E l 6 de noviembre de 1995, Diego Armando Maradona visitó la Universidad de Oxford. El paso del ‘10’ por la prestigiosa institución académica inglesa es uno de los tantos eventos que quedaron en la memoria colectiva de los argentinos. Transmitido en vivo por el canal América, un Maradona alegre y vivaz cautivó a los ingleses con un discurso inspirador que culminó con Diego haciendo jueguitos en traje y zapatos con una pelotita de golf, ante el delirio de los presentes.
De esta visita a Oxford, institución que hoy es nombrada en todo el mundo por estar a un paso de producir una de las principales vacunas contra el Covid-19, hay un detalle que no es tan conocido: el mentor e impulsor de la llegada de Diego a Oxford fue un cordobés. Se trata de Esteban Cichello Hübner, quien nació en La Falda, vivió algunos años en Córdoba, y luego se mudó al conurbano bonaerense junto a su madre.
Emprendedor, Cichello realizó varios trabajos desde muy pequeño y a los 14 años conoció a Maradona, mientras trabajaba de botones en el Hotel Conquistador, lugar donde los jueves el futbolista concentraba con el plantel de Boca Juniors.
El propio Cichello le contó a PERFIL CÓRDOBA que cada vez que llegaban los jugadores, él se acercaba a Maradona y le ofrecía llevarle el equipaje. En una de estas oportunidades, el ‘10’ se negó amablemente con la respuesta: “No hace falta petiso, el bolso me lo llevo yo”, y acto seguido le regaló un caramelo Media Hora.
Nervioso, Cichello tomó el caramelo obsequiado por Diego y al metérselo en la boca se atragantó, situación que terminó generando una situación graciosa para los dos. Este hecho “rompió el hielo de la relación entre ambos”, cuenta Cichello y a partir de allí el vínculo entre ellos fue más estrecho, “aunque sin llegar a ser amigos”, aclara el protagonista.
Un tiempo después, Cichello se encontraba estudiando en Oxford y era miembro de la sociedad estudiantil judía ‘Lejaim’ (Por la vida), que cada año impulsa la llegada de un conferencista de talla internacional, cuya vida pueda servir de inspiración para todos los estudiantes de la universidad.
Ese año se barajaron varios nombres de grandísima envergadura, entre ellos la Madre Teresa de Calculta, Mijail Gorbachov, el primer ministro israelí Isaac Shamir, el rey Hussein de Jordania y Diego Armando Maradona quien, a pesar de algunas dudas iniciales por parte de los organizadores, finalmente fue el elegido. Cichello le envio dos cartas a Maradona: una formal, a través de sus abogados, la cual no fue respondida, y una con un tono más informal, escrita de puño y letra con un estilo más personal recordándole a Diego quién era, con la esperanza de que el ‘10’ lo recordara. El cordobés Cichello cuenta que unos días después del envío de esa misiva, le avisaron que tenía una llamada desde Argentina y al atender, una voz inconfundible le dijo: “¡¿Petiso, que hacés en Oxford?!”
El resto es historia: Maradona llegó a Inglaterra donde lo esperaba un gigantesco operativo de seguridad por temor a algún tipo de ataques de parte de los hooligans ingleses hacia Diego. Nada de eso ocurrió. El astro del fútbol pasó 16 horas en Oxford en compañía de su círculo más íntimo. El escenario tenía una capacidad que orillaba las mil personas, el cual no solo se completó rápidamente, sino que debieron montar pantallas gigantes en los jardines de la universidad para calmar a los cientos de estudiantes que no pudieron entrar. Desde que la reina de Inglaterra había visitado la universidad, en 1969, ninguna otra figura resultó tan convocante. Con la recordada franja amarilla en su pelo, Maradona brindó un discurso inspirador -traducido por el propio Cichello- y luego recibió la tradicional toga, el birrete y un título honorífico de Maestro Inspirador de todos los estudiantes.
Diego en el subte. Una vez finalizada la conferencia, Cichello cuenta una colorida anécdota protagonizada junto al ‘10’. “Antes de volver a Argentina, Maradona me dijo: ‘Quiero ir a Londres’, y allá fuimos. Disfracé a Diego para que no lo reconocieran y nos subimos al subte. En esa entrada al subte, alguien empuja con fuerza a Guillermo Cóppola y el al ver eso, él se río a carcajadas. Entonces, un oriental lo reconoce y empieza a gritar: ‘Maradona, Maradona’. Diego le afirmó que era él y allí se armó un caos en torno a su figura”, cuenta. “Pasado un tiempo, nos dimos cuenta que no llegábamos al aeropuerto para la salida del vuelo y Diego me empieza a pedir que le consiga un helicóptero para llegar. Esos pedidos que tenía Diego eran increíbles. Finalmente la policía de Londres nos escoltó y logramos llegar al aeropuerto”, cerró el cordobés oriundo de La Falda.
Cichello hoy continúa en Oxford donde es profesor de Lingüística Aplicada y Educación. Desde esa conferencia, la relación con Maradona continuó, se afianzó e incluyó viajes juntos y encuentros con el ‘10’ en diversos lugares del mundo, dejándole un sinfín de historias, muchas de las cuales incluyó en su propia autobiografía titulada ‘Las llaves de Raquel’.