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DECISIÓN POLÍTICA

En Córdoba los museos cumplirán 11 meses cerrados

Si bien los protocolos que habilitan su funcionamiento están aprobados, los espacios que nuclea tanto la Provincia como el Municipio continúan sin abrir sus puertas al público.

CAC Chateau
EL CAC EN TIEMPO DE ESPERA. El Centro de Arte Contemporáneo del Chateau tiene montada desde marzo pasado una muestra homenaje a Carlos Gorriarena a la espera de su reapertura. | Cedoc Perfil

En marzo de 2020 los museos se vieron obligados a cerrar sus puertas debido a la pandemia, lo que imposibilitó que muchos de ellos pudieran llegar a inaugurar las muestras que tenían previstas para la primera parte del año.

Pese a que los protocolos actuales prevén la apertura de teatros y museos de cara a la temporada de verano, lo cierto es que tanto los museos provinciales como los municipales continúan cerrados. “La decisión de la administración pública ha sido mantenerlos cerrados y por lo pronto sigue siendo así”, señalaron desde la Agencia Córdoba Cultura.

Para mencionar solo dos ejemplos: el Centro de Arte Contemporáneo del Chateau (CAC) se quedó con la muestra Carlos Gorriarena colgada y está lista para ser exhibida cuando vuelvan a abrir sus puertas y el Museo Emilio Caraffa tiene aún en todas sus salas las muestras que se iban a inaugurar el 19 de marzo pasado y que hasta ahora ha podido mostrar solo virtualmente.

“Los artistas aceptaron que las obras queden en exposición para cuando se abra el museo, que estimo será en marzo. Hubo muchas visitas virtuales, pero los artistas quieren que sus obras se vean de manera presencial”, dice Jorge Torres, director de este espacio.

En tanto, a nivel municipal, Juan Martín Sequeira explicó que aún no hay una fecha definida para la apertura de sus espacios ya que “tiene que haber un instrumento legal por el cual el intendente indique la apertura con los protocolos correspondientes”; aunque aclara que ya tienen la programación preparada para cuando llegue el momento (ver recuadro).

Algunos actores de la comunidad cultural local reflexionaron sobre esta realidad y remarcaron la necesidad de reabrir estos espacios. “El cierre y el rápido giro hacia la virtualidad fue generando un cambio de paradigma en las dinámicas de trabajo y actuación en todo el ecosistema, pero en algunos lugares fue muy dispar esa respuesta. Sin dudas, la presencialidad, la experiencia sensorial con las obras y los museos como espacios de encuentro con la comunidad son irreemplazables, pero la programación virtual, las charlas, actividades y vivos en las redes, conectaron y amplificaron fronteras, posibilitando la continuidad de público y en algunos casos incrementándolo, asistí a varios de estos encuentros donde fue sorprendente el nivel de participación”, dice la artista y docente Celeste Martínez.

Martínez señala que lamentablemente en Córdoba no estuvo tan presente el trabajo de los museos en la activación y mantenimiento del público, salvo algunas excepciones. “Con la apertura del turismo nacional, los museos siguen aún cerrados, llama la atención que esto no aparece reflejado en los medios de comunicación local, donde hubo campañas para abrir bares, restaurantes y todo está abierto mediante protocolos. ¿Será que se sigue pensando en la cultura como un espacio no esencial y de contemplación y no de formación?”, se pregunta.

Para el coleccionista Alejandro Londero, la programación virtual también ha sido bastante escasa y le parece inadmisible que los museos aún estén cerrados. “Me preguntaba el otro día mi amigo Juan Pablo dónde uno puede ver obras de arte. Pensábamos en artistas visuales contemporáneos o también modernos que no tengan la posibilidad de mostrar en una galería comercial privada. Habitualmente el continente pensado para eso son los museos o centros culturales y Córdoba tiene muchos. Pero hoy tienen las puertas cerradas y nos estamos perdiendo de a poco esa forma de expresión, los debates, nuestra identidad”. 

Por su parte, el artista visual Juan Canavesi reconoce que tiene más interrogantes que respuestas. “¿Esta situación se debe a que el COE carece de especialistas en cultura?, ¿o es consecuencia de la presión sindical?, ¿o simplemente de la indiferencia e ineptitud de algunas/os políticas/os?, ¿o una combinación de estos y otros factores?”.

En esa línea, Canavesi encuentra inexplicable la apertura de shoppings y otros espacios con asistencia de público y no la de los museos, donde, al menos en nuestra ciudad, las visitas no son masivas: “En esto, queda de manifiesto, al menos, una significativa falta de coherencia”, asegura.

Por último, la siempre polémica Dolores Cáceres va un poco más allá y reflexiona sobre el rol actual de los museos: “¿Quién va a los museos?, ¿qué significan los museos en esta ciudad? Si lo piensas, fue lo que dije cuando exhibí las salas vacías. Podrían cerrarlos”, dice en referencia a la muestra #sinlimite567 que en 2015 expuso en el Museo Caraffa y que de alguna manera cuestionó el rol de las instituciones en la formación de los públicos de arte.

Las muestras con las que abrirán los museos municipales

Museo de la Industria: Abrirá sus puertas con una muestra que aborda la historia industrial argentina y cordobesa a través de una línea de tiempo.
Museo de la Ciudad: Ofrecerá una muestra permanente que aborda los orígenes de la ciudad, sus circunstancias, su geografía y sus fundadores.
Museo Tejeda: Continuará con la muestra ‘Por Gracias Recibidas. Exvotos de la Iglesia San Roque’, bajo la curaduría de Sergio Barbieri. Los objetos que integran la muestra se exhiben en el Museo Tejeda por vez primera y pertenecen a la colección de la histórica Fundación San Roque.
Museo Genaro Pérez: Exhibición de la colección permanente y los precursores de la plástica local y nacional. Dentro del proyecto Fotogalerías Urbanas continuará la muestra ¿Qué cosa es una ventana? Fotografías en las rejas del MGP. Continúa también la muestra ‘Las Obras van al Frente’, una instalación en las ventanas de la casona del museo que busca compartir con los transeúntes de la ciudad algunas de las más preciadas piezas de la colección.
Museo de Artesanías: Abrirá con una muestra de su colección que invita a realizar un breve recorrido por ciertos países de América, como Honduras, Perú, Bolivia, entre otros, para que el visitante tenga una visión general del lugar de donde proceden algunas de las piezas que conforman la colección del museo.


OPINIÓN
¿Por qué no abren los teatros y los museos públicos?*

Una pregunta que puede parecer intrascendente en este contexto de urgencias pero que, sin embargo, sugiere reflexiones inquietantes. Comercios gastronómicos llenos de gente; playas y lugares turísticos repletos; casinos abiertos, cines funcionando y teatros privados con espectáculos en cartelera. Museos y teatros públicos: cerrados por Covid. Una realidad sugestiva.

Para todas las actividades permitidas se han elaborado protocolos de cuidado que, atinadamente, regulan las conductas a fin de minimizar los riesgos de contagio. Estas mismas normas podrían aplicarse a los teatros que dependen del Estado, tanto provinciales cuanto municipales. Y en el caso de los museos, con mayor razón, ya que ni aún en tiempos de la vieja normalidad corrieron riesgo de hacinamiento y, dada la lógica de su funcionamiento, resultaría por demás fácil controlar ingresos y comportamientos del público. Por no mencionar aquellos espacios al aire libre que, como el Teatro Griego, se muestran especialmente aptos para estas épocas.

Las decisiones políticas parecen indicar que las actividades permitidas son aquellas en las que existen factores de presión, generalmente sustentados en aspectos económicos. Vale decir, prevalece la imperiosa necesidad económica de empresarios y artistas –por cierto fatalmente castigados por la pandemia– a la que se suma el interés recaudatorio del Estado.

Ya se sabe que la actividad privada y sus actores no tienen más recurso que trabajar para sobrevivir. No es el caso de las instituciones y de los agentes públicos, que siguen cobrando sus sueldos y no ven peligrar sus fuentes de ingreso. Tal vez por eso hemos escuchado los reclamos de artistas independientes, de productores, de empresarios, urgiendo a las autoridades a habilitar las salas de espectáculos. No se oyó ni una palabra de los sindicatos que agrupan a los actores, músicos, bailarines y demás artistas que están cobrando sueldos del Estado. ¿Qué dicen al respecto las autoridades de museos y teatros oficiales? 

A la hora de flexibilizar las restricciones se argumentó el carácter de “esencial” de las diversas actividades. Se podría deducir entonces que la cultura no reviste la cualidad de esencial para las políticas públicas. Posiblemente las autoridades asumen que el ciudadano tiene otras urgencias y necesidades básicas que atender.

Tal vez el criterio de “lo cultural” no remite a un derecho elemental e imprescindible para el bienestar individual y colectivo, para el desarrollo de la libertad y creatividad, que debería ser celosamente garantizado por las políticas públicas.
Especialmente en estos tiempos de fragilidad e indefensión, de incertidumbre y preocupación extrema, la gestión cultural debería ofrecer a los ciudadanos un espacio de expansión y disfrute. De hecho, pudimos constatar que por iniciativa propia, los públicos se volcaron al streaming en un intento de paliar el hambre de arte, aún a sabiendas de que no podía proporcionarle la intensidad ni la magia del espectáculo en vivo.

Puedo imaginar los jardines de los museos con actividades plásticas, las salas con exposiciones especialmente curadas para estas circunstancias, el teatro del Parque Sarmiento con músicos locales actuando al aire libre, las salas oficiales presentando a sus elencos, todos con el debido cuidado que impone la pandemia. En fin, puedo soñar con la acción cultural, en su más pura expresión, como una construcción colectiva que provee de sentido al ser humano. Especialmente en estos tiempos inciertos.

(*) Gestor Cultural. Exdirector de Cultura de la Provincia de Córdoba. Exdirector del Teatro del Libertador San Martín.