¿Qué podemos hacer? Fue la pregunta que aquel 21 de marzo de 2018 las movilizó. Aquella jornada, donde Soledad Núñez y Florencia Zabala se miraron y se inquietaron. Se celebraba el Día Internacional del Síndrome de Down.
Y ellas, amigas desde los 5 años, querían hacer algo. Y no se quedaron con la pregunta, se movilizaron e hicieron. Y hoy forman parte de un proyecto que suma gente y que es motivo de que otras instituciones repitan la experiencia.
Se trata de la Escuela de Hockey Inclusivo, que se lleva adelante desde junio de 2018 en el Córdoba Athletic; y esta semana realizaron el acto de cierre de año, vía Zoom, con gran éxito y emoción.
Es que emoción es una palabra clave en esta historia. Se repite constantemente. La usa Soledad y también Florencia para describir lo que se vive semana a semana con este proyecto que abre puertas.
“Largamos la escuelita el 1 de junio de 2018. La idea fue crear en el club un proyecto de inclusión y responsabilidad social en el deporte. Crear un espacio para que niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual, que tengan movilidad propia, puedan realizar un deporte, en este caso hockey”, le cuenta Núñez a PERFIL Córdoba, que junto a Zabala y Guillermo Schickendantz presentaron el proyecto a la comisión directiva y desde el principio tuvieron un apoyo incondicional. Es una actividad bonificada, los chicos no abonan nada, y, además, la institución les brinda las instalaciones.
“El club nos incorporó. Y la idea no es sólo lo deportivo, sino la integración en la vida del club”, agrega Florencia, que resalta que los tres se criaron en el club.
A ese sentido de pertenencia lo inculcan y los chicos lo acuñaron. Aunque este año, por la pandemia, fue complicado, los entrenamientos fueron todo un éxito y los sorprendió a ellos mismos. La integración es un éxito.
Al comienzo había dudas. Ellas lo admiten a coro, y con una sonrisa cómplice. No sabían cómo iban a reaccionar, si se adaptarían al juego, al palo, al deporte en sí. Imaginaron que iba a ser un largo proceso. Pero otra vez se vieron sorprendidas. Al mes todos ya tenían criterio del espacio, tiempo y del juego. “Fuimos aprendiendo en el día”, exclaman, nuevamente a modo coral Soledad y Florencia.
Es un equipo mixto y la franja etaria es amplia. El más chico tiene 7 años y recientemente Elisa, una de las jugadoras, celebró sus 50. A propósito, ella por primera vez pudo formar parte de un equipo. Y cuando se puso por primera vez la camiseta vivió uno de sus días más felices.
“Ha sido muy lindo. Trabajar la identidad, pertenencia, lo que ellos disfrutan. El primer año entregamos las camisetas y fue muy emocionante. Nosotras nos mirábamos sorprendidas”, dice Soledad, que fue jugadora del club y hoy es psicóloga. Es que, cuenta Florencia -también ex jugadora-, actualmente contadora trabajando en lo social, que "cuando son pequeños los niños y niñas con síndrome de down son integrados, pero hasta cierta edad. Luego los van separando y quedando fuera de lo social". Su mundo se achica”, explican. Entonces ellas vieron eso y buscaron la manera de que su mundo no se achicara, sino que se agrandara.
Modelo a seguir
Con el éxito de este proyecto que llevan adelante Soledad Núñez, Florencia Zabala, ‘Willy’ Schickendantz y un grupo grande de colaboradores en el Córdoba Athletic, mucha gente se interesó en poder replicar la idea. Primero fue La Salle, que se unió a Tablada, Tala, Bajo y formaron un equipo de Hockey inclusivo, con el padrinazgo del Córdoba Athletic, al igual que con Urú Curé, que también creo en Río Cuarto un proyecto características similares. Ante esto, en octubre del año pasado celebraron el Primer Encuentro de Hockey Inclusivo de Córdoba, del cual participaron más de cien personas.
- Los entrenamientos son los días viernes a las 17.30. Posteriormente hacen el tercer tiempo.