mismo tiempo subrayan nuevos problemas que llegaron con la administración de Mauricio Macri (el déficit en el comercio de maquinaria agrícola, por caso) y ponen énfasis en que, salvo algunas medidas puntuales, sigue sin aparecer un programa y un proyecto definido para el agro.

Los granos compran menos bienes. Los economistas Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre del Ieral elaboraron el documento “El campo ajustó sus números en 2017 y el 2018 tiene final abierto”, en el que, entre otros aspectos, analizan el margen de la actividad y el poder de compra de los granos. Allí destacan que el margen neto de explotación (ingresos por ventas menos todos los costos) estimado para un establecimiento de referencia (zona norte de Córdoba) se redujo un 40% en el ciclo 2016/17 respecto de la campaña anterior. “El deterioro surge de una combinación de factores que afectan a todo sector exportador de commodities, por una baja en los precios internacionales y un menor poder de compra del dólar en el mercado interno”. Por otro lado, según el informe, hoy los granos sirven para comprar menos bienes finales que durante todos los años del pasado reciente, con excepción del 2015. “Este año una tonelada de trigo, maíz o soja compró entre 7% y 23% menos bienes que durante 2016 y entre 22% y 35% menos (promedio) que durante el período 2004/2015. Por ejemplo, la soja compró este año un 14,4% menos de bienes finales que el año pasado, un 26,3% menos que lo que pudo comprar en el período 2012/2015 y un 37,8% menos que lo que pudo comprar en el período 2004/2011”.

Falta un plan. Luis Macario, presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba suma su diagnóstico sobre la realidad del campo: “Obviamente vivimos un cambio radical con el actual Gobierno, donde se lo ve al campo como un aliado y no como un enemigo. Pero esto no significa que se le hayan dado cuestiones especiales, simplemente hubo una equiparación y diría relativa, con otros sectores de la economía. La quita de los derechos de exportación fue importante y se está logrando una cosecha, año calendario, de 130 millones de toneladas, cuando estábamos debajo de 100. Todavía falta porque la quita de retenciones fue parcial. Yo no veo un plan definido para el sector”.

En términos de identificar amenazas para la actividad define: “hay un costo argentino importante que es la participación de los costos logísticos en el costo global. El 90% de la cosecha se mueve en camiones, que es muy caro. Un contenedor de la zona manicera de Córdoba al puerto cuesta US$1200. Un paliativo para bajar esos costos podrían ser los bitrenes. Pero estos problemas que tenemos en el interior, en Buenos Aires no los entienden”. Con todo, pide no desatender el atraso que muestra el tipo de cambio en relación a la inflación. En esa línea señala que “el tipo de cambio debería ir llevando una evolución similar a la inflación, si no se produce una inflación en dólares y nos quedamos atrás con el tipo de cambio. Si el Gobierno va a usar el dólar como ancla para que no se escape la inflación estamos mal. La madre de los problemas es el déficit fiscal, si se reduce Argentina va a ser competitivo de otra manera”. 

Récord de producción, caída en el valor. La excelente producción que se espera (más de 133 millones para todos los cultivos) se contrapone con precios deprimidos. Esto también lo detalla un trabajo de la economista Florencia Maldonado, del Iaraf. “El 2017 ha sido un año de bajos precios externos para los principales granos producidos en nuestro país. Al comparar los promedios de los precios FOB oficiales en puertos argentinos para los meses de mayor comercialización respecto de 2016, se observan caídas interanuales que van desde un 6,5% para el trigo hasta un 10,2% para el maíz. A mediados del año pasado se inició la tendencia bajista en los precios internacionales de los granos, que se mantendría hasta la actualidad. El Valor Bruto de la Producción agrícola (VBP) surge de valuar la producción de cada cultivo a su respectivo precio internacional.  Así, el VBP para la campaña 2016-17 alcanzaría un nivel de US$ 35.150 millones y se encontraría en un nivel levemente inferior al del ciclo anterior en 2,3% (US$ 828 millones menos) y estaría por debajo de la campaña récord de 2010-11 en 17,8% (US$ 7.608 millones menos).

Preocupa la importación de maquinaria. La Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola de Córdoba (Afamac) tiene desde hace menos de un mes nuevo presidente. Se trata de Lisandro Tron, de la firma fabricante de fertilizadoras Fertec. En diálogo con PERFIL CORDOBA, Tron destaca algunos de los desafíos para el sector: “fuimos uno de los sectores que primero arrancamos, con ventas del 30% por encima del año pasado, lo cual no significa que éste crecimiento siga, se mantenga o crezca. Creo que tenemos varias amenazas. Si diferenciamos entre las incontrolables y las controlables, la más importante tiene que ver con la cuestión climática. Hacen falta fuertes inversiones para resolver los problemas de inundaciones y anegamientos, leyes de conservación de suelo. El año próximo hay pronóstico de sequía, tenemos una alerta ahí. Además, el precio de los commodities no va a crecer, se mantiene”. En el plano interno, Tron identifica otras amenazas: “con la apertura de la economía que implica una mayor conexión con el mundo, la realidad es que es más lo que está entrando que lo que está saliendo, claramente. Cada tractor, cada cosechadora, casa sembradora importada que se vende en el mercado interno es uno nacional menos”.