Si las autoridades regulatorias dan el visto bueno, el 1º de enero del 2018 saldrá a escena en el mercado de las telecomunicaciones un novel matrimonio –Cablevisión/Telecom– que llevará por dote ganancias conjuntas por $6.800 millones, similar a los beneficios de sus dos competidores sumados, Telefónica y Claro.
La operación, que incluye la absorción de Cablevisión (Grupo Clarín) por parte de Telecom (Fintech), ya fue aprobada por el gobierno nacional y crea en el país el primer operador convergente de cuádruple play (servicios de internet, TV por Cable, telefonía móvil y telefonía fija).
A nivel nacional, el nuevo jugador (que se presume asumirá la marca Telecom) dominará el 55% del negocio de banda ancha,el 40% del market share de la televisión paga, el 35% del de telefonía móvil y el 44% de la fija. De tal modo, pasará a ser N°1 en banda ancha, N°1 en TV paga, N° 2 en telefonía fija y N°3 en telefonía móvil. Una posición envidiable. Este escenario que, a primera lectura, aún deja cierto margen para el juego de la competencia, no se replica en el interior, y Córdoba es el más vivo ejemplo de ello.
En efecto, el dúo Cablevisión/Telecom está a un paso de quedarse con el 95% del mercado de la banda ancha en la provincia, un negocio que ya era dominado por el duopolio y del que participan otras empresas de muy baja escala como Iplan, Iptel,Trimotion, MetroWL, Attel, ITC Soluciones o Infodocta, y organizaciones cooperativas que se reparten el 5% restante.
“Existe una importante superposición geográfica de las redes de ambos operadores. Esto implica entonces que en muchas de esas zonas se pasará de dos a un proveedor, reduciendo la competencia, así como las opciones de los consumidores”, advierte Enrique Carrier, de Carrier& Asociados. “Fue justamente esta competencia la que produjo que, en todos estos años, los productos mejoraran y los precios se contuvieran”, agrega.
Quién podrá salvarnos. Claramente, se viene un trabajo muy desafiante para los reguladores, en un sector cuyos servicios han asumido el carácter de “esenciales” para la población. Hoy, nadie duda que el acceso a la conectividad es casi tan trascendente como la disponibilidad de energía. “Esta fusión afecta derechos básicos de los ciudadanos por los cuales hay que velar, como el derecho de acceso a la información y el derecho a la libertad de expresión”, sostiene Beatriz Busaniche, presidente de la Fundación Vía Libre, dedicada a la defensa de derechos fundamentales en tecnologías de información y comunicación.
“Este es un tema que tendrá que resolver el Enacom (Ente Nacional de Comunicaciones). Evidentemente, hay situaciones particulares donde la fusión deja a mercados locales como Córdoba sin competencia”,reconoce Germán Rodríguez, experto en telecomunicaciones de Grupo Convergencia. “Si el usuario no tiene posibilidades de elegir ante un eventual mal servicio o no se puede cambiar de empresa, en caso de precios desmesurados que imponga este nuevo jugador con posición dominante, el Enacom tendrá que ver cómo hará para que estas empresas fusionadas respeten al cliente”, agrega.
Al evaluar la fortaleza de los entes reguladores ante el panorama que se avecina en la industria de las telecomunicaciones, Busaniche no es muy optimista: “Lamentablemente, la historia reciente nos dice que no va a pasar nada con los controles. Tenemos un problema de institucionalidad con los entes reguladores y es que estas oficinas de control dependen del Ejecutivo nacional”, sostiene. En tal sentido coincide Gustavo Fontanals, investigador en Políticas de Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), para quien “el regulador no está suficientemente capacitado, y no suele hacer estudios de mercado. En otros países –indica– los organismos de control indagan en los mercados relevantes, como la banda ancha, la telefonía y demás. Y eso acá no ocurre".
Cómo sigue el proceso. A partir de ahora se inicia una etapa en la cual el Enacom y la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia deben decidir si corresponde autorizar o rechazar la fusión, o si la aceptan con condiciones.Si supera esta instancia, la empresa fusionada comenzará a operar oficialmente el primer día del año próximo que es cuando se inicia la primera etapa de competencia plena de las redes de telecomunicaciones en el país. Es decir, un esquema en el cual todos los actores participantes podrán ofrecer cuádruple play.
“Se va a incentivar la competencia porque las otras empresas deberán apurar sus inversiones para poder dar el cuádruple play", confió el ministro de Comunicaciones de la Nación, Óscar Aguad.
Quienes miran el proceso con espíritu crítico se preguntan por qué el gobierno nacional se apuró en autorizar la fusión seis meses antes de que se libere la competencia y no lo hizo el año próximo, dejando a todos los participantes de la industria en un pie de igualdad para buscar estrategias de consolidación, inversiones y captación de mercados.
“Monopolio no puede haber porque las empresas fusionadas van a tener que devolver espectro”, defiende Aguad. ¿A qué se refiere? En la Argentina, las empresas de telefonía móvil tienen límite a la posesión de frecuencias (son 140 mhz, mientras que el espectro fusionado de Cablevisión y Telecom llega a 180 mhz).
Cuando Telefónica compró la operación de Movicom Bellsouth en 2005, se puso en vigencia esta restricción y se obligó a la compañía fusionada a devolver las frecuencias sobrantes. Telefónica tuvo que cumplir con esta exigencia a partir de un cronograma que se extendió entre 2006 y 2008. Ahora debería ocurrir algo similar; pero como se ve, se daría en un lapso de uno a dos años, durante los cuales Cablevisión-Telecom puede tomar ventajas respectos de sus competidores.
“Aun devolviendo el espectro más rápidamente, dado que las frecuencias que obtuvo recientemente Nextel (empresa de Cablevisión) no están en uso por lo que no habría un período de refarming, la nueva empresa se vería beneficiada con el aporte de unos 1.400 sitios para antenas de que Nextel dispone actualmente”, explica Enrique Carrier. Y agrega: “Se trata de un activo muy valioso, no sólo en términos monetarios sino también en los tiempos que exigiría montar esos sitios desde cero teniendo en cuenta la resistencia de la población y de los municipios a la instalación de nuevas antenas”.
Banda ancha con más riesgos. Así como para la telefonía móvil hay restricciones de espectro, para la banda ancha no existen regulaciones que impidan la concentración económica; esto es lo que ahora pone tanta presión sobre un mercado como el de Córdoba donde las opciones se circunscriben a Arnet (Telecom) y a Fibertel (Cablevisión).
Un atenuante a esta situación podría ser “exigir una desinversión en una de las dos redes allí donde hay superposición, que por sus características y capacidades sería la de Telecom, la cual es tecnológicamente menos capaz que la de Cablevisión”, sugiere Enrique Carrier. Si no se exigiera desinversión, la alternativa podría ser una obligación para que las redes del nuevo operador estén abiertas a sus competidores. “Esto convertiría a la red fija de la empresa fusionada en una suerte de red minorista (para sí misma) y mayorista (para sus competidores) al mismo tiempo”,agrega Carrier.
Hasta tanto no se conozcan las medidas que finalmente adopten los reguladores, las expectativas sobre el futuro del mercado son preocupantes. “Se acabó la competencia de tarifas y no habrá incentivos para la mejora de la calidad del servicio porque priorizarán engordar las ganancias en lugar de invertir”, señala Beatriz Busaniche, de Fundación Vía Libre.“Además, está en riesgo lo que se denomina la ‘neutralidad dela red’, porque cuando existe una empresa que provee contenidos y conectividad y tiene 95% del mercado, esa empresa está en potestad de determinar lo que lees, lo escuchas y los que ves”, agrega Busaniche.
Al margen de la actuación del Enacom, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia será una gran protagonista (o más bien, debería serlo). Según los especialistas, la Comisión tendría herramientas (probadas internacionalmente) que podría utilizar. Por ejemplo: implementar medidas que favorezcan a competidores más pequeños (como las cooperativas), obligar a la futura nueva compañía a informar sus ofertas al Gobierno antes de lanzarlas al mercado o, inclusive, establecer rangos de tarifas que deban aplicar todos los operadores. Se trata de tomar acción creativamente en defensa de los usuarios.
¿Lo hará? Los antecedentes del desempeño de la Comisión de Defensa de la Competencia disparan dudas. Mucho antes de que se diera esta fusión, ya había abierto el camino para la concentración que ahora se concretó. Fue cuando permitió el ingreso de Fintech,del mexicano David Martínez, en Telecom, cuando Martínez ya era accionista de Cablevisión.
Inquietante concentración de contenidos. En Córdoba, el impacto de la fusión de Cablevisión-Telecom tiene un capítulo adicional al tema de la concentración de espectro y banda ancha, que tiene que ver con la monopolización de la generación y distribución de contenidos.
Grupo Clarín es propietario en Córdoba de La Voz del Interior (Nº1 en diarios); Canal Doce (Nº1 en TV abierta); Cablevisión (Nº1 TV de paga) y Radio Mitre Córdoba (Nº2 en radios). Mientras las distorsiones en materia de frecuencias y tendido de fibra pueden ser morigeradas a través de diferentes medidas regulatorias, la arquitectura monopólica de contenidos no está sometida a herramientras institucionales que equilibren su impacto.
El modelo de concentración que hoy se vive en Córdoba en esta materia, ya es rara avis en un mundo, donde el valor de la democracia cada vez más va unido a la libertad de expresión, de acceso a la información y de expresión de la diversidad.
Lo afirma claramente CEPAL: "La libertad de expresión es un valor fundacional de la convivencia democrática, y como tal es intransable", afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la organización. “La diversidad política y social aún se reseña con parcialidad y la concentración de la propiedad puede restringir esa variedad de puntos de vista”, enfatiza Bárcena.