“Nunca dudé que sería madre, nunca me pregunté si querría o no serlo. Nunca. Hasta el momento exacto en que decidí tener un hijo. Allí comenzó un camino largo, lleno de obstáculos, del que desconocía absolutamente todo. Comenzó la batalla contra la infertilidad o en mejores palabras, el camino hacia la maternidad”. Con esas palabras, Guadalupe Zamar Despontín presenta su libro Hacia la Maternidad, que será presentado el próximo jueves a las 18 en el Palacio Ferreyra. El libro nació como una “especie de catarsis”, según define la autora y en donde narra su dura lucha por ser mamá, en una historia en la que mezcla su vida con datos médicos y algo de humor. Tres tratamientos de alta complejidad, otros tantos baja complejidad y tres embarazos perdidos forman parte de la dura historia de la joven comunicadora que buscó ser mamá durante ocho años hasta que finalmente hace dos lo logró.
En el medio, Zamar se comprometió de manera personal con la lucha por la ley de fertilización asistida y en acompañar a mujeres en búsquedas similares a la suya. “Me casé muy joven, a los 23, y dos años después comencé a buscar un hijo. A los seis meses de esa búsqueda y porque soy muy ansiosa, fui a un especialista en fertilidad. A partir de allí comenzaron una serie de estudios de todo tipo y ninguno nos explicaba porqué no podíamos ser padres”, narró Zamar en diálogo con PERFIL CORDOBA. “Tanto mi marido y yo nos sometimos a diversas cirugías menores y empezamos varios tratamientos de baja complejidad, que en definitiva implican la inseminación. Después de esos tres tratamientos, quedé embarazada pero lo perdí. Volvimos a foja cero e ingresé en los tratamientos de alta complejidad”, agregó. “En ese tiempo, entre búsqueda y búsqueda, tuvimos la sanción de la ley de fertilidad que a mí me habilitó los tratamientos de alta complejidad. Nosotros habíamos pagado por nuestra cuenta los de baja complejidad que ya de por sí son muy caros. Los de alta complejidad son tratamientos de altísimos costos. Eran para nosotros imposibles, inaccesibles, pero cuando se sancionó la ley pudimos acceder”.
En el medio de esa lucha, Zamar se anotó para adoptar a un niño y se involucró con organizaciones de “papás en potencias”, según define. “Tomamos contacto con padres que habían logrado adopciones y se encargan de asesorar a gente que no sabe por dónde empezar. Ya encontrar la oficina encargada del registro de adopciones en Tribunales es difícil”, describe Zamar, quien entre tratamiento y tratamiento comenzó a escribir su libro. “Lo que tiene la infertilidad es el recordatorio mensual de que estás fracasando. Con la llegada de la menstruación era otro mes en que no había logrado, va destruyendo todo tipo de relaciones, no podía ver gente embarazada, no podía escuchar de embarazos. Te vas aislando hasta de tu propia familia. No podía escuchar a un hermano que iba a ser padre porque pensaba ‘que suerte, ¿pero por qué yo no?’, entonces escribir era mi forma de vomitar todo lo que tenía adentro sin que nadie me juzgara”, contó. “A veces ni la propia pareja entiende lo que se siente, porque se vive de manera diferente”, describió con dureza.
Perseverancia y ciencia. En la charla, la periodista se permite dejar un mensaje a las mujeres a las que les está costando poder ser madres: “Es importante el entorno, el cual pueda contenerte, y un buen médico al que le puedas preguntar todo, desde lo científico y biológico, hasta lo emocional porque todo es hormonal. Un médico a quien poder contarle que estás atravesando una depresión extrema, por ejemplo. Hoy la medicina reproductiva hace cosas que realmente que no se pueden creer, hay una ley que nos acompaña y da múltiples opciones en estos casos”, completó Zamar.
“Las mujeres deben tomar conciencia de la edad”
Por Dr. Cesar A. Sanchez Sarmiento (*)
Es un fenómeno mundial el hecho de que cada vez más mujeres no pueden tener hijos. Hoy las mujeres postergan la maternidad por cuestiones de trabajo, por no tener con quien o por otras razones y ya no tienen sus hijos a los 20 o 25 como en otra época. Cuando deciden tener su hijo la fertilidad disminuyó drásticamente. Esa mujer de 36 años que quiere ser mamá, fue sumando complicaciones por el paso del tiempo. El otro motivo es que cada vez más se buscan “los hijos nuestros”, la gente se separa, se vuelve a enamorar y quieren tener otro hijo, pero ya tienen 45 años. Es importante que se tome conciencia del tema de la edad. Las chances de embarazo, del 80% a los 20 años, cuando uno llega a los 40 años es de alrededor del 5%, si deciden postergar la maternidad por el motivo que sea, pueden hoy guardar sus óvulos. Al aparecer más necesidades de tratamiento de fertilidad, también hay más información. Hace 15 años no se tocaba el tema y ahora los medios le dan lugar. Escuchamos más y sabemos más. La tecnología facilita la posibilidad de tener hijos. Como recomendación es importante mantener una vida sana y cuando aparecen dificultades, consultar a un especialista en el tema.
(*) Especialista en fertilidad. Director médico de Nascentis