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CóRDOBA
MAURICIO CARANTA

El poder de la resiliencia

¿Cómo es el proceso de dejar de ser futbolista y transformarse rápidamente en entrenador? Un diálogo con dos psicólogos que cuentan sobre este cambio de rol.

Mauricio Caranta DT
CARANTA. El exarquero ya puso el buzo de DT. Contó que se asesoró con psicólogos para hacer la transición. | Prensa Instituto.

Dejar de ser futbolista de élite es uno de los grandes traumas que atraviesan los jugadores. La gran mayoría suele afirmar, y quejarse, de que nadie los prepara para darle fin a su carrera deportiva. Y pocos son los que se animan a buscar una ayuda extra para superar este proceso que se les presenta a tan temprana edad.

Hasta hace una semana Mauricio Caranta era el arquero del plantel profesional de Talleres y hoy ya es el flamante entrenador de Instituto. No tuvo casi tiempo de asimilar el cambio de rol.

Sin embargo, el DT, en la conferencia de prensa que brindó a su arribo al club de Alta Córdoba, contó: "No es fácil dejar de ser jugador. Pero todo este tiempo me fui preparando. Me preparé y visualicé sobre qué quería después de ser jugador de fútbol. Muchas veces en la carrera no pensás en lo que viene después, del duelo de dejar de ser futbolista. Mi señora me dijo, por qué no lloraste. Y respondí que al duelo yo lo venía haciendo hace mucho tiempo. Tuve profesionales al lado mío, psicólogos súper importantes como Cristian Rodríguez, el profe Linares y Walter Abregú, toda gente que fue muy importante. Porque la psicología es parte del fútbol. El duelo ya está hecho porque yo ya sabía qué quería ser”.


Esta declaración de Caranta propone el disparador del diálogo con Rafael Linares y Walter Abregú, quienes explican cómo viven esta situación los futbolistas.

“El gran logro a la salida de la niñez es la confianza básica y el opuesto es la desconfianza. En la adolescencia se logra la identidad; y lo opuesto es la confusión. Cuando se entra a ser un adulto joven el gran logro es la ‘generabilidad’. Uno quiere generar cosas. Lo opuesto es el estancamiento. Entonces, qué ocurre cuando el ser humano se da cuenta que no puede generar cosas. Tiene un problema. Porque en ese momento donde todo sigue para el futbolista se le termina la ‘vida útil’. Y es un gran choque. Es una situación difícil. Y el ser entrenador les provoca seguir estando ligado al deporte. Ahí encuentra un encausamiento. Pero salir del lugar de confort genera una incertidumbre, preguntas sobre cómo hago, qué sigue... y llega la resiliencia, que es imprescindible, esa capacidad de adaptarse sólidamente a la nueva circunstancia”, explica pedagógicamente Linares.

Por su parte, Abregú explicó: “Es importante la preparación que el deportista tiene en su desarrollo. Me toca trabajar con muchos deportistas y se los prepara psicológicamente para ser deportistas, sino, también, para que tengan cualidades para enfrentarse a determinadas situaciones, adaptarse de la mejor manera. Tratando de buscar recursos, habilidades de adaptación, sentirse apoyado. Hacerles ver que hay un después. Dentro de ese proceso es fundamental hacer una revisión de gustos, intereses, cómo se ve en el futuro. Que hagan una transición sana, saludable”.

Además, el psicólogo deportivo explicó que es relevante para esa transición que los futbolistas se deben formar y preparar. “Hay que se profesionales de la cabeza, para superarse y crecer. Los profesionales de la cabeza llegan más lejos”.

Nuevo rol. Este 2021 en Argentina se presentarán tres casos de futbolistas que dejaron hace poco su rol para ser entrenadores. Además del referenciado Caranta en Instituto, están Fernando Gago en Aldosivi y Walter Ervitti en Atlanta.

 

“El deporte de alto rendimiento requiere de deportistas que se sigan formando y preparando”, explicó Abregú.


En terapia

La transición de dejar de ser futbolista a entrenador no es fácil. Martín Palermo explicó, tiempo atrás, en una entrevista: “Trabajé mucho la insatisfacción que me causaba ser entrenador y competir con lo que fui como jugador. A veces me sentía frustrado... Empecé a competir con el jugador que fui y el dolor era tan grande cuando perdía que me empecé a echar la culpa. Culpa, culpa y culpa. No quería ser técnico de esta manera y tuve que hacer una terapia”.

A propósito de esta necesidad que tienen los entrenadores que recientemente dejaron su rol de jugador de buscar asesoramiento con un psicólogo, Abregú contó: “La psicología del deporte ha crecido muchísimo. Hoy hay una apertura más amplia. Y hay una mucha demanda con respecto al asesoramiento, porque la psicología del deporte brinda muchas herramientas”.